“Uno tiene que intentar muchas cosas y no negar casi nada. Aunque seas muy culto o tengas cinco carreras universitarias, cuando intentes algo debe pasar por tu mente, debes imaginártelo. El Homo sapiens de hoy quiere vivirlo todo sin que suceda. Para mí eso no es así”.

Esta es la quintaecencia de la vida en las nociones de Veselín Ovcharov – el único acropiloto profesional búlgaro, o dicho de otra manera, piloto que practica acrobacias en parapente. En el 2000 por primera vez vuela en un parapente y desde entonces se encuentra entre el cielo y la tierra. Las fronteras geográficas, son para él, una formalidad molesta. Perú, Chile, Colombia, Francia, Hawai, Namibia, Pakistán, Turquía – quizás sea más fácil enumerar los lugares en donde no ha estado. “¡Así es teniendo dinero!”, soltarán un suspiro ustedes. Pero no tendrán razón. “Para nosotros, los humanos, es característico engañarnos a nosotros mismos. Pero la verdad es que uno tan sólo debe descubrir lo que quiere hacer, lo demás no importa porque las cosas tienen arreglo”, asevera el atleta. La altura más alta que ha logrado hasta el momento el hombre-ave es de 7 000 m y su vuelo más largo duró 9 horas recorriendo 200 kilómetros. Esto fue en Pakistán. En 2013 con Petar Loncar de Serbia, logró un récord mundial haciendo 180 infinity tumblings sincronizados. Este año los dos pilotos también cosecharon éxitos, pero esta vez acompañados por el aviador checo, Ondrej Prochazka. Eligen para su experimento el firmamento sobre las formaciones volcánicas de Kapadocia en Turquía. Los entrenamientos para este otro desafío duraron 8 meses. El resultado: un nuevo récord mundial de 126 infinity tumblings ejecutados perfecta y sincrónicamente por los tres acróbatas.

“Siempre nos ha gustado hacer figuras y allí tuvimos la posibilidad de alzarnos en lo alto. La idea inicial era que subiéramos mucho más, a 7 000 metros, y poner varios récords a la vez. Pero, desafortunadamente, no se pudo y tuvimos que saltar desde 2 500 metros sobre la tierra, lo que es una altura insignificante para otro tipo de récords. Decidimos hacer un récord emn grupo. Algo que nadie había hecho antes”, cuenta Veselín.

Más de dos mil personas en globos de aire vieron el récord. El panorama es vertiginoso y te quedas sin aliento. ¿Será que no sienten miedo?

He aquí la respuesta de Veselín.

“Frecuentemente piensas en el miedo pero esto no es algo que te puede paralizar. Simplemente, cuando sientes miedo empiezas a pensar más. Así te concentras y puedes hacerte una mejor idea de la situación. Si puedes darte respuestas lógicas te darás cuenta que no hay problemas, ignoras la sensación y todo se convierte en algo mucho más agradable. Es mejor que haya ciertas barreras para que puedas superarlas. Si no fuera peligroso, quizá, no lo haríamos, sería algo aburrido. Pero…lo que hacemos no es peligroso. Este récord u otros similares son menos peligrosos que bajar en coche de la montaña Vitosha al centro de Sofía. Y aunque lo sepamos mientras manejamos el auto, no sentimos miedo porque es parte de nuestra vida cotidiana. Nosotros dimos nuestros primeros pasos en la tierra y sabemos que hay más riesgos en la tierra que en el cielo”.

Tras el récord llegó el momento de las vacaciones. Naturalmente, Veselín no dejará su parapente, pero esta vez en las Dolomitas en Italia. ¿En qué soñará de aquí en adelante?

“Sueño con volar a 8 000 m, recorrer más de 500 km. Tenemos planeado para el otoño ir a Brasil para intentar un récord de distancia. Soñamos con estar en nuevos emocionantes y bellos lugares con gente como nosotros porque nos hace sentirnos muy bien”, confiesa para Radio Bulgaria, Veselín Ovcharov.

Versión en español por Ludmila Sávova
Fotos: Predrag Vuckovic/Red Bull Content Pool