El verano de 1968 cambió muchos destinos. La expectativa de cambios democráticos y un socialismo con cara humana que germinaron con la Primavera de Praga fueron asfixiadas por el abrazo fraternal del internacionalismo en el caluroso mes de agosto cuando las tropas soviéticas y los aliados del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia y prácticamente ocuparon el país. En aquel año, Djoko Rosich, quien se convertiría en uno de los mejores actores de Bulgaria, todavía no había descubierto al actor en sí y trabajaba en Radio Nacional de Bulgaria.
“Radio Sofía (así se llamaba a la sazón la actual Radio Bulgaria) es una parte sustancial de mi vida porque he vivido mis mejores años en la Sección de Programas para el Exterior. En otoño de 1968, después de los acontecimientos en Checoslovaquia, denominados contrarrevolución, en la radio pública de Bulgaria hicieron una purga. Revisaron toda la plantilla y muchas personas fueron despedidas. En aquellos años yo era nacional de Yugoslavia. Me explicaron que un extranjero no podía trabajar en la radio. En nuestra sección trabajaban muchos extranjeros. Muchos de ellos eran nacionales rusos y no fueron despedidos. Yo, como yugoslavo, tuve que decir adiós a la radio”.
La purga en la radio cambió por completo la vida de Djoko Rosich encausándola en una dirección inesperada. Fue el punto culminante de una tensión tácita que duró varios meses, durante los cuales fueron movilizadas la ideología, la propaganda y el periodismo en un esfuerzo por prevenir y proteger a los búlgaros de las “ideas contagiosas” que venían de Checoslovaquia.
En su obra “Libro sobre Radio Varna”, la escritora Violeta Toncheva recogió los testimonios de una periodista de esa emisora sobre aquellos días deprimentes. Indra Dimitrova de la Sección de Programas para el Exterior de Radio Varna, dice: “Recuerdo el año 1968, sobre todo por los acontecimientos de agosto en Checoslovaquia. Entre los turistas en la ciudad marítima de Varna existía tensión, se habían reunido en la plaza central de la ciudad para manifestarse contra la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia en su país. Una mañana mi jefe me llamó a su despacho y me presentó a una persona explicándome que aquel hombre iba a controlar mis traducciones y el contenido que yo presentaba ante el micrófono. Dicho y hecho. Aquella persona estaba siempre conmigo. Cuando preparaba el boletín de noticias, se sentaba al lado mío. Luego me acompañaba al estudio y yo sentía miedo. Yo solía escuchar por las noches los programas de Radio Praga, que ya era considerada disidentes y prohibida, comparaba la información con el contenido que me obligaban a traducir y leer ante el micrófono. Sentía vergüenza”.
El poder dejó de lado el “guante suave” y muchas personas probaron la dureza de su puño
Marko Stoichev, uno de los miembros del tándem creativo de Los Hermanos Mormarev, fue despedido de su cargo de redactor jefe de la Sección de Humor, Sátira y Recreación. Fueron despedidos también sus colegas Konstantin Kostov, Vasil Stanilov, Georgi Ivchev. La misma suerte corrió Djoko Rosich.
“El día en que fui despedido, Rad Kamenski, que en aquel momento desempeñaba el cargo de director ejecutivo, me llamó a su despacho y dijo: “Djoko tú sabes que todos te queremos mucho, ¿verdad? Yo respondí: Lo sé, ya que yo también os quiero muchísimo”. Era la verdad. Quería mucho a mis colegas y a todos quienes trabajaban en la radio, era el período romántico de Radio Nacional de Bulgaria. Le dije a mi jefe: “Nuestro amor es compartido”. Él dijo: “No he podido defenderte del despido. “Yo sabía de la purga que ya estaba en marcha. Entonces Rad Kamenski me dio una hoja en blanco y me dijo: “Djoko, firma aquí. Puedes confiar en mí; serás despedido conforme a la letra “L”. Yo desconocía el significado de aquella letra “L” que designaba un precepto del Código del Trabajo; lo desconozco también hoy, pero Rad Kamenski era una persona buena y honesta así que firmé y me fui”.
En la historia Bulgaria ha quedado como el primer país que insistió en que se efectuara la intervención militar en Checoslovaquia y el último en disculparse por haber participado en la represión de la Primavera de Praga. Lo hizo oficialmente en 1990 por resolución del Parlamento búlgaro. Más tarde, en 1997, durante una visita a Praga, lo haría personalmente el presidente búlgaro de aquel entonces, Petar Stoianov.
Expulsado de la radio, Djoko Rosich se convirtió en uno de los actores más famosos y queridos de Bulgaria quien interpretó 110 papeles en el cine. Falleció el 21 de febrero de 2014.
Versión en español por Vesela Petrova
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