Describir en sólo unas pocas líneas toda una vida humana es difícil, y cuando se trata de uno de los medios informativos más antiguos de Bulgaria es imposible reunir su historia multifacética en un breve reportaje periodístico. A lo largo de sus 82 años de existencia, Radio Bulgaria ha acumulado memorias de sí misma que contar, al menos para rendir homenaje a toda una pléyade de personalidades que le han dedicado su vida.
Hace más de ocho décadas, en 1936, desde Bulgaria hacia el mundo se iniciaban las primeras emisiones radiales experimentales de los programas de Radio Sofía, sucesora de la pública Radio Patria, fundada en 1930. Poco después, aparecían las emisiones de Radio Nacional de Bulgaria (BNR, por sus siglas en búlgaro) para el exterior, unidas en la actualidad bajo el nombre común de Radio Bulgaria, el servicio de Radio Nacional para el exterior.
El destacado historiador de la radio, Prof. Veselín Dimitrov, de la Facultad de Periodismo y Medios de Comunicación de la Universidad de Sofía San Clemente de Ojrid, señalaba:
Testigos de que las transmisiones en onda corta iban experimentando un crecimiento considerable en el mundo, un grupo de técnicos búlgaros de radio entusiastas decidió construir con fines de ensayo un transmisor de onda corta y realizar una emisión radial en lengua búlgara para el exterior. Al principio las autoridades les castigaron por la autoiniciativa pero luego fueron condecorados con órdenes por su audaz empresa. Bulgaria se hallaba en aislamiento internacional debido al tratado de Neuilly y los gobernantes del país, ya fueran ministros o diputados, eran conscientes de la necesidad de que la voz búlgara fuera escuchada en el mundo. Las primeras transmisiones en onda corta de Radio Sofía, hasta donde se captaba su señal, eran en lengua búlgara. Llegaban informes de muchos puntos del planeta donde vivían emigrantes búlgaros, incluida Australia.
Las transmisiones regulares de programas desde Bulgaria al exterior comienzan en abril de 1936, y desde el 24 de mayo, Día de la Escritura Eslava y de la Cultura y Enseñanza Búlgaras, siguen un horario fijo. Ese mismo año arrancaban también las emisiones en esperanto, y en mayo de 1937 se estrenaban las transmisiones regulares en los idiomas francés, alemán, inglés e italiano. El programa en lengua italiana, por ejemplo, lo confeccionaba el entonces joven Pétar Úvaliev quien posteriormente, bajo el nombre de Pierre Rouve, se convertiría en figura legendaria en la BBC, un intelectual de intereses y actividades enciclopédicos.
Esa radio era algo totalmente extraordinario –decía– . Nació para convencernos de que estaba en el ombligo del éter. Las fronteras desaparecían porque nuestras voces llegaban lejos, éramos jóvenes, tal vez no del todo maduros pero hablábamos a la gente que estaba más allá, al otro lado del mundo. Mientras el mundo se dividía, obstinado, en enemigos, las ondas radiales vencían las trincheras del odio. La radio nos enseñaba a no odiar.
En 1935, cinco meses después de que el zar Boris III promulgara un decreto por medio del que la radiodifusión en Bulgaria era declarada propiedad del Estado, fue nombrado director jefe de la radio Sirak Skitnik (en español, huérfano errante), seudónimo artístico de Panayot Jristov, destacado escritor, pintor y figura pública. Bajo su mando empieza la edificación técnica y organizativa de la radioemisora nacional, BNR, que, además, se establece como una de las instituciones culturales más importantes del país.
Aparte de las noticias, la programación en lenguas extranjeras abarcaba revistas de los acontecimientos culturales en el país, conferencias e incluso traducciones de poemas de poetas búlgaros.
El afán de construir puentes entre las culturas se imponía a la propaganda durante la Segunda Guerra Mundial y después de ella. A los ya existentes programas en cinco idiomas se incorporaban emisiones en checo, húngaro, ruso, polaco, serbocroata, griego y turco (noticias en idioma turco había ya a principios de los años cuarenta), y el verano de 1944 marcaba el inicio de los programas especializados destinados a los búlgaros expatriados. De la década de 1950 datan las transmisiones en lengua española y árabe, y de la década de 1970, las de lengua albanesa y portuguesa.
A inicios de la década de 1950, en el servicio de Radio Nacional de Bulgaria para el exterior ingresa a trabajar Djoko Rosic. El entonces estudiante universitario que todavía no había cumplido 20 años más tarde se convertiría en uno de los actores búlgaros más conocidos.
Fui traductor–locutor en la sección de emisiones para Yugoslavia. Luego fui redactor en el Servicio Central de Información que escribe los materiales para todas las secciones de idiomas de Programas para el exterior. Nuestra producción era la columna vertebral de los materiales en las otras secciones.
