En la escuela más próspera de Bulgaria las aulas no cierran incluso durante las vacaciones, los alumnos tampoco se apresuran a salir cuanto antes del aula al escuchar el último timbre, sino que proceden a sus ocupaciones predilectas, quedando sus padres cerca, dispuestos a ayudarles. Esta escuela búlgara, la más próspera para 2017, se encuentra en el barrio Gorno Ezerovo, en la ciudad marítima de Burgás, lleva el nombre del gran héroe nacional Vasil Levski y acoge cada mañana 480 niños gitanos.

Este establecimiento docente de Burgás posee más de un premio pero el más apreciado es, quizás, el último, el de la escuela más próspera. La distinción le fue conferida por haber logrado los mejores resultados en los exámenes finales de enseñanza secundaria. Gracias a este premio la escuela tendrá la posibilidad de acondicionar un aula para clases virtuales, donde los alumnos tendrán acceso a una variada información escolar.

Nuestros alumnos acuden a la escuela no sólo en los días de la semana, sino también durante las vacaciones; esto significa que la escuela está funcionando constantemente –dice Venelina Andreeva, directora del establecimiento–. Esto es muy importante para nosotros, porque creemos que los niños deben participar al máximo tanto en el proceso docente, como en las actividades extraescolares, para poder aprender a manejar el idioma búlgaro en cualquier situación, aunque coloquialmente. Su vocabulario es bastante pobre, por eso nuestra primordial tarea es enriquecerlo constantemente en las diferentes esferas del proceso docente.

A pesar de pertenecer a la minoría gitana, todos los alumnos acuden a diario a las clases. Los profesores visitan con frecuencia la vecina barriada gitana en un intento de establecer contacto personal con los padres y persuadirles de enviar sin falta a sus hijos a la escuela.

La falta de interés es un fenómeno más que frecuente en los grupos minoritarios, pero yo veo la solución del problema en las asignaturas extraescolares –continúa la directora–. Estamos investigando los intereses de los niños y les damos la posibilidad de escoger. La escuela posee una excelente base material, en el momento se está construyendo incluso un pasillo interno hasta el gimnasio. Ya hemos observado el mayor interés que muestran los niños por las instalaciones donde se pueden aplicar métodos interactivos de trabajo. Por esto hemos equipado cada aula con un proyector multimedia, un ordenador portátil para el maestro y una pizarra interactiva. En toda la escuela hay conexión Wi Fi, los colegas trabajan ya desde hace años con los manuales electrónicos, que son realmente atractivos. Para los niños es muy importante poder escuchar la voz y ver a los protagonistas en movimiento, así ellos mismos se creen participantes y no solo espectadores. Hasta los niños de cinco años saben manejar la pluma interactiva y logran colorear y descubrir elementos según la tarea que se les da. En las clases innovadoras que se han iniciado este año con los párvulos, tenemos la intención de introducir el tablet en el proceso escolar.

La directora afirma que logra garantizar los métodos modernos de enseñanza con recursos de presupuesto oficial, pero tampoco deja de participar en todo tipo de proyectos docentes, aunque muchos de ellos no cuentan siempre con la necesaria financiación. Además de la buena administración de las finanzas, los contactos con escuelas de todo el país, para que los problemas no se queden solamente a nivel local y la comunicación con los padres de los alumnos, son de importancia sustancial para el progreso de la escuela.

La buena comunicación con los padres da resultados muy positivos –está convencida Venelina Andreeva. Cuando logras tranquilizarlos para que no sean agresivos y que no culpen a la escuela por cualquier desacierto de su hijo, ellos se muestran dispuestos a confiar y entonces son capaces de colaborar. En cada clase se puede trabajar con un grupo determinado de padres a favor de la escuela. Nuestro deseo es incluirlos en las ocupaciones de los alumnos, sobre todo en las iniciativas escolares, en las celebraciones. En estos casos necesitamos a los padres no solo como espectadores, sino también como participantes activos, y el resultado es muy bueno.

Después de terminar con éxito el séptimo grado, gran parte de los alumnos de esta escuela básica de Burgás continúan su formación sobre todo en institutos de orientación profesional. El gran dolor de la directora son, sin embargo, las niñas que se casan muy temprano y dejan la escuela. Pero ella no se rinde y espera lograr cambiar el modo de pensar de la comunidad gitana sobre el tema.

No se trata de intentar hacerlas diferentes, sino de conservar sus costumbres culturales y evitar cualquier enfrentamiento sobre la base étnica. Creo que, a pesar de las dificultades y muy lentamente, observamos ya cierto cambio en este sentido.

Versión en español por Katia Dimanova
Fotos: Archivo personal