Si buscamos el antiguo sonido de las canciones de la región de Strandzha, lo descubrimos en la voz de Petko Nanchev, del pueblo de Gramatikovo. Para conocer la cautivadora historia de la hermosa naturaleza de la montaña Stranzha, escuchemos sus palabras en exclusiva para Radio Bulgaria. Hace varias décadas que Petko trabaja como guarda forestal, y lleva consigo desde su infancia las canciones típicas de la zona de Stranzhá. Recientemente ha realizado varias grabaciones para el fondo sonoro de la Radio Nacional de Bulgaria, todas ellas sin acompañamiento instrumental alguno. Entre ellas hay algunas realmente únicas que acompañaban diversas costumbres.

Las canciones y tradiciones de Strandzha transmiten su mensaje ya desde la época de los tracios, cuenta. Por aquí han pasado numerosas civilizaciones que han dejado su huella, pero especialmente permanece la belleza de la cultura tracia. Incluso después de que se instaurase el cristianismo como religión oficial en el siglo IX, aún se conservan aquí tradiciones paganas. Un claro ejemplo son los bailes de los nestinar y los ritos vinculados con el día de San Juan Bautista el 24 de junio. Antaño la vida de la zona de Strandzha transcurría con canciones, desde el nacimiento hasta la muerte, empezando por los villancicos navideños, las canciones que se entonaban con motivo de Epifanía, San Juan, etc. Es interesante el ciclo de canciones de Cuaresma, cuando están prohibidas las bodas y los bautizos. Aquí en primavera se cantan canciones especiales  que son lentas, rebosantes de amor y tristeza. Tenemos canciones para la siembra, la cosecha y la trilla del maíz, y canciones matrimoniales en otoño.

Strandzha es una montaña de acceso fácil y de gran belleza, posee una atmósfera casi mística que atrae irremediablemente. Los folcloristas afirman que la música de Strandzha es parte de la arquitectura de la montaña.

Durante más de 40 años he trabajado en un sistema para salvaguardar los bosques. Antes a menudo estaba en casa de mi abuelo, que tenía una granja a orillas del río Velega, un lugar famoso por su increíble belleza y por la riqueza de su flora y su fauna. En Strandzha existen 35 especies de árboles de hoja perenne, algunas de las cuales datan de la Era terciaria, antes de la última Edad del Hielo. Entre ellas está el bígaro de Strandzha, símbolo de la montaña. La riqueza de esta naturaleza única atrae a muchos turistas, que también están interesados en las iglesias antiguas. La  más antigua de todas es la de San Lucas, construida hace 300 años. Se encuentra en un pueblo cerca del mío, excavada en el suelo, tan como estaba dispuesto en la época del dominio otomano.  Son famosas también las ruinas tracias. La más visitada es la de Endipaska, donde nace un manantial de aguas termales directamente de la roca. También son únicos los llamados anillos solares,  así como la cascada de Dokuzak, en el pueblo de Stoilovo. La zona de Vlahov Dol, en tierras de Gramatikovo, es considerada la cuna de los bailadores nestinar. El último domingo de mayo se reúne gente de los cinco pueblos en que bailan los nestinar: Gramatikovo, Slivarovo, Balgari, Kondolovo y Kosti. Bailan sobre ascuas vivas hacen profecías. No puedo imaginar estar lejos de las montañas, las canciones y las tradiciones son parte de mí. 

Petko Nanchev está convencido de que las tradiciones se deben conservar para las siguientes generaciones. "Los ancianos que conocen las tradiciones familiares deben hacer todo lo posible para que perduren en el tiempo. Sería un pecado inaceptable perder semejante riqueza", afirma. Dice también que en sus encuentros con jóvenes músicos se esfuerza en cantar las canciones de Strandzha en su forma original.