En 1990, inmediatamente después de los cambios democráticos en el país, a la cabeza de BNR se pone Alexánder Vladkov, quien comenzó su carrera en la Sección Alemana de Radio Bulgaria.
Es un trabajo infinitamente interesante y me ganó para siempre para la Radio. Para trabajar en un programa de este tipo se requieren muchas más cualidades, preparación profesional y formación. Transmitir para el exterior es competir con las emisoras de radio locales. En la práctica es como disputar un partido en cancha del rival. Es decir, no es suficiente ser un buen redactor, un buen locutor con un timbre de voz agradable. Se necesitan también otras cualidades: dominio perfecto del idioma extranjero y conocimiento, en el plano histórico y político–cultural, del país al que se destinan los programas.
En Radio Bulgaria comenzó su carrera profesional –como responsable de la correspondencia en la Sección de Lengua Inglesa– Rayna Konstantínova, que subió en la jerarquía llegando a ocupar los puestos de directora de Radio Bulgaria y directora general adjunta de Radio Nacional de Bulgaria. Posteriormente fue Directora del Departamento de Radio de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU). En la actualidad preside el Consejo Público de BNR.
Debido al interés de los oyentes de todo el mundo, se creó también un Servicio de Transcripciones que seleccionaba programas temáticos y musicales en las diferentes lenguas. Luego estos programas se grababan en CD y se proporcionaban a estaciones de radio, asociaciones culturales y educativas y a centros docentes a una cincuentena de emisoras de 28 países para que la voz de Bulgaria se escuchase en todo el mundo y la gente aprendiese sobre este país en su propio idioma.
Desde el 31 de enero de 2012 ya no están en el éter los programas en nueve de las lenguas en que transmitía Radio Bulgaria, excepto el turco. La producción ahora llega a su audiencia a través de su sitio web, donde en nueve idiomas, además del búlgaro, se ofrece información sobre los eventos más importantes, el patrimonio histórico y cultural, los búlgaros con contribución significativa a las ciencias, las artes, la música y el deporte. Radio Bulgaria de nuevo se relaciona, y también interactúa con el mundo pero ya mediante el verbo escrito, usando como medio de comunicación la Red Global.
La mayoría de las cartas que llegan a Radio Bulgaria acentúan que la Emisora mantiene vivo el contacto con el mundo con su narrativa sobre las festividades, la historia y las costumbres búlgaras, así como sobre los grandes logros de la cultura musical búlgara. Para los búlgaros dispersos en el extranjero Radio Bulgaria es una pequeña fracción de la tierra búlgara que anhelan.
Bravo por mantener viva nuestra identidad búlgara. ¡Muchas gracias por preservar vivo el espíritu de nuestra nación, de nuestra Bulgaria!, estas son las palabras que se pueden leer con más frecuencia en sus cartas.
Me alegro de que Radio Bulgaria siga trabajando –escribe una búlgara residente en España refiriéndose a la situación de hace algunos meses cuando algunas de las secciones de lenguas extranjeras de Radio Bulgaria se vieron amenazadas por un cierre– . Todo el verano estuvimos con ustedes, apoyándolos, porque los necesitamos.
Gracias, Radio Bulgaria, por informarnos desde tu sitio web sobre todos los eventos importantes. Sería bueno que se organizaran cursos de idioma búlgaro, sugiere un lector de descendencia búlgara de Albania.
Para mí es un placer seguir en Facebook los temas históricos del Club de Historia de Radio Bulgaria. Están muy bien elaborados y son informativos, y para mí personalmente representan un contacto especial con la hermosa Bulgaria, un país del que me enamoré y que es muy querido para mí, escribe un usuario de la página en inglés desde Holanda.
He pasado toda mi vida en la aldea de Brestovene pero cuando mis hijos y mis nietos se fueron a trabajar en Alemania yo también tuve que irme por tres meses para cuidar de mi bisnieta. Allí seguí escuchándoles y cada una de sus emisiones me trasladaba a mi aldea natal, donde con mis vecinos solíamos escuchar sus programas interesantes, y la nostalgia no me atormentaba tanto. Estoy feliz de que existan y de poder escuchar las canciones de mi juventud, escribe una oyente de las transmisiones en turco de Radio Bulgaria.
¡Gracias por vuestra labor! Hace 5 años que vivo en Bulgaria y a pesar de hablar el idioma cada vez mejor sólo por ustedes he logrado entender festividades, tradiciones y noticias de actualidad a cabalidad! ¡Muchas gracias!, ha publicado en el muro de Radio Bulgaria en Español en Facebook una amiga chilena de la Sección Española.
Sigo con regularidad el sitio web de Radio Bulgaria y, en mi humilde opinión, sus diez apartados son una excelente forma de presentación. Nos proporcionan información valiosa sobre varios acontecimientos importantes. Naturalmente, como todo en la vida, siempre se puede hacer más y mejor, escribe un lector de Serbia.
Seleccionado por Darina Grigórova
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo
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