El Dr. Stanimir Sirakov, un joven médico búlgaro, salvó la vida de una niña de diez años con un método innovador y fue reconocido por el gremio a nivel mundial.

Cuando ingresó en el hospital, la niña movía con dificultad sus extremidades, apenas hablaba y tenía problemas de la visión causados por la presión intracraneal. La pequeña sufría de una forma extremadamente grave de hidrocefalia (malformación arteriovenosa que altera el flujo sanguíneo en el cerebro y provoca su muerte) y los médicos no le daban esperanzas de una vida larga. Urgía una intervención quirúrgica. A través de una arteria del pie el Dr. Stanimir Sirakov accedió al cerebro de la niña, evitando así la operación clásica de abrir el cráneo.

Es una intervención insólita debido a la complejidad de las malformaciones, muy raras y con una estructura anatómica tan compleja –dice el Dr. Sirakov– . Las oportunidades para la pequeña eran pésimas y de no haberla operado le habrían quedado tal vez unos meses hasta el desenlace fatal; y ahora se está recuperando y esperamos que lleve una vida normal. En el mundo se han registrado bastantes intentos de hacer semejante operación pero nuestro equipo es apenas el segundo en tener éxito.

Por su logro sobresaliente, el galeno de 33 años recibió recientemente el Premio Nacional de Medicina.

No sé qué puertas me abrirá este premio pero el método ha ganado mayor popularidad y se ha vuelto muy notorio que también en Bulgaria se pueden hacer tales procedimientos y operaciones –comenta el Dr. Sirakov– . Tal vez esta sea la mayor ventaja. Además, el sentirse apreciado y reconocido por los colegas en Bulgaria es muy agradable.

Antes de empezar a establecer estándares mundiales en operaciones cerebrales altamente especializadas, el Dr. Sirakov hizo prácticas en varias clínicas europeas. Las más largas fueron en Nish, con el Prof. Petar Bosnjakovic, reconocido radiólogo intervencionista, y en París, con el Prof. Jacques Moret, decano de la Neurorradiología Intervencionista. Reconoce que en la esfera de sus especialidades: el Diagnóstico por Imágenes y la Neurorradiología Intervencionista, la ciencia médica en Bulgaria todavía no ha avanzado mucho.

Si queremos mantenernos al día, es inevitable capacitarnos en el extranjero –opina, categórico, el Dr. Sirakov– . Para mí aquí no había alternativa de modo que, si quería dedicarme a mi especialidad, tenía que irme al extranjero. Primero había que formarse fuera para comenzar a practicar en Bulgaria. Un mes atrás hicimos un centro de referencia para enfermedades cerebrovasculares en el hospital capitalino San Juan de Rila. Mi objetivo ahora es maximizarlo para que los pacientes búlgaros reciban el mismo tratamiento y cuidados que en el extranjero.

Pese a recibir decenas de ofertas de trabajo en prestigiosas clínicas europeas y estadounidenses, el joven médico decide quedarse en Bulgaria.

Creo que es más agradable y satisfactorio demostrarse a sí mismo en un lugar donde todavía hay cosas por desarrollar y contribuir a ello que ir allí donde todo ya está establecido y funciona –afirma el Dr. Stanimir Sirakov– . En el Departamento somos todos médicos jóvenes y motivados y siempre trabajamos en equipo. Implementamos y desarrollamos en nuestra especialidad métodos y tecnologías en aras de los pacientes nacionales.

Versión en español por Daniela Radíchkova