La continuidad es una ley no escrita del código del folclore. A esta práctica debemos las muestras del arte tradicional que perduran hasta nuestros días. Antaño, las canciones, los bailes, las conductas rituales y el estilo interpretativo se absorbían en el entorno familiar, en la comunicación natural entre niños y adultos. Esta transmisión imperceptible de experiencia y conocimiento de generación en generación es la clave, el "plan de estudios" exacto para la asimilación de la cultura tradicional. Para los niños de hoy, las primeras lecciones de folclore son en la escuela, y a veces en centros culturales, bajo la dirección de un especialista. Por eso la experiencia de personas como Daniela Gueorguíeva no tiene precio. Ella educa a los niños en el campo del patrimonio folclórico, ya que cultiva en ellos el gusto, el conocimiento y el amor por las antiguas canciones de la región de Sámokov, en el suroeste de Bulgaria.
Debo mi "conciencia" del folclore autóctono búlgaro al grupo del pueblo de Shiroki Dol –dice Daniela– . Tres de las mujeres trabajaban en nuestro colegio, y al terminar las clases, cogía a los niños y con esas mujeres íbamos a buscar a la cuarta cantante, que hacía los agudos. Cantábamos durante una o dos horas, y mi tarea era limpiar las cosas desde el punto de vista de la entonación. Empecé a estudiar el folclore en profundidad. Al principio con los niños aprendíamos canciones de Bulgaria Occidental para las cuales hacía melodías modernas. En algunos casos no había acompañamiento musical, entonces cantaban a capella. Vi que lo hacían con ganas, y empezamos con la auténtica forma de ejecución. Al principio con canciones rápidas, para que les fuera más fácil, más adelante busqué canciones más lentas con muchas exclamaciones. Los niños lo hacen maravillosamente bien, lo que significa que he encontrado el camino correcto. Hace 15 años que dirijo el Grupo Vocal Femenino en el pueblo de Govedartsi. Una de las mujeres tiene un talento innato, y las canciones que cantamos con el grupo "Campanitas de miel" son de Govedartsi. Trabajamos así: las mujeres cantan una estrofa, y después los niños la repiten para aprenderla bien.
Hace cinco años que Daniela Gueorguíeva dirige también el Grupo Vocal Infantil del pueblo de Belchín, en el el oeste de Bulgaria, y en 2018 el grupo "Campanitas de miel" celebrará el 25 aniversario de su fundación. Daniela comenta que la escuela en la que trabaja es candidata al programa de Innovación del Ministerio de Educación.
El folclore recibe grandes honores en nuestra escuela. Tenemos nuestros propios trajes, confeccionados igual que los autóctonos. Apostamos por un estudio en profundidad del folclore en las clases regulares de música, en el aprendizaje de la creación correcta del sonido y el característico canto abierto. Estudiamos también canciones de otras regiones folclóricas. En las clases de literatura los chicos estudian texto poético y palabras dialectales. Incluimos también clases de Historia y de Arte, ya que Sámokov tiene ricas tradiciones, la llaman “la ciudad de los pintores”. Tenemos interesantes encajes y bordados en los trajes. En clase de Deporte haremos hincapié en el estudio de los joró, típicos de la región de Sámokov.
Los conjuntos y solistas folclóricos infantiles dirigidos por Daniela Gueorguíeva están altamente valorados por los especialistas, y han ganado numerosos premios en diferentes concursos nacionales, además de ser laureados en el festival "Magia italiana", en Rímini, Italia.
Versión en español por Marta Ros
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