Repara corazones rotos, crea un dulce camino de cacao hacia la felicidad, nos llena de anhelo, y nos acecha como la imagen de un hombre amado.

El chocolate: el “fruto prohibido” en el menú de dieta y la tentación que en momentos críticos vence incluso a aquellos con más fuerza de voluntad. Aunque no ha salido al mercado un libro que nos recomiende luchar contra la tentación ni rendirnos a ella. “Come chocolate y adelgaza” no sólo elimina la anticipación del fracaso de la dieta, sino que trae consigo un efecto secundario: borra la cara amarga con una sonrisa.

La mayoría de personas que están a dieta realmente no son las más felices del mundo, por la simple razón de que la mayor parte de las dietas son demasiado restrictivas y estúpidas, afirma el instructor de fitness y autor del libro Lázar Radkov. La verdad es que nosotros podemos alimentarnos de forma que sea buena para la salud y que ayude a eliminar el exceso de grasa sin tener que restringir la mitad de la comida del menú. Es decir, las cosas siempre dependen de la inteligencia con que las hacemos.

Y así, si nuestros hábitos de alimentación y ejercicio y nuestra forma de vida están en armonía, podemos disfrutar de pequeños placeres como el chocolate. Por desgracia, sin embargo, no hay productos mágicos para perder peso, por ello debemos ser cuidadosos con la calidad de la comida, el ejercicio físico y el sueño. El chocolate puede ser fácilmente nuestra perdición, porque está delicioso, estimula el apetito y relaja, explica Lázar Radkov. Para no caer en sus garras, el autor propone un reto nutricional y de ejercicio de un mes, con el que podemos perder entre seis y 10 kilogramos y los mismos centímetros de cintura. Pero sólo con un poco de chocolate… por puro placer.

Las dos cosas más simples y efectivas que podemos hacer son beber más agua y añadir verduras a cada comida, aconseja Lázar. Cuando bebemos más agua regulamos nuestro apetito, ya que nuestro cuerpo a veces interpreta de forma incorrecta la señal de hambre. Por su parte, las verduras sacian mucho mejor que la mayoría de alimentos y evitan que comamos en exceso. No es casual que la ensalada se tome antes del plato principal. Así, sólo con estas dos medidas y sin contar calorías empezaremos a consumir menos comida y a perder peso.

Y también ir por el camino del autoconocimiento.

Esta es una de mis principales recomendaciones a la gente, independientemente de su dieta, dice Lázar Radkov. La efectividad de cada programa depende en gran medida de cómo seguimos a nuestro cuerpo y confiamos en las señales que nos manda. Es importante que vigilemos nuestra sensación de hambre, la energía, la agudeza mental, y si algo hace flaquear el rendimiento, revisar todo el proceso. Porque nuestro cuerpo siempre nos manda retroalimentación, y nosotros sólo debemos observarlo y no forzarlo.

En otras palabras, todo lo que hacemos debe estar en consonancia con nuestras posibilidades, mejorar nuestra calidad de vida y hacernos sentir mejor. Sin hambre, sin ejercicios de calentamiento… y con un poco de chocolate. Lo comemos con placer con el café de después de comer, delante de los compañeros de trabajo, con tal cara de felicidad que les cause envidia, bromea el instructor de fitness.

A Lázar Radkov le gusta presentarse sin compromiso. Recientemente reunió a miles de personas por la mañana temprano a uno de los parques de la capital con la idea de batir el récord mundial de la mayor cantidad de personas haciendo flexiones. Con la causa #30para30 aspiró a motivar a un millón de búlgaros a hacer ejercicio cada día durante un mes, e inspiró a cientos de personas a participar en el flashmob “180 segundos de flexiones ante el Parlamento”. Pero su misión más difícil es, sin duda, la última: apaciguar a los “maníacos del chocolate” por una pendiente de barras y cuadrados de chocolate, llevándolos a frenar en el centro aunque estuvieran acelerando.

Y sin embargo, ¿cómo dormir, sabiendo que la media barra de chocolate que queda del día se encuentra en nuestro hogar?

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo personal