Desde Madrid hasta Estambul, desde Londres hasta Niza se propaga cada vez más frecuentemente una pregunta: ¿será acaso el terrorismo el nuevo tipo de guerra en Europa? Respuestas tocantes a la esencia y la propagación de este fenómeno se pueden encontrar en el nuevo libro “El terrorismo: abstracciones y realidad”. A diferencia de la mayoría de los libros dedicados a este tema, el autor del citado libro, el teniente coronel Petar Marinov, tiene más de una veintena de años de experiencia en el sistema de la seguridad nacional e incluso ha participado en misiones del ejército búlgaro en Irak y Afganistán. Opina que el terrorismo es el nuevo tipo de guerra, y no sólo en Europa. En éste, a diferencia de la guerra convencional, no son respetadas ninguna clase de normas jurídicas internacionales y lo que ocurre es  todo lo contrario, o sea, existe el afán de actuar contra las reglas, es decir, el enfoque es asimétrico.

¿Qué objetivo persiguen los ataques terroristas en Europa?

A mi juicio su meta es lesionar la confianza en el sistema social y, concretamente, en el sistema de seguridad .Esto acarrea varios efectos secundarios: deterioro económico por encauzarse recursos de otras esferas al sistema de seguridad, aparición de la necesidad de restringir los ya logrados derechos y libertades democráticos, el fomento de desconfianza entre las diferentes comunidades étnicas y, de ahí, incitación a la intolerancia étnica. En ocasiones las acciones terroristas provocan incluso un cambio en la política de países enteros.

Es difícil definir el perfil psicológico-social del terrorista aunque de los últimos casos ha emergido una imagen nueva del mismo.

Es la imagen del europeo inmigrante de segunda o tercera generación quien, siendo habitante de plenos derechos de Europa, tiene la sensación arraigada de un reparto injusto de los bienes, de un trato desigual que la sociedad le ofrece. Las más de las veces, se trata de personas jóvenes crecidas en un entorno relativamente encapsulado-una premisa para su radicalización- .Al mismo tiempo, esas personas son muy susceptibles a ser manipuladas. Esto plantea un problema grandísimo ante el sistema de seguridad porque es casi imposible identificar a esas personas.

Desempeñan un papel importante en la radicalización las redes sociales e incluso los medios informativos que, voluntaria o involuntariamente, se convierten en una herramienta poderosísima en manos de las organizaciones terroristas para sembrar miedo y desconfianza.

El autor del libro vislumbra la posibilidad para Europa de contrarrestar esta amenaza asimétrica en la estructuración de un sistema flexible de seguridad, la integración de las comunidades encapsuladas, la potenciación del papel de las instituciones religiosas formales, la promoción de una campaña acertada sobre los valores democráticos en la sociedad moderna.

La educación, sólo la educación y nada más que la educación. En Afganistán traté con oficiales religiosos que me decían que los talibanes conseguían reclutar a chicos tan jóvenes justamente por el bajo nivel educacional de éstos. Si una persona joven está bien instruida ya podrá leer ella misma lo que dicen los libros sagrados y no habrá necesidad de que alguien se lo cuente.

¿Existen en este entorno cambiadizo amenazas exteriores o internas para la seguridad nacional de Bulgaria?

No hay una amenaza para la integridad del Estado pero la meta misma del terrorismo, que es lesionar los fundamentos de la sociedad y erosionar la confianza de los ciudadanos en las instituciones, es ya de por sí una amenaza para la seguridad nacional. En Bulgaria se han emprendido acciones concretas. Hace algunos días en el Parlamento ha sido aprobada en primera lectura la Ley Antiterrorista. Creo que en el futuro esta ley se irá perfeccionando pero su aprobación ha sido un buen comienzo justamente con respecto a la formación de un sistema de seguridad tal que incorpore la flexibilidad y la capacidad de afrontar amenazas asimétricas.

Versión en español por Mijail Mijailov