La decisión del presidente, Rosen Plevneliev, de no nombrar un Gobierno interino tras haberse agotado las posibilidades constitucionales para el segundo Gobierno ordinario en el marco de este Parlamento, ha desatado violentas confrontaciones políticas. Hasta las elecciones anticipadas queda poco tiempo y este tono se transmitirá a la campaña electoral.

El presidente electo, Rumen Radev, declinó la proposición del presidente saliente, Plevneliev, de encargarse Radev de fijar la composición del Gabinete interino, pero lo hizo de manera cáustica resaltando que los argumentos políticos y la motivación personal de Plevneliev no eran capaces de revocar lo dispuesto por la Constitución, y que la vehemencia de las buenas intenciones no era capaz de sustituir a la ley. Rumen Radev también se había negado anteriormente a comprometerse en la toma de decisiones antes de tomar posesión de su cargo, pero no había hecho uso de tal tono.

Ha tenido un tono violento con respecto a Plevneliev también el líder del partido ABV y antiguo presidente de Bulgaria, Gueorgui Parvanov, quien ha acusado al jefe de Estado actual de haber violado la Constitución y haber actuado como si se tratara de un “concierto a petición”. En tono igualmente cáustico, Parvanov comentó que Plevneliev trataba de salvarse de un impeachment por la falta de tiempo hasta el término de su mandato, pero que debería, no obstante, cargar con una responsabilidad moral, política y de estadista seria.

También han sido lanzadas acusaciones a Rosen Plevneliev desde el Partido Socialista Búlgaro. Según los socialistas, por su negativa a nombrar un Gobierno interino, el presidente saliente habría intentado crear una situación de ingobernabilidad y ahondar la crisis.

Sin embargo, han ocupado una posición diametralmente opuesta los socios de la saliente coalición gobernante -el partido GERB y el Bloque Reformista−, el Frente Patriótico que les ofrecía respaldo parlamentario y también el opositor Movimiento por Derechos y Libertades. Según ellos, el presidente Plevneliev ha actuado con responsabilidad y su comportamiento en medio de la situación concreta es normal y natural. Valeri Simeonov, copresidente del Frente Patriótico también se ha tomado la libertad de emplear un tono cáustico −en este caso con respecto al presidente electo Rumen Radev− manifestando que éste se comporta como un hombre incompetente y cobarde. Esta reacción suya discrepa nítidamente de la opinión de Boiko Borisov, primer ministro dimisionario y líder del partido GERB, de que a Radev no se le puede reprochar por su negativa a participar en el procedimiento formal para designar un Gobierno interino, ya que Radev carece ahora de tales poderes e incumbencia. Los diputados por el Frente Patriótico incluso se han tomado la libertad de criticar al propio Borisov manifestando que éste habría dispuesto no formar un segundo Gobierno en esta legislatura parlamentaria porque no podría permitir una gestión exitosa del país sin su participación.

Mientras, pese a la poca probabilidad de que las elecciones anticipadas se celebren conforme un sistema electoral mayoritario en dos vueltas −tal y como lo han reclamado en el reciente referendo 2,5 millones de electores−, integrantes del comité promotor para la celebración del plebiscito han anunciado un proyecto de nueva división administrativa del país, caso de prosperar el nuevo sistema electoral. Se han vuelto más activos también los promotores del nuevo proyecto político de Jristo Ivanov, antiguo ministro de Justicia, denominado “Bulgaria, Sí”, quienes han anunciado que en enero instituirán una formación que participe en las elecciones.

La meta de este proyecto es desmantelar el modelo de corrupción en el país y poner fin a la pobreza, y sus promotores se proponen actuar, en aras de este objetivo, aliados con otras fuerzas políticas indistintamente de la orientación política que tengan: de izquierdas o de derechas. Como manifestaba hace unos días, el primer ministro, Boiko Borisov, la lid está por iniciarse muy en breve. Sin embargo, el tono de confrontación de los últimos días está generando la sensación de que el país pone rumbo a las elecciones poco menos que como si se encaminara a una guerra.

Versión en español por Mijail Mijailov