Las raíces del patchwork se esconden en la más remota antigüedad, aunque se considera que esta técnica, en su variante contemporánea, nació en el s. XVIII en Inglaterra. El nombre patchwork proviene del inglés –patch: parche y work: trabajo–. Se hace uniendo pequeñas piezas de tela. El resultado puede ser una manta, colchas, cojines, manteles... e incluso peluches. Para su elaboración se utilizan diferentes técnicas.
Tras la II Guerra Mundial este oficio artesanal cayó en decadencia pero renació con toda fuerza en los años 70 del s. XX cuando el estilo folclórico se conviertió en moda. En Bulgaria este arte aplicado llegó bastante tarde, tras los cambios democráticos de 1989. Pero mucho antes de eso, Kremena Kambova dio sus primeros pasos poniendo todo su corazón y alma en sus obras que lleva creando durante 40 años.
La primera persona que me “descubrió” hace años fue la presentadora de televisión, Briguita Cholakova. Eso fue en 1986. Ella anunció por televisón que cada mujer que elaboraba algo a mano que lo llevara a su programa “TV del domingo”. Precisamente en ese programa y, varios años después en su primera revista, ella me presentó con esta manualidad desconocida hasta entonces en Bulgaria.
Kremena Kambova es una artista autodidacta. Cuando, años después, vio videos en Internet de cómo se hacía un patchwork, ella quedó sorprendida porque con su intuición artística y aprecia a la belleza había descubierto sola este técnica mucho antes. No descarta lo moderno (aplicaciones, abalorios, encajes, inclusive metal) pero su amor sigue siendo el patchwork clásico.
El patchwork clásico significa cocer las piezas en una capa superior que se llama lado derecho, entre esta y la tercera se coloca guata, y luego se unen. El derecho del patchwork tiene que emanar belleza, que sea armónico, acabado, organizado. El estilo clásico incluye figuras geométricas. Debes saber lo que quieres hacer, y lo más importantes, escoger correctamente las telas y los colores. El patchwork clásico se hace a mano y eso requiere mucho tiempo.
Kremena Kambova prefiere combinar materias porque los diferentes materiales permiten una mayor diversidad. En su trabajo emplea lino, algodón, tejido de punto. Evita las materias brillantes. Todo tiene que quedar perfecto porque un pequeño descuido puede convertir al patchwork en una cursilada. ¿Cómo se crea el patchwork?
Primero hay que tener la idea, verla. Luego, lo piensas, ordenas, descoses, cortas, tiras. Y si no tienes paciencia el resultado no será el que quieres −dice Kremena Kambova−.
A la gente les gusta mucho y lo utiliza. Porque yo quiero que se utilice, que te cubras con la manta, que pongas ese mantel en la mesa, que tengas la sensación de que tienes algo distinto en tu casa. En mi trabajo no importa el trabajo, importa el resultado.
Versión en español por Ludmila Sávova
Fotos: Archivo personal
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