La Iglesia de Hierro de Estambul, un templo del espíritu búlgaro en esa ciudad turca, relacionado con la lucha por la independencia eclesiástica de los años 30 y 40 del siglo XIX, es la única iglesia ortodoxa de hierro del mundo. Mide 15 metros de altura, y su campanario alcanza los 40. Este templo ortodoxo búlgaro, que ocupa un terreno de 500 metros cuadrados, es una basílica cruciforme de tres naves, bellamente decorada y construida con elementos de hierro. El altar está orientado hacia la bahía del Cuerno de Oro, y sobre el nártex se yergue un hermoso campanario.
La Iglesia de Hierro fue construida a finales del siglo XIX, cuando la colonia búlgara en Tsarigrad (antiguo nombre de Estambul) constaba de 50.000 personas. En 1849 el búlgaro Stefan Bogoridi, un influyente estadista otomano que poseía el título de príncipe, donó para las necesidades religiosas de sus compatriotas una gran parcela con varios edificios, uno de madera y dos de piedra, en el barrio Fener, en la misma orilla del Cuerno de Oro y cerca del Patriarcado Ecuménico.
El 17 de octubre de 1849 fue emitido un decreto del sultán que permitía a los búlgaros tener su propio templo. Entonces la planta baja de la casa de madera donada por el príncipe Stefan fue convertida en una capilla temporal. Más tarde se convirtió en un templo autónomo, consagrado al archidiácono y primer mártir San Esteban, en honor al donante, el príncipe Stefan. Entonces el templo pasó a ser conocido como “La Iglesia de Madera”.
En 1850 las construcciones de piedra del patio de la iglesia fueron demolidas y se levantó un edificio de tres plantas conocido como “El Metoquión”, que más tarde se convirtió en la sede del Exarcado Búlgaro, fundado el 27 de febrero de 1870. El Exarcado siguió funcionando en Estambul tras la Liberación de Bulgaria de los turcos, hasta la Guerra de los Balcanes de 1912.
El 25 de junio de 1890, con un decreto del sultán, se permitió al Exarcado Búlgaro construir un nuevo templo en el lugar de la Iglesia de Madera. La primera piedra fue colocada el 27 de abril de 1892 por el exarca José I. Como el terreno era inestable, el arquitecto otomano Hovsep Aznavur propuso construir la iglesia no con cimientos de hormigón, sino con placas de hierro. Todos los elementos hechos de hierro pesaban 500 toneladas, se fabricaron en Viena y fueron transportados hasta Estambul en barco a través del Danubio y el mar Negro. El esqueleto de la iglesia es de acero, y las paredes, de láminas de metal. El montaje finalizó el 14 de junio de 1896. Vista desde el exterior, la iglesia combina elementos arquitectónicos neobarrocos, neogóticos y bizantinos. El interior también se fabricó en Viena, y el estilo se define como el primer ejemplo de art noveau en Estambul. Los iconos son obra de un artista ruso, de Rusia llegaron también las seis campanas, dos de las cuales siguen redoblando hasta hoy día. El exarca José I ofició la misa de consagración del nuevo templo el 8 de septiembre de 1898, día de la Natividad de la Virgen María. Actualmente la basílica de San Esteban en Estambul es una de las pocas iglesias de hierro que quedan en el mundo. En su patio están enterrados destacados eclesiásticos búlgaros.
La Iglesia de San Esteban, que en 2018 cumple 120 años de su construcción, es considerada el monumento más valioso del patrimonio histórico y cultural búlgaro en Turquía y fuera de Bulgaria, en general. Este domingo, 7 de enero, el templo completamente restaurado será inaugurado y consagrado de nuevo con una misa solemne, oficiada conjuntamente por el patriarca ecuménico Bartolomé I y el patriarca búlgaro y metropolitano de Sofía, Neófito.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: BTA, BGNES y Fundación Templo ortodoxo búlgaro “San Esteban” en Tsarigrad
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