El periodismo no es un trabajo cualquiera, sino una causa y no lo puede ejercer cualquiera tampoco. Algunos están agraciados por el destino con el talento de ser buenos en esta profesión, otros, no, quizás porque tienen otra vocación en la vida. El que uno se haya graduado en periodismo no significa que sea capaz de ser guardián impecable de la verdad. La iniciativa “Periodistas en la escuela”, que se promueve por cuarta vez, ofrece a los colegiales la oportunidad de plantear sus preguntas y de aprender una pequeña parte de los secretos del periodista de éxito en Bulgaria. Les ofrecen respuestas nombres consagrados de la televisión, la radio o la prensa. La idea de estas reuniones es de la Fundación “Taller para iniciativas cívicas”, cuya directora ejecutiva, Iliana Nikolova, ofrece más detalles sobre la labor que desarrolla.

Esta iniciativa forma parte de la labor desplegada por el Fondo “Valya Krúshkina”, creado hace 6 años. Se trata del intento que el fondo hace de trabajar por el entorno, por el gremio periodístico pero, al mismo tiempo, atender, al margen de ello, a la siguiente generación de jóvenes. Contamos con excelentes periodistas con premios y vale la pena que la joven generación se reúna con ellos. Por esta razón, hace 4 años comenzamos a organizar estos encuentros en Sofía. Nosotros escogíamos a las escuelas e invitábamos a los estudiantes. El año pasado nos planteamos salir fuera de Sofía y ofrecer a los centros docentes la oportunidad de ser ellos los que invitaran a periodistas. El resultado ha sido estupendo, hemos recibido más de 30 solicitudes de diferentes escuelas y hemos logrado visitar más de una veintena de ellas.

Los periodistas que acceden a participar en estos coloquios deben estar preparados para afrontar preguntas incómodas, pues, tales nunca faltan. Es cada vez mayor el número de los estudiantes que se interesan por saber quiénes son los dueños de los medios informativos y por si la información que publican éstos es veraz. Un tema frecuentemente planteado es el que se relaciona con la seguridad del oficio de periodista y los riesgos que entraña. Los alumnos aprenden que no se vuelve periodista para cobrar popularidad, sino para ayudar a la gente, buscando la verdad y aireando sus problemas.

A la fundación “Taller para iniciativas cívicas” pertenece la idea de instituir los premios “Valya Krúshkina”, In Memoriam de la periodista homónima de la Radio y la Televisión Nacionales de Bulgaria, los cuales se han transformado en sendas garantías de periodismo de calidad. Además, la fundación trabaja en otros proyectos orientados a niños y jóvenes que necesitan apoyo para conseguir sus sueños. Forman parte de estos proyectos los titulados “Patrimonio viviente”, “Círculo de donadores”, “Banco de jóvenes” y “Arcoíris”.

Iliana Nikolova dice, refiriéndose a ellos: El “Banco de jóvenes” es un modelo que se propone fomentar el desarrollo de las habilidades y los conocimientos de los jóvenes de cara a su participación cívica. Se trata de un grupo que identifica problemas locales y trabaja con los jóvenes con vistas a la solución de aquéllos. Actualmente, apoyamos a nivel nacional a 15 bancos de jóvenes. Los jóvenes tienen la misión ardua de persuadir a los adultos sobre el sentido de sus iniciativas. Por su parte, el proyecto “Arcoíris” apunta a la colaboración con organizaciones que apoyan el desarrollo infantil y juvenil. En el marco de este proyecto hemos comenzado a comentar, por vez primera, un fenómeno nuevo en la sociedad búlgara, relacionado con los hijos de los emigrantes económicos que, por falta de empleo, se ven forzados a trabajar en algún país europeo. En la porción noroeste de Bulgaria, sobre todo, hay gran número de localidades en las que brillan por su ausencia los habitantes de edad mediana. Allá habitan, básicamente, jóvenes en edad escolar y personas ancianas.

El proyecto “Patrimonio viviente” apunta a la conservación y popularización del patrimonio cultural a nivel local, resucitando tradiciones y costumbres caídas en el olvido. Cada uno de estos proyectos lucha por la solución de un problema concreto de la sociedad búlgara.

Versión en español por Mijail Mijailov