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Las antiguas técnicas para los huevos pintados siguen vivas en la actualidad

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La simbología del huevo ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Los huevos de avestruz más antiguos decorados con hilos, descubiertos en África, tienen aproximadamente 60.000 años y sirvieron en su día como regalo. Los huevos de oro y plata están presentes en las costumbres funerarias de los sumerios y los egipcios. Según las creencias idiomáticas de distintas naciones, el huevo es símbolo del Universo, de la fertilidad y de la llegada de la primavera en la Naturaleza. Los cristianos han adoptado los huevos pintados de color rojo como símbolo de la sangre de Cristo. Y actualmente los huevos pintados son un símbolo inconfundible de las fiestas de Pascua y parte de su ritual característico.



Los huevos los pinta la mañana del Jueves Santo o el Sábado Santo la mujer de más edad de la casa. Tradicionalmente, el primer huevo debe ser siempre rojo.

El huevo rojo simboliza la fertilidad y la naturaleza que renace, explica el etnólogo Dimítar Vasilev, del Museo Nacional de Historia. Es el principal símbolo que, por un lado, está relacionado con la fertilidad, y por otro, tiene una función de protección sobrenatural. Las cáscaras de huevo rojo se utilizan en muchos actos rituales: se colocan en la puerta contra el mal de ojo y los hechizos; se meten en agua para que la beban luego los enfermos; se ponen en los establos de animales para protegerlos de las enfermedades... Antes de la primera siembra, las cáscaras rojas se arrojan al campo. También hay un huevo rojo presente en la decoración de los panes rituales de Pascua. Por ello el huevo rojo es el más importante, y después de él se pintan y se decoran el resto de huevos.

Lo característico de los huevos pintados es que se dibuja sobre ellos con ayuda de cera y una pluma especial para escribir con cera, que tiene la punta en forma de cono por la cual sale cera de abeja fundida. Se utilizan principalmente dos técnicas. Con la primera, se pintan previamente algunas partes del huevo, tras lo cual, con ayuda de la pluma y la cera, se trazan las decoraciones, el huevo se sumerge en tinte, y al final se elimina la cera. De este modo, el huevo queda coloreado con trazos blancos. También se puede teñir el huevo dos veces: la primera vez con tinte amarillo, y después de aplicar la cera, con tinte rojo. Así, tras retirar la cera se obtiene un huevo rojo con decoraciones amarillas.



Con la segunda técnica el huevo queda blanco, sin pintar; con la cera se trazan sólo los contornos, y a continuación se dibujan diversos elementos. Con los huevos blancos se emplea un tipo de cera especial negra y una técnica característica a base de puntos. Esto explica el etnólogo Dimitar Vasilev: Entre los elementos imprescindibles suele haber una cruz, impuesta por el cristianismo. Son obligatorias también decoraciones de plantas, y de animales a menudo se representa un pollito, símbolo universal de paz y prosperidad. Además, en los huevos se pueden escribir nombres, sobre todo de niños, así como las palabras "Jesucristo Salvador", que también es la introducción de un elemento cristiano. El etnólogo añade también algo interesante:

Escribir en los huevos es una costumbre búlgara única, en muchos países eslavos se pueden ver variantes de esta costumbre cristiana, señala Dimitar Vasilev. Pero esta es una decoración muy antigua. No se puede decir cuándo surgió exactamente, pero con toda seguridad en Bulgaria se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y a lo largo de todo el siglo XIX, cuando los huevos, además de ser puramente decorativos, tenían también una función ritual muy importante.



En los últimos 15 o 20 años hay un resurgimiento de las antiguas costumbres, así como la técnica para los huevos pintados. Muchas más personas están familiarizadas con ella y empiezan a utilizarla. En esto juega un papel importante el interés por las tradiciones, así como numerosas instituciones y museos que ofrecen talleres para decorar huevos. "Los niños deben aprender este tipo de tradiciones populares", está convencido Dimitar Vasilev, por eso cada año el Museo Nacional de Historia organiza un taller gratuito en el que los niños tienen la posibilidad de decorar huevos con la técnica antigua y aprender más sobre las costumbres y tradiciones de Pascua, bajo la experta guía de los especialistas del museo y de la artesana de escritura de huevos con cera, la Dra. Svetla Rakshíeva.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Desislava Semkovska



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