En el plebiscito del pasado 6 de noviembre dos millones y medio de búlgaros votaron a favor de la introducción del sistema de sufragio mayoritario. Tras un voto tan contundente por el cambio, los dos mayores partidos del país, el GERB y el Partido Socialista (BSP, por sus siglas en búlgaro), decidieron, pese a algunas reticencias, respetar la voluntad del pueblo. La ombudsman Maya Manólova presentó en el Parlamento nacional un proyecto de sistema electoral mayoritario, precisando más tarde que no era ella la autora del proyecto sino aquellos quienes votaron en el referéndum a favor del voto mayoritario en dos vueltas por mayoría absoluta. Manólova, personalmente, prefería un sistema electoral mixto, o sea mitad mayoritario, mitad proporcional, idea que expresaba, por cierto, cuando todavía era diputada del BSP. Los socialistas a día de hoy también se inclinan por el sistema mixto, aunque se proclamen por el respeto a la voluntad del electorado.

En las consultas con el Presidente durante la semana, el GERB señaló otro aspecto importante del problema al insistir en que las nuevas normas, reclamadas por la consulta popular, deberían aplicarse aún durante las próximas elecciones anticipadas. Dado que el sistema mayoritario favorecería a los grandes partidos GERB y BSP, reduciendo las oportunidades de las formaciones menores de entrar en la Asamblea Nacional, en el curso de las consultas con el Jefe de Estado estas últimas expresaron de una forma u otra su desacuerdo respecto al sufragio mayoritario.

El sistema electoral mixto es preconizado también por el presidente electo Rumen Radev, quien dijo a Radio Nacional de Bulgaria que la mayoritaria oculta riesgos, y que de la manera en la que se propone ahora podría dinamitar el modelo político en este país y alterar en gran medida el voto popular. Si las elecciones parlamentarias anticipadas se hacen inminentes, Radev celebrará consultas sobre el tema con los líderes de los partidos parlamentarios, con expertos en legislación electoral, y también con los iniciadores de la consulta. Mientras tanto, los expertos advierten que de ser establecido el voto mayoritario en dos vueltas por mayoría absoluta, en el contexto de la nueva zonificación de Bulgaria para la elección de un diputado, según el borrador depositado por la Defensora del Pueblo, serían suficientes apenas unos 7000 votos. Tantos sufragios podría permitirse comprar no sólo un oligarca sino cualquier gran hombre de negocios.

La compra de votos ha sido un hecho también hasta el momento pero el voto mayoritario facilitaría aún más las cosas. Según la Asociación “Transparencia sin fronteras”, durante los comicios parlamentarios de 2014 el voto comprado superó el 8%, y el controlado, el 16%. Sin embargo, los riesgos del sufragio mayoritario no se limitan a esto. Existe asimismo riesgo que deriva de la rapidez con la que se introduciría un nuevo sistema electoral aún para las próximas elecciones anticipadas. Según las expectativas, éstas deberían celebrarse a finales de marzo o a inicios de abril, y el tiempo hasta entonces es críticamente corto. Así pues, la cuestión cuál debería ser el nuevo sistema electoral y cuándo ha de ser introducido permanece abierta.