El segundo no dura más que un instante, apenas percibido y ya se ha ido. Sin embargo, el tiempo, en su marcha dilatada, es capaz de saturarlo de pensamientos, emociones y hasta destinos. Cabe recordar a estas alturas a los atletas que viven esos momentos en una secuencia retardada y parecen romperlos en unos filamentos minúsculos. El triunfo, empero sólo está en uno de éstos.

Jristo Rekov es uno de los atletas que tienen un aguzado sentido del tiempo. Recientemente, vivió muy dolorosamente el instante de 0,9 segundos que se le escapó del control en su marcha hacia la medalla de oro. No obstante, este kayakista de 20 años de edad llegó segundo a la meta, secundado por Vilian Bachvarov, en la prueba de 500 metros dando un alegrón al público patrio que había acudido al canal de remo de Plovdiv para presenciar las incidencias del Campeonato Europeo para jóvenes de hasta 23 años de edad

Un segundo es mucho tiempo en una competición, cada segundo es muy duro y cada movimiento de remar es muy importante. Es entonces cuando un minuto se transforma en diez y esto es también válido para los segundos, dice Jristo Rekov.

El joven atleta del club Trakia, de Plovdiv, se alzó con sus primera medalla precisamente en el campeonato europeo en su ciudad natal. Ha definido su distinción de forma muy lacónica calificándola de “honor” no sólo por haber conquistado la medalla ante los ojos de sus conciudadanos. Detrás de esta medalla hay mucho trabajo, privaciones, tenacidad, voluntad y carácter”, señala Jristo.

Esta medalla sólo es el comienzo, manifestaba Jristo, acompañado por Vilian, instantes después de llegar a la meta. Esto él lo puede demostrar ya en el transcurso de esta semana al afrontar un nuevo desafío, el campeonato mundial juvenil en Minsk. Va con la ambición de situarse en la escalerilla de honor en la distancia de mil metros.

Los búlgaros somos unos individualistas reza un tópico que, de ser5cierto, ni es válido para Jristo Rekov quien comparte sus esfuerzos diarios en el canal de remo, su sueño de conseguir una medalla en la próxima olimpiada en Tokio y la responsabilidad con el chico con que forman un tándem en el remo a dos. Aunque su compañero Vilian viva en Ruse, y Jristo en Plovdiv, los dos se entrenan frecuentemente juntos y se hacen visitas mutuas. Nos parecemos como cada movimiento de remar, dice Jristo Rekov. Tenemos caracteres idénticos, nos ayudamos mutuamente. Para trabajar en equipo uno necesita paciencia pero tal vez lo más importante sea el entendimiento.

Pese a los éxitos olímpicos que Bulgaria tiene en el canotaje de elite, Jristo no deja de admirar al remero “de plata”, Petar Markov. Desgraciadamente, Jristo no podrá competir en los JJ.OO. de Río pero desea a los participantes búlgaros que combatan por conquistar algo valioso para ellos y confía en las oportunidades para alzarse con una medalla de Miroslav Kirchev, en K1.

Hasta la próxima olimpiada en Tokio, Jristo repartirá su tiempo entre los entrenamientos en el canal de remo y la universidad de Plovdiv en la que estudia Pedagogía y Educación Física. Dice que dentro de diez años ya habrá conseguido adelantos más altos en el deporte. ”Sólo podrá situarse en el primer puesto una persona que se haya sobrepuesto a sí misma”, dice Nikolay Bújalov, uno de los remeros más destacados en el piragüismo. El tiempo mostrará si el joven atleta podrá hacer acopio de las mismas fuerzas y resolución en la persecución de su sueño.

Versión en español por Mijail Mijailov