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La hiperproducción de alimentos debe beneficiar a los pobres

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Foto: bgfoodbank.org
¿Es posible que el Estado más pobre de la UE se pueda permitir el lujo de echar a la basura 670 mil toneladas de alimentos al año? Evidentemente sí, dado que no adopta medidas para ayudar a los necesitados con los productos que sobran. Al mismo tiempo, uno de cada cinco búlgaros vive por debajo del umbral de la pobreza.


La hiperproducción de alimentos y todo un ejército de personas que pasan hambre, si es posible equilibrar estos dos extremos, la solución estría en una política estatal que fomente la actividad de organizaciones cívicas y sensibilice la conciencia de los ciudadanos. Mientras que los políticos búlgaros todavía estudian la experiencia europea en el problema con el despilfarro de los alimentos y a los empresarios se les ponen trabas si desean donar alimentos, el sector no gubernamental se ha responsabilizado en ayudar a los pobres. 

El Banco Búlgaro de Alimentos es una de las organizaciones que salvan los alimentos de destrucción. Los alimentos se toman de los productores, procesadores o comerciantes y se reparten entre las personas que no pueden comprárselos. Por un lado salvamos los alimentos y por otro ayudamos a personas necesitadas, dice la directora ejecutiva de la organización, Tsanka Milanova.

СнимкаA escala mundial existe enorme cantidad de alimentos que se despilfarran y aniquilan sobre todo porque la comida no es necesaria en el momento en que se prepara. Se produce más para que los caprichosos gustos de todo consumidor puedan ser satisfechos. De este modo a pesar de que se producen muchos alimentos, un 40 % de hiperproducción, hay un enorme número de gente que experimenta escasez y otras personas que pasan hambre.

Casi todos los alimentos que entran en el Banco de Alimentos son de productores y procesadores. Son mínimas las cantidades donadas por los supermercados. Las grandes cadenas comerciales no se muestran generosas a causa de absurdos fiscales que las condenan a grandes pérdidas. 

Faltan estímulos para la donación de alimentos, incluso, cuando están a punto de su caducidad, opina Tsanka Milanova. Los alimentos declarados caducados son retirados de los comercios y no pueden generar beneficios para el Estado. Si los alimentos son donados, paradójicamente, la persona jurídica deberá pagar un 20 % por concepto de Impuesto al Valor Añadido. Si está claro que lo que le espera a la comida es el cubo de basura, no es razonable que la gravedad fiscal sea para el empresariado que dispone de estos alimentos.

No solo el deficiente entorno fiscal obstaculiza a las cadenas comerciales a donar alimentos cuyo plazo de caducidad expira. En gran medida estos alimentos se venden gracias a las promociones aunque los precios más bajos no siempre tienen efecto positivo. La gente suele comprar grandes cantidades y después se ve obligada a deshacerse de los alimentos que no necesita. De este modo solo en Sofía fueron echados a la basura 64 mil toneladas de alimentos, según datos del Ayuntamiento de la capital.

Para disminuir el despilfarro de comida, lo primero que debemos hacer es implementar un mecanismo, según el cual, la donación de alimentos sea más rentable que su destrucción, dice convencida Tsanka Milanova. Estos días, Francia aprobó una ley que prohíbe a los supermercados a echar a la basura alimentos y los obliga a donar lo que les sobra a organizaciones benéficas. En Gran Bretaña, Polonia y otros países europeos la donación de alimentos es eximida del IVA, mientras que en Bulgaria, las propuestas de mejorar el clima fiscal están estancadas por tercer año en el Ministerio de Finanzas.

Según una de las propuestas, el volumen de los alimentos que un sujeto jurídico debe donar en un año debe estar vinculado con la facturación anual, explica Tsanka Milanova. De este modo, si un determinado alimento no supera un medio por ciento de la facturación, no se debe pagar el IVA, ya que el productor, procesador o comerciante destruiría los productos, ya que no se paga impuesto por productos caducados. La segunda propuesta es que los alimentos, cuyo plazo de caducidad en el momento de la donación es más de un mes, sean eximidos del IVA.

Ya que nos gusta compararnos con Rumanía, estas medidas ya han sido implementadas en nuestro país vecino. Si seguimos su ejemplo y abordamos la salvación y la redistribución de los alimentos que tenemos, un mayor número de mendigos y pobres se sentirán felices en Bulgaria.

Versión en español por Hristina Taseva 



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