¿Qué debe hacer una persona que haya amasado una experiencia vital y profesional rica pero que tenga que poner fin a su actividad laboral por la sencilla razón de haber alcanzado la edad para el retiro? El tema está en la agenda de un gran número de hombres y mujeres búlgaros entrados en sus “años dorados”, el de los sesentones.
Para salir del círculo vicioso del dolce far niente, o sea, de la inactividad, que incluye, entre otras cosas, ver la televisión y frecuentar al médico, un grupo de intelectuales de la “tercera edad” fundó en Sofía un centro educacional llamado Universidad Nacional Búlgara “Tercera edad”. El modelo, conocido en el mundo, se basa en las universidades que apoyan los conocimientos y las habilidades y protegen los intereses de las personas mayores.
El primer año académico fue inaugurado bajo gran interés, con conferencias sobre la vida sana, la nutrición y el tratamiento de las enfermedades típicas de la edad madura. El centro tiene previsto además ofrecer cursos de actualización profesional y de capacitación y recapacitación de jubilados.
Antes de fundar nuestra Universidad, hicimos una encuesta sociológica para identificar los problemas que interesan a nuestros connacionales–dice Gancho Popov, rector de la Universidad “Tercera edad”– . Todos señalan en primer lugar las habilidades en el manejo del ordenador y de las aplicaciones móviles. Las personas de edad en nuestro país están angustiadas porque se han quedado solas en sus casas y no tienen a nadie por quien sentir alegría. Nos dirigimos a todos los ministerios a fin de solicitar asistencia técnica, y ya disponemos de una decena de computadoras de escritorio y otras tantas, portátiles, proporcionadas por el Ministerio de Desarrollo Regional y Obras Públicas. Ya estamos negociando con algunos alcaldes el envío de tales equipos también a sus municipios. De esa manera nuestros profesores podrán visitar los clubes de pensionistas y ayudar a la gente a trabajar con ordenador. Afortunadamente encontramos comprensión. Se nos aseguran salas en los edificios públicos gratuitamente. Los docentes tampoco piden ser retribuidos. El siguiente módulo de conferencias que preparamos está dedicado a la protección de los derechos civiles y a los mecanismos para el fraude patrimonial y financiero.
La Universidad también desarrollará su propia actividad de investigación, centrándose en el sistema social y los problemas concernientes a los pensionistas. Mediante la unificación de las estructuras civiles y los clubes existentes en el país, profesores y amigos del centro educacional constituirán un “grupo de presión” para la solución de problemas acuciantes.
En Bulgaria, más de dos millones de pensionistas viven en el umbral de la pobreza; en este sentido, el Dr. Gancho Popov esboza los primeros pasos de su equipo.
Es mi iniciativa propia la redacción de un llamamiento en el que declaramos que el límite mínimo de las pensiones no debe ser inferior a 170 euros. Y es que el Estado puede encontrar recursos; por ejemplo, exigiendo responsabilidades a quienes malgastaron en transacciones no rentables centenares de miles de millones de la venta de las empresas estatales y que, para beneficiarse de las comisiones, firmaron contratos desfavorables. La Fiscalía debe encargarse de ellos. Hemos decidido enviar nuestro llamamiento a una serie de instituciones nacionales e internacionales. Queremos que nos presten atención porque nosotros no merecemos semejante suerte. Recordemos que somos una nación que dio a Europa cultura, estatidad y muchos talentos.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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