Hace más de tres siglos el escritor Petar Bogdan calificó Chiprovtsi como “la flor de Bulgaria”, ya que las criaturas más delicadas de la naturaleza se asomaban con sus colores en las maravillosas alfombras de Chiprovtsi. Y hoy las hermosas creaciones de los maestros artesanos de esa ciudad de montaña embellecen museos europeos y casas de entendidos de todo el mundo. Desafortunadamente, no está lejos el día en que este conocimiento se pierda con el silencio del telar y la última tejedora de alfombras.
Los visitantes del Festival de Alfombras de Chiprovtsi, que tendrá lugar los días 5 y 6 de mayo en la ciudad que le da nombre, podrán ver cómo se crea una alfombra de Chiprovtsi, desde el hilado hasta la propia artesanía, pasando por el devanado del hilo y el montaje del telar. Entre los eventos destacados del programa hay un concurso de tejido de figuras sobre ropa de cama y una exposición al aire libre de alfombras de Chiprovtsi.
Alumnos de la Academia Nacional de Arte harán una exposición de trajes figuras de alfombras de Chiprovtsi, explica Anita Komitska, directora del Museo de Historia de la ciudad. En la plaza también se venderán alfombras, pequeños souvenirs y artesanías locales tradicionales que incluyen elementos de las alfombras, para demostrar que se pueden utilizar de formas muy distintas y no hay que olvidarlo. El primer día del festival presentaremos también una película sobre las alfombras de Chiprovtsi, obra del director iraní Javad Daneshvar y el camarógrafo Petar Petrov. De este modo buscaremos una analogía con las alfombras del Oriente y qué es habitual en ellas, es más, que la palabra que utilizamos para este tipo de tejido viene de Persia”.
Las primeras alfombras de Chiprovtsi se tejieron en el siglo XVII, y la artesanía floreció durante el Renacimiento (s. s. XVIII y XIX).
En nuestra etnología hay dos corrientes que debaten sobre el inicio de la artesanía de alfombras, explica Anita Komitska. Hace tiempo se pensaba que los habitantes de Chiprovtsi desarrollaron la habilidad de tejer alfombras tras el Levantamiento de Chiprovtsi de 1688, cuando huyeron a los pueblos de los alrededores de Pirot, y ahí desarrollaron este arte. Pero esta teoría cada vez es menos defendida, porque hoy hablamos del arte búlgaro de tejer alfombras del este y del oeste. Las del este son las alfombras de Kotel, y las del oeste, las alfombras que se tejen en telar vertical en Chiprovtsi, Pirot, Prilep, Ojrid, Tsaribrod y Samokov, que siguen una técnica de confección, ornamentación y colorido idéntica. Sin embargo, no se puede decir que las alfombras de Chiprovtsi se hayan adoptado de Pirot, porque sus modelos más antiguos, con el motivo geométrico “karakachka” y la alfombra de tipo “bakamski” se tejían desde el siglo XVII y no se encontraban en Pirot. Así, más bien podemos hablar de desarrollo de los centros cercanos y de influencia mutua de los modelos, los elementos principales, etc.
Cada mujer detrás de un telar, ya sea hace unos siglos o en la actualidad, que pone su alma, su corazón y sus pensamientos en la alfombra, se puede llamar artesana, añade la directora del museo, recordando cómo ha cambiado la alfombra de Chiprovtsi a lo largo de los siglos.
En el período más antiguo de tejido de alfombras había colores más sobrios y pálidos, como ocre tierra y azul, que se obtenían con tintes naturales y aportaban no solo solidez a los colores, sino también suavidad.
Esas alfombras se caracterizan por tener un campo principal y uno o varios bordes llenos de motivos geométricos. La segunda etapa se llama “decorativa”, porque las alfombras de Chiprovtsi se embellecen con más colores y motivos: el árbol de la vida, la vid de otoño y de primavera, ramas con pájaros, y muchos símbolos antiguos.
A principios del siglo XX empezó un periodo de desarrollo del arte de confección de alfombras con motivos pequeños y repetitivos, y con colores más brillantes y llamativos gracias a pinturas químicas. Ese tipo de alfombra no ha dejado de tejerse hasta el día de hoy.
Sin embargo, esto es cada vez menos frecuente y la tradición se desvanece, admite Anita Komitska. Ella espera que los búlgaros tarde o temprano valoren la riqueza que representan las alfombras de Chiprovtsi, no solo por su belleza, sino porque en ellas hay muchos símbolos del bien y la prosperidad.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: ich.unesco.org и chiprovtsi.bg
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