Se desconoce cuándo por vez primera se empezó a colorear huevos. Hay datos históricos y arqueológicos de que ya en la antigua Egipto, en Persia, Roma, China y Grecia coloreaban huevos, que luego se obsequiaban. Los ritos relacionados con ello simbolizaban el nacimiento de la vida, la fertilidad y la purificación. Regalar huevos pintados de color rojo es una de las costumbres más antiguas que adoptaron todos los creyentes en Cristo por el mundo.

Inicialmente, los huevos eran teñidos solamente en rojo. Este color es un símbolo tanto de la sangre de Cristo, como del amor divino hacia los hombres. Hoy los huevos de Pascua se adornan con los colores más variados, pero la tradición ortodoxa exige pintar siempre de rojo el primero.

Junto con el rito de colorear huevos y obsequiarlos con motivo de la Pascua de Resurrección existe también la tradición de dibujar con cera en la cáscara blanca del huevo. Las hábiles manos artesanales convierten los sencillos huevos en verdaderas obras de arte. A estos huevos no solemos llamarlos coloreados (sháreni, en búlgaro), sino písani, o sea, dibujados. Observar este proceso es toda una atracción que no se ve en muchos sitios.

Son muy apreciadas las maestras en este arte de la pequeña ciudad montañosa de Velingrad, en el sur de Bulgaria. Ahí los preparativos para la Pascua empiezan por Todorovden, o sea 40 días antes. Entonces se preparan los huevos en los que se dibuja toda una red de pálidos trazos de cera. La verdadera belleza de los huevos dibujados se manifiesta el Sábado de Gloria. Entonces el tinte rojo en que son sumergidos los huevos literalmente revela (como en el proceso fotográfico) las figuritas trazadas con cera.

Es una tecnología que se viene aplicando desde tiempos inmemoriales en nuestra localidad de Velingrad. Hacían huevos dibujados también en estos últimos 50 años pasados, cuando los ritos cristianos no eran muy acatados por cuestiones ideológicas –dice Tsvetanka Gróseva, verdadera maestra en el oficio, que cuenta con muchos seguidores jóvenes– . Por Pascua, en Velingrad todos aspiran a un futuro mejor y están llenos de esperanza de que estos días vendrán. Su deseo de belleza y armonía nuestra gente lo expresa por medio de los dibujos en las cáscaras de los huevos de Pascua. Los adornos, típicos de la zona, son principalmente flores y plantas. Por ejemplo, la espiga de trigo simboliza la fertilidad y la relación del hombre con la naturaleza. Claro que cada uno tiene la libertad de añadir algo nuevo y así dar expresión a su estado de ánimo o sus preferencias. En un principio los dibujos en los huevos se hacían con cera de abeja, un producto natural y la pluma se calentaba en la llama de una vela. Ahora las tecnologías facilitan la labor y se trabaja con plumas eléctricas, lo que es más fácil y se logra así una mayor precisión. El color de la cera es blanco lechoso. Empezamos los preparativos por Todorovden, día de San Teodoro, llamado aquí la Pequeña Pascua. Tenemos un mes largo para dibujar en la cáscara de un gran número de huevos, sin hervir, que se van juntando. El Jueves de Pasión los huevos dibujados, llamados pisani se ven muy hermosos, destacando el rojo del blanco que queda debajo de la cera. Antes, el color se obtenía de materiales naturales, hoy ya usamos pintura y tintes que se venden en los comercios.

Tsvetanka cuenta que aprendió a dibujar en los huevos  siendo todavía una niña. Observando el trabajo de su madre sintió un gran deseo de continuar la labor de ella.

Hoy sigo haciéndolo con el mayor de los gustos –dice Tsvetanka– . Todos los años en la escuela “Vasil levski” de Velingrad se organiza un Taller de Pascua. Ahí todos los interesados pueden aprender a hacer dibujos con cera en los huevos de Pascua. Me llama la atención que si bien tradicionalmente las chicas son mayoría, también hay un buen número de chicos que se muestran interesados por el cursillo. Las tradiciones en general despiertan un interés cada vez mayor entre los jóvenes”.

Los días de Pascua dedicados a los huevos rojiblancos de Velingrad reúnen a muchas personas en la Plaza principal el Sábado de Gloria. Entonces los mejores en el oficio demuestran sus tecnologías, realizando los dibujos y pinturas a la vista de todos. Se trabaja en un enorme huevo de madera, de 100 kilogramos que luego permanece en lugar destacado de la ciudad para recordar a los visitantes de nuestra región turística que la gente local mantiene la fe cristiana y respeta la memoria de sus mayores.

Versión en español por María Páchkova
Fotos: BGNES