¿Necesitamos del teatro y está el mismo en sintonía con la época en que nos ha tocado vivir? Esta pregunta surge en la mente de uno cuando examina la cartelera teatral. La respuesta la encontramos con rapidez, ya que una parte de los temas que el teatro plantea siguen vigentes desde hace siglos. Únicamente en el templo de Melpómene, las palabras, las miradas y los movimientos están en perfecta simbiosis y es justamente en ésta en lo que late la magia del arte escénico más antiguo.

Nos reunimos hoy con Neda Sokolovska, actriz y directora de teatro joven, quien fomenta un género teatral, todavía falto de popularidad en Bulgaria, el del teatro documental.

Dice ella refiriéndose a lo que la motivó a incursionar en lo ignoto: Me cuesta acordarme del momento de inflexión en que decidí dedicarme al teatro documental. Creo que fue en 2009, año en que me fui a estudiar en Finlandia. En realidad, posiblemente esto ha influido grandemente en mi elección. En ese país las modalidades alternativas estaban bien desarrolladas y la propia formación nos fomentaba a ir buscando una vía y un lenguaje personales en el arte. Fue entonces cuando me di cuenta de que lo que ocurría a mi alrededor siempre me había resultado más interesante. Las situaciones en que nos vemos metidos, incluso literalmente trasladadas al escenario me han parecido mucho más relevantes, más hondas y paradójicas frente a las situaciones artificiales que estamos creando en el escenario trabajando con un texto.

Su objetivo es que las palabras que emplea en sus espectáculos sean “un verbo viviente”, es decir, que sean preferidas por otras personas en vez de ser inventadas. La actuación en el escenario ha de transcurrir en forma natural, sin aspavientos.


Los temas que trata en sus puestas en escena se proyectan a diferentes grupos sociales que Neda Sokolovska califica de invisibles. La gente con discapacidades, las personas de orientación sexual no tradicional, la gente sin hogar y socialmente vulnerable parecen encontrarse al margen de la sociedad, olvidadas y abandonadas por todos. El Estado ni siquiera intenta solventar sus problemas como si esas personas no existieran. La postura para con ellas es la misma que se tiene frente a cargas y fardos inútiles de los que nos debemos librar o simplemente, abandonarlos en algún rincón. Según Neda no hay que despreciara las otras personas y verlas como seres humanos distintos y ajenos. Hay que procurar entender a esa gente y ayudarle si lo piden. El poeta ruso Vladimir Mayakovski ha dicho sobre el teatro que no es un espejo que refleje la vida, sino un martillo que le dé forma. Es esto precisamente lo que se nota en las puestas de escena de la joven directora. Con la ayuda de las entrevistas que hacen en sus reuniones con diferentes personas, los actores consiguen recrear literalmente una vida, de un ser humano realmente existente y permiten que el público escudriñe el alma del protagonista. En el fuero interno de toda persona se esconde una historia que esa persona quisiera narrar.

Neda y su equipo llevan medio año promoviendo una iniciativa llamada “Entrada”.

Neda aporta más información: Esta plataforma apunta no sólo a divulgar el arte documental, sino también procura ampliar sus horizontes, puesto que ahora son muy escasos los actores y las compañías teatrales que se ocupan de esto. Existe el peligro de que esta modalidad se vaya marginalizando por no ser divulgada lo suficientemente. La idea de “Entrada” es presentar producciones externas de actores y de teatros de cierta orientación social, tratando algún problema de la actualidad nuestra. En estos seis meses, desde que existe la plataforma, hemos acometido multitud de proyectos interesantes. Uno de estos es el titulado “Jugada 16”. Se trata de reuniones mensuales que son una especie de academia para teatristas. En estas reuniones se congregan directores, actores, escenógrafos y dramaturgos y escogen juntos un tema actual en el espacio público, algo que ocurre en el momento y que ellos consideran importante. Se mancomunan en torno a este tema y en un par de horas forjan la idea de un espectáculo.

Otro programa desarrollado por la plataforma “Entrada” se llama “Mentoría” y apunta a los estudiantes universitarios recientemente egresados de un Instituto de teatro, carentes de experiencia escénica en el terreno documental y a quienes este programa de mentoría les ayuda a desarrollar la obra o la puesta en escena para que el resultado sea un espectáculo integral.

Neda espera poder llevar a la práctica también otra idea interesante llamada “Materias primas residuales”. Lanza así un llamado a los ciudadanos a que, en vez de arrojarlos a los cubos de basura, le faciliten diarios o cartas antiguas que tengan en sus hogares. Lo donado puede servir para crear un archivo del que el equipo saque ideas para nuevos espectáculos. Es que “Verba volant, scripta manent”, o sea, las palabras vuelan y sólo se queda lo escrito. A pesar del escepticismo que ha calado hondo en nuestra sociedad, Neda cree que esta ocurrencia se coronará de éxito. Lo conoceremos a ciencia cierta en septiembre que es cuando la iniciativa comienza su andadura. Mientras tanto acordémonos de que somos seres humanos y tratemos de rescatar el altruismo del fondo en que lo hemos sepultado. Ayudémonos unos a otros, sin segregación alguna por motivos de fe, pertenencia étnica o modo de vida. En cada encuentro con un ser humano nuevo aparece ante los ojos de uno un mundo nuevo de emociones, inquietudes, enseñanzas e ideas. Entonces, ¿por qué no aprovecharlas?

Versión en español por Mijail Mijailo
Fotos: Estudio de teatro documental VOX POPULI