El informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística sobre el mercado laboral y la mano de obra en Bulgaria parece más que optimista. En el primer trimestre de 2017, el coeficiente de actividad económica de la población de edades comprendidas entre los 15 y los 64 años es de un 62,9 % presentando un aumento de casi un 1 % frente al idéntico trimestre de 2016. Las personas económicamente inactivas en esta misma categoría de edad suman 1 millón 400 mil, de las cuales 132 mil ni trabajan, ni buscan empleo, por el dilatado período que se han mantenido al margen del mercado laboral.
Sobre este telón de fondo, resalta el nivel espectacularmente bajo del desempleo, cuya tasa en el período de enero a marzo de 2017 ha sido de un 6,9 %, presentando un descenso en un 1,7 % en comparación con el mismo período del año anterior. En sólo unos cuantos años, el nivel del paro descendió un 50 %, en comparación con la tasa de desempleo superior al 13 %, registrada en 2013. Por este indicador, Bulgaria ya se sitúa por debajo del nivel medio en toda la UE.
Los datos alentadores que llegan del mercado laboral se producen sobre el telón de fondo de una crisis en el terreno de las inversiones, que en 2016 marcaron un descenso notable, frente al año anterior. Las inversiones extranjeras directas literalmente se desplomaron en 2016, registrando una reducción espectacular en más de mil millones de euros, en comparación con las hechas en 2015.
Afortunadamente, esta tendencia negativa está siendo compensada por el crecimiento considerable y, para muchos, sorprendente en todas las modalidades del turismo. Según los pronósticos del Ministerio de Turismo, en 2017 se espera un incremento de casi un 10 % del número de los turistas extranjeros en comparación con 2016, un año récord en el que, por vez primera, más de 8 millones de ciudadanos extranjeros visitaban Bulgaria. Esta tendencia favorece la contratación de mayor número de personas de cualificación diferente y, por el déficit de mano de obra en el sector turístico, el viceprimer ministro, Valeri Simeonov, lanzó recientemente a los empleadores en el sector turístico el llamado a contratar a “todo lo que se mueva”. Otro generador recio de empleo, incluido el empleo temporero, es el boom en el sector de la Construcción y en actividades secundarias como son la producción de materiales para la construcción, el transporte, la logística, etc.
Los tipos de interés que gravan los créditos hipotecarios otorgados por los bancos búlgaros ostentan niveles bajísimos, y la demanda de nuevos bienes inmuebles en el último par de años se adelanta notablemente a la oferta. Todo parece indicar que, por la enorme liquidez de recursos en los bancos comerciales, este proceso continuará por algún tiempo más. Los puestos de trabajo abiertos en los últimos años en el marco de programas europeos han aportado asimismo a los elevados niveles de empleo. Se registra un crecimiento del empleo también en el sector de las Tecnologías de la Información, el Agro, los Centros de llamadas y en el sector de fabricación de piezas para la industria automovilística.
Aumenta, asimismo, el número de los trabajadores autónomos y de las personas con contrato civil. ¿Será posible, empero, que esta tendencia positiva en el marcado laboral persista y que el desempleo en Bulgaria descienda a niveles similares a los que presentan los países de desempleo más bajo como son: Chequia, un 3,6 %; Alemania, un 3,9 % y Malta , un 4,2 %?
La respuesta lacónica es más bien negativa porque se encuentran agotadas las reservas de mano de obra cualificada. Es que una buena parte de las personas no ocupadas en la economía local son gente de nivel educacional y cualificación muy bajos o inexistentes.
Desde el punto de vista meramente estadístico, Bulgaria, en lo tocante al mercado laboral y el nivel del empleo, ya forma parte de los países “sobresalientes” en Europa. Sin embargo, una parte enorme de las personas ocupadas siguen formando parte de la categoría de los llamados trabajadores pobres y esta tendencia, al parecer, no será suspendida pronto puesto que, según los empleadores, un aumento sustancial de las remuneraciones no está a la orden del día, ya que en los últimos años, el crecimiento del monto de los sueldos se adelanta al crecimiento de la productividad del trabajo. En esta esfera Bulgaria ya ni se puede comparar con Rumanía, vecino país del norte, cuyos ciudadanos están cobrando ya remuneraciones superiores en un 27 % a las que perciben los búlgaros.
Versión en español por Mijail Mijailov
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