Estos días, de manera sorprendente para algunos, Vladislav Goranov, titular de Finanzas de Bulgaria, anunciaba en una conferencia europea en Sofía, dedicada al marco financiero plurianual de la UE, que Bulgaria se encontraba dispuesta a incrementar el monto de su cuota a los Presupuestos de la UE. Según el ministro, el incremento del Presupuesto actual en un 10 %, aproximadamente, es viable y aceptable para Bulgaria.
De hecho, la declaración de Goranov no es una sorpresa, sino un testimonio de la evolución dinámica de las posiciones de Sofía sobre el tema. A comienzos de febrero, el Ministerio de Finanzas desmintió afirmaciones de que Bulgaria habría convenido en incrementar a hasta un 1,1 % del PIB las cuotas de los países comunitarios al presupuesto plurianual tras la salida de Gran Bretaña de la UE. A finales de febrero, el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, señalaba que tal aumento sería beneficioso para Bulgaria, y en la primera decena de días de marzo, el titular de Hacienda sólo ha agregado, de hecho, que esta idea obedece al interés de mantener la Política de Cohesión y la Política Agrícola Común, PAC, de la UE. Evidentemente, la posición de Sofía no es incondicional y cabe esperar, en los próximos meses, que Bulgaria actúe guiada por este motivo incluso en su calidad de país presidente de turno del Consejo de la UE.
Sofía ha forjado su posición a los dos meses de haber asumido la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, haciéndolo en un momento en que los países de la UE se encuentran discrepando con respecto al tema. Austria, por ejemplo, se opone al aumento de las cuotas a los Presupuestos comunitarios e insiste en recorte en algunos programas relacionados, sobre todo, con pagos a países de Europa del Este. Los países del Báltico, en cambio, son partidarios de incrementar las cuotas después del año 2020. Se espera que la CE presente en mayo del año en curso una propuesta oficial sobre el marco financiero plurianual. Mientras, el asunto estará siendo debatido a diferentes niveles y en distintos formatos. Según el gabinete “Borisov”, a estas alturas todas las opciones con vistas a superar los retos post Brexit se encuentran abiertas y debe ser meta de la presidencia búlgara aportar a la celebración fluida de las negociaciones en torno a los Presupuestos de la UE.
En este sentido, Ekaterina Zajarieva, ministra búlgara de Exteriores, ha comentado que, según el Ejecutivo búlgaro, revestirá gran importancia definir las prioridades y las políticas para financiar antes de proceder a precisar la cuantía del Presupuesto de la UE. Por la próxima salida de Gran Bretaña de la UE y las elecciones europeas en 2019, la elaboración del marco financiero plurianual se perfila más ardua que nunca antes. En medio de esta situación de los debates, complicada por las circunstancias, la Presidencia búlgara del Consejo de la UE aspirará a propiciar equilibrio entre las nuevas políticas, en lo tocante a la seguridad, la migración y las innovaciones, y las políticas tradicionales que ya han contribuido a que la UE sea lo que es hoy.
El abandono de la UE por parte de Gran Bretaña, país que es uno de los contribuyentes neto más importantes, abrirá un agujero del orden de un 12 % de los recursos con que los países miembros están financiando el Presupuesto comunitario. Recientemente, Günther Oettinger, comisario europeo de Programación Financiera y Presupuestos propuso que los nuevos gastos de la UE, valorados en unos 10 mil millones de euros al año, sean sufragados por medio de un 20 % de ahorros y un 80 % de dinero fresco. Anteriormente, el propio Oettinger había llegado a proponer que los deficitarios casi 13 mil millones de euros por el abandono de Gran Bretaña fueran asegurados por medio de recortes de los gastos en un 50 %, y que el otro 50 % fuera conseguido por medio de cuotas complementarias de los países miembros. Este equilibrio de 50 % a 50 % resultaría, según los expertos, bastante más negativo para Bulgaria. Actualmente por cada euro que Bulgaria aporta al Presupuesto comunitario, Bruselas le devuelve 6, aproximadamente, y así cualquier recorte en los subsidios europeos será sentido palpablemente por el país.
Según el ministro de Finanzas de Bulgaria, la limitación eventual de la política de cohesión, centrándola exclusivamente en las regiones más pobres, reducirá el interés de los países grandes por ella entrañando un riesgo para la propia política de cohesión. Será en los próximos meses cuando se podrá ver qué clase de equilibrio se establecerá entre todas estas complejas ideas. A fecha de hoy, el ministro búlgaro de Finanzas se mantiene optimista señalando que la UE se encuentra en un auge económico con condiciones que mejoran en el mercado laboral y en la financiación, y que en medio de esta coyuntura una ambición política constructiva y moderada podría ir superando los desafíos y garantizando una estabilidad financiera general para lograr un crecimiento a largo plazo de la economía, el empleo y los ingresos.
Versión en español por Mijail Mijailov
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