Suman más de 2 millones los búlgaros que han emigrado de la patria. Cada uno de ellos tiene destino y razones diferentes para iniciar una nueva vida en el extranjero. Algunos de estos búlgaros emigraron de Bulgaria antes del año 1989 para escapar de las represalias del régimen comunista, otros lo hicieron para obtener mejor formación en el extranjero y, otros más, para conseguir un empleo mejor retribuido. Sin embargo, estas tres categorías de personas tienen algo en común entre sí, y es la esperanza de que un día volverán a sus hogares patrios y cambiarán al país. Algunos expresan esta intención únicamente en palabras pero otros ya cuentan con su plan y sus objetivos de cómo lo van a hacer.

Daniel Bogdanski es estudiante de segundo año en la carrera de negocios internacionales en la Universidad de Maastricht y no deja de interesarse por lo que está ocurriendo en Bulgaria. Ha creado su blog personal en el que plantea sus ideas sobre los problemas de candente actualidad que Bulgaria afronta y sobre las eventuales soluciones de los mismos. En este blog Daniel describe vivencias propias de él como también de diferentes personalidades que residen en el extranjero y que tienen por cometido aportar a la materialización de diferentes causas.

Dice Daniel refiriéndose a la gente a que se destina su blog: Tiene por meta impulsar a las personas jóvenes a que cambien de mentalidad. Si cada uno de nosotros hiciera hoy algo pequeño por Bulgaria, mañana ésta sería un lugar mejor para vivir. Lo primero que Daniel ha hecho para este sitio electrónico es el nombre que lleva: “La vía búlgara”. Se le ocurrió esta idea cuando participó en un concurso de ensayos filosóficos, organizado por la Universidad de Sofía “San Clemente de Ohrid”. El tema era “La vía búlgara: potencial, problemas y perspectivas” que terminaba con la pregunta “Y tú, ¿qué has hecho hoy por Bulgaria? ¿Cuál es, en realidad, la sugerencia que se hace? La idea es que si cada uno de nosotros comenzara a desvelarse por Bulgaria, por el porvenir de la ciudad en que vive y dejaramos de desunirnos, el país contaría con el potencial para que las cosas cambien incluso en un solo año. El problema es que andamos muy desalentados, desconfiados y apáticos. Sólo nos fijamos en lo negativo. Depende única y exclusivamente de nosotros mismos el poder cambiar nuestras vidas y el entorno en que nos movemos. El primer paso a dar es procurar sobreponerse al proverbial pesimismo que solemos disimular con destreza presentándolo como preocupación y hasta como realismo. Es que el pesimismo es el mayor freno ante el desarrollo del ser humano. No hay nada más fácil que decir que tal y tal cosa no puede ocurrir ni hay manera de que pueda suceder. Es el comportamiento del ser humano temeroso ante lo novedoso y lo desconocido. Cada uno lleva en su fuero interno este sentimiento, lo importante es poderlo controlar.

Debemos dejar de hurgar en la historia, empeñados en buscar motivos de orgullo únicamente en el pasado. Es que las personalidades de las que podamos enorgullecernos tampoco faltan hoy en día. Estas personas, para afirmarse en su desempeño personal, han necesitado de valentía, voluntad y han sufrido privaciones .Suelen lograr sus éxitos gracias a sus esfuerzos personales y sin apoyo alguno por parte del Estado. Por esto sus esfuerzos frecuentemente pasan inadvertidos, y la causa principal de ello es la falta de información para popularizar tales actos. Narrando en su blog las historias de búlgaros que han logrado el éxito, Daniel espera remediar esta situación y encauzar la atención pública en sus problemas. Sus ideas no se limitan sólo a esto y así pronto verá la luz otro sitio electrónico en el que se promocionarán, en lengua inglesa, las curiosidades naturales e históricas de Bulgaria. El deseo de este búlgaro joven es poderles enseñar a los extranjeros que Bulgaria los puede sorprender no sólo por sus hermosas mujeres y bebidas alcohólicas baratas, sino también por su variado y rico pasado, su cocina extraordinaria y la multitud de oficios artesanales conservados y heredados de famosos maestros artesanos.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal