Las ideas brillantes no esperan que la persona elegida por ellas se ponga el traje y se siente en el escritorio ante el ordenador. Con una facilidad cual un juego, las ideas dan vueltas alrededor de esa persona e insisten sólo en una cosa –que las atrape en su vuelo y las amanse–.

La idea de construir un avión solar se les ocurrió a dos amigos mientras conversaban tranquilamente en el garaje sobre el futuro. En aquel momento, Yavor Jristov y Dobromir Dobrev no se daban cuenta de que su ocurrencia los llevaría tan lejos – por un camino con nubes suaves y blancas como las huellas que deja el avión reactivo.

Era así, en  broma, pero se convirtió en algo real – recuerda aquel día especial el joven de 23 años, Yavor, y agrega que con Dobromir comenzaron inmediatamente a hacer investigaciones. Así nació su proyecto para un avión al que le pusieron el nombre de TwinRay. Este vehículo aéreo de dos plazas se alimentará de energía solar y se moverá con una velocidad de 140 a 200 km/h estando en el aire 4 horas. Es interesante decir que también se podrá cargar durante el vuelo, por eso los 400 km que recorrerá sólo con baterías se podrán convertir en 600. Este será un récord teniendo en cuenta que en estos momentos el vuelo más largo con un avión parecido es de unos 400 km.

Para la mayor parte de aviones eléctricos en el mercado –sin que importe si son solares o no– se hacen sacrificios en el intento de obtener alta velocidad, que los aparatos sean livianos, etc. Así explica Yavor en que se diferencia su proyecto. Siempre se sacrifica algo – sea la comodidad o la distancia que cubrirá, mientras que nosotros queremos que TwinRay se emplee para objetivos grandes, por ejemplo, si alguien quiere irse de vacaciones o simplemente contemplar la naturaleza, que lo haga en nuestro avión. Por eso hemos elaborado un diseño que es diferente de los que hay ahora. La forma especial de las alas permitirá que se coloquen más paneles solares y también una velocidad y comodidad mayor que las del resto de aviones–.

Para que este avión se haga realidad muy pronto, un equipo de unas diez personas está trabajando en el proyecto –es un grupo de especialistas en ingeniería eléctrica y en aviación, y un experto en mercadotecnia–.

En estos momentos estamos trabajando en un pequeño prototipo –cuenta Yavor Jristov–. Estamos haciendo una maqueta  de 1:10, que debería estar lista hasta finales de marzo y, si el tiempo es apropiado, le haremos la prueba. En cuanto al avión completo y su producción, ya hemos contactado a varios empresarios esperando que nos hagamos socios Así que TwinRay puede ser construido en Bulgaria o en Alemania y que dentro de un año salga al mercado.

Con el proyecto de avión solar, Yavor y Dobromir están participando en un concurso de la “Boeing”, hasta han clasificado a la final junto con otros 16 aspirantes de un total de 200. Sin importar si ganarán o no, el gigante de aviación brindará apoyo a los jóvenes búlgaros dándoles consultas y consejos.



A finales del año pasado ellos resultaron ganadores en la edición regional de la competición más importante para compañías que están dando sus primeros pasos en materia de energía sostenible en Europa Central y del Este –Power Up–, y también representaron a Bulgaria en la final en Budapest. ¿Cuáles serán sus futuros propósitos?

Ya tenemos diseñado un modelo deportivo de un solo piloto –responde Yavor Jristov–.  Una vez que TwinRay esté en el mercado seguiremos trabajando en ese modelo. Planeamos también hacer un avión para vuelos autónomos que se utilice para suministros a corta distancia. Nuestro tercer objetivo es entrar en el sector de vuelos locales cortos –que de momento se realizan por aviones de pasajeros de 50 a 100 personas a bordo y poco se hacen por las aerolíneas grandes.

A Yavor le gustaría crear los aviones del futuro en Bulgaria pero señala uno de los obstáculos para ello –una ley que impone demasiada regulación sobre la posibilidad de efectuar vuelos experimentales–. Y esté, dónde esté, hay una cosa que está bien clara –perseguirá su gran sueño: que para sus aviones no haya fronteras en el cielo mundial.

Versión en español por Ludmila Sávova
Fotos: Archivo personal