“Me sentiré muy alegre si mis logros sean mejorados porque esto significará que nos estamos desarrollando”, ha dicho en entrevista a Radio Bulgaria Vladimir Velichkov. Hoy muchos búlgaros desconocen su nombre pero los expertos en biatlón todavía recuerdan sus exitosas participaciones en las pistas nevadas de los años 80 del siglo pasado. Nacido en 1959, Velichkov entró en el deporte activo siendo alumno en el sexto grado cuando se matriculó en el club de esquí de fondo en su aldea natal, Stambolovo, en el sudoeste de Bulgaria, que sigue existiendo hasta hoy, y poco después se orientó al biatlón. En febrero de 1980, Velichkov y Yuri Mitev fueron los primeros fondistas búlgaros que tomaron parte en la olimpiada de Lake Placid en EEUU. Sin embargo, entonces no pudieron gozar de sus minutos de gloria.

¿Por qué? Vladimir Velichkov cuenta: 

“Entonces estuve bien preparado desde el punto de vista funcional. En Lake Placid hacía mucho frío y en lo que a la táctica se refiere no estábamos bien preparados, ya que no teníamos las balas idóneas. Las que teníamos podían utilizarse hasta 10 C bajo cero y allí las temperaturas eran mucho más bajas. Acumulamos muchos errores en el tiro y logramos malos resultados”.

Solo un mes después, sin embargo, Velichkov, a la edad de 20 años, mostró su nivel logrando clasificaciones que hasta hoy en día no han sido superados en el biatlón masculino búlgaro. En la ciudad rusa de Murmansk, en la última ronda de la temporada 1979/1980, Velichkov ocupó el prestigioso segundo puesto en la prueba individual de 20 kilómetros y al día siguiente ganó el tercer lugar en la carrera de 10 kilómetros. “Este fue mi primer año en las competiciones masculinas. Después de los JJOO no participamos en otras competiciones internacionales, sino en internas.

En cierto grado nos castigaron. Nadie esperaba que nosotros realizáramos una prueba exitosa”, recuerda Velichkov. Durante la temporada siguiente, 1981/1982, volvió a ocupar un puesto entre la elite posicionándose cuatro veces entre los primeros 10 en las pruebas por la Copa Mundial. Hasta finales de los años 80 del siglo XX permaneció entre los líderes en el biatlón masculino mundial. Tiene en su haber tres cuartos puestos, dos puestos cinco y dos sextos en las pruebas por la Copa Mundial. Se siente muy orgulloso por sus dos quintos lugares de Campeonatos Mundiales, en Minsk en 1981/1982 y en Rupolding, en Alemania, en 1984/1985.

¿Cuál es la diferencia entre el biatlón de aquellos años y el de hoy? El renombrado deportista cuenta:

“En aquellos años hubo una competencia interna mucho mayor. La lucha por clasificarse, viajar al extranjero y ver mundo fue grande. La metodología de entonces y de ahora es la misma”.

Después de interrumpir su actividad como competidor Velichkov se retiró del deporte y hoy es dueño de un taller de carpintería. A la pregunta de si lamenta no haberse dedicado a la carrera de entrenador responde así:

“Lo único que lamento es que acumulé mucha experiencia y no logré transmitirla a los jóvenes. Pude ser útil especialmente en el tiro que hasta hoy en día presenta deficiencias. Esto es lo que más lamento”.

Hace medio año Velichkov fue invitado a integrar la Junta Directiva de la Federación Búlgara de Biatlón lo cual muestra que sus éxitos no han sido olvidados. Hoy observa con satisfacción el desarrollo de sus seguidores. “Los muchachos del biatlón búlgaro son muy buenos”, dice Velichkov hablando de los jóvenes competidores Krasimir Anev y Vladimir Iliev. Uno de los éxitos de Anev, nacido en 1987, es el cuarto puesto que conquistó en Oberhof, en Alemania, en enero en una competición por la Copa Mundial. Esta es la mejor clasificación para el biatlón búlgaro masculino en la disciplina de salida en masa en 15 kilómetros en la cual pueden competir los 30 mejores fondistas. Esto significa que hay esperanza para el futuro del biatlón búlgaro.

Versión en español por Hristina Taseva