Una contradictoria declaración de la ministra dimisionaria del Interior de los últimos días acerca de una supuesta amenaza de atentado a causa de los refugiados que se rebelaron en el centro de acogida en Harmanli puso sobre el tapete el importante tema de si en el país existe riesgo de un acto terrorista. En dos días consecutivos, Rumiana Bachvarova anunció y después desmintió que el Ministerio del Interior hubiera tenido información sobre la preparación de un ataque de este tipo.

A estas alturas a escala global no son muchos los lugares seguros, opina Atanas Atanasov, diputado por el partido Demócratas por una Bulgaria Fuerte y ex director del Servicio Nacional de Seguridad. La guerra en Siria y los actos terroristas perpetrados en algunos de los lugares más seguros de Europa muestran que siempre existe riesgo. Creo, sin embargo, que especialmente en Bulgaria el riesgo es mucho menor, ya que nosotros no somos el blanco principal de los grupos terroristas. Ellos por lo general atacan lugares que pueden causar una oleada de reacciones de la opinión pública por el mundo. A pesar de que el grado de peligro sea bajo, los servicios búlgaros no tienen la capacidad de reaccionar de modo preventivo y éste es el gran problema.

A juicio de Atanas Atanasov, los servicios especiales son dirigidos por personas dependientes que sirven a los intereses de oligarcas y corporaciones. Precisamente esto limita sus posibilidades y desmotiva a los funcionarios honestos, ya que los resultados que logran se usan en el tráfico de influencia política y no para buscar responsabilidad a los culpables. Por esto no representan el mayor riesgo las amenazas externas vinculadas con la eventual entrada de personas radicalizadas y sus intentos de crear células terroristas durmientes.

El mayor riesgo ante la seguridad nacional son los casos de corrupción que no se investigan y no se castigan, ya que ésta socava las instituciones, dice el diputado. En los dos años en que el partido GERB gobernaba el país quedó claro que no solo que no existía voluntad ni motivación de luchar contra la corrupción al más alto nivel, sino que era Boiko Borisov la persona que repartía las “raciones” de medios europeos públicos y presupuestarios entre un círculo muy estrecho de amigos allegados suyos.

Para ilustrar sus palabras, Atanasov aduce el ejemplo del Juzgado Regional de Malko Tirnovo en el cual hay causas penales por tráfico de personas instruidas contra ciudadanos extranjeros pero no hay actas acusatorias dictadas contra ningún ciudadano búlgaro.

Esto es una prueba de que los traficantes, que forman parte de una red delictiva internacional, disfrutan del amparo de las instituciones, opina tajante Atanás Atanasov. En primer lugar cuentan con la protección del Ministerio del Interior pero también de la Policía de Fronteras, de las unidades de lucha contra la delincuencia organizada y de las unidades de seguridad interna del Ministerio del Interior, a las que incumbe combatir este problema básico de corrupción. Admitamos que traficantes extranjeros llevan a los migrantes hasta nuestra frontera. Luego, ¿quién los transporta en microbuses, quién los lleva a la capital búlgara Sofía, quién los conduce después hasta la frontera de Bulgaria con Serbia? Sin embargo, tras haber destinado los serbios unidades de su ejército en esta frontera y después de haber quedado cortados los canales, se produjeron los disturbios en el campo de refugiados en Jarmanli. Es que esos refugiados han pagado sumas cuantiosas para ser llevados a Alemania, y no para quedarse en Bulgaria. Es decir, la red de traficantes de personas que se encuentra bien organizada, está amparada a un nivel muy alto en el Ministerio del Interior .Es por esto que funciona tan óptimamente, no se le está investigando y brillan por su ausencia las actas acusatorias.

¿Cómo se inscribe la guerra informativa global en el contexto general de la amenaza para la seguridad del Estado?

Somos blanco de tal tipo de guerra, básicamente por parte de los servicios especiales de Rusia que se aprovechan de la tensión en el Oriente Medio para sembrar miedo en Bulgaria, expresa Atanás Atanasov. Por otra parte, tocar la delicada cuerda del patriotismo y de la amistad entre los búlgaros y los rusos -entre comillas o sin comillas- está siendo aprovechado para atizar ánimos contrarios a la pertenencia de Bulgaria a la OTAN y la UE. Desgraciadamente, las instituciones no tratan de hacer frente a la guerra híbrida, y no lo hacían tampoco antes de dimitir el primer ministro. Se hacen incluso intentos por montar esta ola con el fin de copar más votos en las elecciones.

Versión en español por Hristina Táseva y Mijail Mijailov