Lo viertes en tu copa, bebes, y nunca sabes cuánto trabajo hay detrás. Desde fuera parece fácil, pero hasta que llega ese momento, “vives” tres meses en el vino. Si uno no tiene pensamientos positivos por la mañana, por la tarde y por la noche, si no vigila cada etapa del proceso, no obtendrá nada. Simplemente hay que seguir las normas y pensar en él con amor, son palabras de Jristo Kovachev, productor aficionado de vino.

Jristo nació en Troyán, una bella ciudad con rica historia, tradiciones conservadas y hermosa naturaleza. Se encuentra al pie de la cordillera de los Balcanes, y en los alrededores están las reservas del Parque Nacional “Balcanes Centrales”. La ciudad es conocida como “la capital del rakía de ciruela”, un aguardiente emblemático de Bulgaria. Jristo se dedica desde hace años al negocio privado. Es propietario de una gran pastelería en la que se producen y se ofrecen magníficos dulces. Se graduó en un instituto de bachillerato de idiomas en la ciudad de Lovech, y después estudió Biotecnología en la Universidad de Sofía “San Clemente de Ojrid” y en la Universidad de Quimio-Tecnología y Metalurgia en la capital.

He aquí cómo un conocedor de vinos se convirtió en productor aficionado:

Hace una década nos reunimos en una villa, una peña de amigos, hombres todos, para bebernos sendas copas de vino tinto. Alguien dijo que en la serranía no se podía producir buen vino, que sólo la gente de las llanuras entendía de eso. Esa idea se quedó atascada en mi mente y empecé a buscar manuales y libros de texto sobre el tema. Me pareció que el proceso no era tan complicado, y el siguiente otoño me compré un recipiente especial de acero inoxidable. Empecé con la modesta cantidad de 200 kilos de uva del tipo Merlot. Cumplí todos los requisitos mencionados en los libros, y a pesar de ser mi primer intento, obtuve un buen vino. Al año siguiente compré dos recipientes más y experimenté con otros dos tipos de uva. En casa no se pueden producir grandes cantidades de vino, pero cuando tienes con quién compartirlo, se obtiene la increíble combinación de buena gente y buena bebida.

La maestría de este montañero es altamente apreciada, y no sólo por sus numerosos amigos.

Participo en concursos de no profesionales”, cuenta Jristo. He ganado premios en tres ediciones consecutivas en el prestigioso concurso de vinicultores aficionados de Lovech. Este año envié mi vino a un concurso en Asenovgrad, donde participa gente de toda Bulgaria, auténticos amantes del vino. El jurado es profesional y está compuesto por representantes de la Universidad Agraria de Plovdiv. Dieron una alta calificación y clasificaron en primer y segundo lugar dos vinos míos. Uno, producido a partir de uva Cabernet Franc, y el otro, de Carménère.

Junto a las sutilezas de la producción de vino, Jristo ha estudiado también el “carácter” de los tipos de uva. Afirma que hay relación entre el signo del zodíaco de una persona y sus preferencias hacia un determinado sabor (e incluso regusto) del vino.

Conozco variedades muy ricas cultivadas en Bulgaria. Puedo decir que cada tipo de vino se adapta a un carácter determinado, señala convencido. Igual que las personas tienen temperamentos distintos, también los vinos producidos a partir de distintas variedades de uva tienen su propia identidad. Por ejemplo, mi signo del zodíaco es Leo, y me gustan los vinos con toques pronunciados de fruta, que se obtienen al separar las semillas y el zurrón después de la fermentación. Si se dejan más tiempo en el vino no se nota el aroma a fruta, sino que predominan los taninos. Soy partidario de esta tecnología que le da el aspecto, determina el carácter de un tipo concreto de uva y del vino que se obtiene de ella. Opino que el vino es la cerradura a través de la cual alcanzas el corazón de una persona. “La verdad está en el vino”, es un pensamiento tan breve y tan cierto. En los últimos años el 14 de febrero se celebran en Bulgaria dos fiestas. Algunos celebran el vino, otros el amor. Yo encuentro mucho en común entre ambos. Si algo sale mal al principio del proceso, si hay suciedad o el nivel de azúcar es bajo, el entorno se vuelve ácido y en vez de vino se obtiene vinagre. Así ocurre también en el amor: si los personajes son de carácter difícil, si no hay sinceridad y pureza, la relación se estropea. En buenas condiciones se puede obtener un vino bueno y duradero, con buen sabor y un regusto que se puede disfrutar mucho tiempo.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo personal