Hace varios días la capital de Bulgaria fue bloqueada por miles de cazadores en representación de la asociación nacional Unión de los cazadores y pescadores de Bulgaria. El motivo son los problemas que vienen acumulándose en los últimos 15 años relativos a la caza y las fincas de caza. “Ya es hora de que se busque una solución porque de esto depende la protección de los animales de caza como un patrimonio nacional, señaló Vasil Vasilev, Secretario General de la asociación en una entrevista concedida a Radio Bulgaria. Es inadmisible que en el siglo 21 sigan las malas prácticas de las que somos testigos hoy en día”. Se trata de capturar animales mediante trampas en las zonas salvajes y soltarlos en las fincas de caza privadas. Allí, francamente, son sometidos a masacres masivas. La prueba de su cruel exterminación son los vídeos que circulan en Internet en los que se ve que diariamente se tiran hasta 150 jabalíes. Similares ejemplos de infracción severa de cualquier tipo de principios y ética en la caza consolidan la imagen negativa que tienen los cazadores en la sociedad búlgara.
“En nuestro país la caza se considera una actividad que se realiza para despojar a la naturaleza de algo - afirma Vasil Vasilev -. La actitud hacia nosotros es negativа porque no conseguimos de ninguna manera hacernos eco de la contribución que tiene cada cazador a la conservación del medio ambiente. Precisamente con esta finalidad fue creada la Organización Nacional de Cazadores hace 117 años. En aquella época los cazadores se dieron cuenta de que como no uniesen sus esfuerzos para conservar el medio ambiente, la naturaleza sería destrozada. De hecho la iniciativa de elaborar la legislación que regulase es actividad fue de los propios cazadores. Fueron ellos los que introdujeron los plazos de caza y la expedición de licencia de caza para poder ejercer un control. Además, los primeros cuerpos de guardas de caza fueron fundados gracias a los cazadores búlgaros. Asimismo, ellos crearon los primeros viveros de caza y pesca para recuperar las poblaciones. También fueron ellos los que se encargaron de hacer las primeras reforestaciones”.
Sin embargo, muchas veces toda esta labor por conservar la naturaleza se queda oculta. Por eso la gente no sabe que para un cazador el derecho a cazar está vinculado con la obligación de cuidar a los animales y las reservas de caza.
“Los auténticos cazadores se preocupan por los animales de caza y su supervivencia - añade Vasil Vasilev -. Crean campos de caza, luchan por la conservación de los hábitats. Con recursos propios colocan comederos, salvan animales atrapados en la nieve, los protegen de los predadores, son los primeros que acuden a apagar incendios forestales. Lamentablemente, nuestros compañeros, los ecologistas, no demuestran la misma actitud. La falta de apoyo adecuado por parte del sector no gubernamental, así como la indiferencia que manifiesta el estado permiten al sector empresarial que se entrometa en la caza. Los animales son los que más sufren de todo esto. Están intentando eliminar la organización nacional de cazadores que es el único organismo que se opone a los intereses políticos y corporativos. El objetivo es tramitar leyes contra la naturaleza búlgara. En Bulgaria, en vez de crear reglas y principios concretos y que el Estado vele por su cumplimiento, se conceden demasiadas libertades. Ahora todos los cazadores disponen de plena libertad de asociarse y bajo ningún concepto podemos hablar de monopolios. Las organizaciones ecologistas defienden la postura del Ministerio de Medio ambiente y Aguas sin intentar entender nuestras peticiones. Nunca mencionan la necesidad de proteger los hábitats de caza que guardan una relación directa con la biodiversidad en Bulgaria. Tampoco hablan en contra de la agresiva política agrícola o de las talas intensivas en los bosques. Nadie controla la concentración de las sustancias químicas permitidas y, además, se usan grandes cantidades de las prohibidas. Esta postura suya demuestra su vinculación con el poder y el cumplimiento de encargos políticos o corporativos. ¿Por qué nos atacan en lugar de apoyarnos y buscar una solución conjunta a los problemas?”
La concordia que reina en la Asociación Nacional de Cazadores siempre ha molestado a los políticos. Hace años ellos iniciaron cambios en la Ley de caza con el fin de crear una unión alternativa que hoy en día tiene 5 000 miembros. En cambio, los afiliados a nuestra asociación son 125 000. Sin embargo, hay otros 10 000 cazadores que no forman parte de ninguna asociación. La principal cuestión es cómo controlar la caza furtiva y quién velará por el cumplimiento de la ley cuando faltan reglas estrictas válidas para todos.
Versión en español por Svetoslava Slavcheva
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