Las desigualdades socioeconómicas en los países de los Balcanes Occidentales son un problema que debe ser resuelto, no solo debido a sus esperanzas de unirse a la UE, sino también por los propios ciudadanos. En torno a esta opinión se han unido los participantes en la conferencia “La desigualdad en los países de los Balcanes Occidentales: ¿un obstáculo para la adhesión a la UE?”, que se celebró la víspera de la Cumbre dedicada a la región. En su discurso a los participantes, el presidente del Partido Socialista Europeo, Serguey Stanishev, ha definido la fecha 17 de mayo como histórica para Bulgaria, que ha conseguido trabajar constantemente en su máxima prioridad como país presidente de la UE-Balcanes Occidentales. Stanishev ha destacado igualmente los cambios importantes que han ocurrido en los Balcanes desde que éstos vuelven a formar parte de la agenda europea. Es en Macedonia donde resultan más palpables los cambios en el plano político exterior, un país que ha logrado resolver uno de sus problemas de muchos años. Gracias a la recia voluntad y deseo de los gobiernos de Boyko Borisov y Zoran Zaev ha sido firmado el Tratado de Buena Vecindad entre Bulgaria y Macedonia, cuya firma fue pospuesta durante más de una década. No obstante, las ambiciones de Zaev no paran ahí, ya que está resuelto a zanjar otro conflicto interestatal que persiste desde hace años: el contencioso con Grecia sobre el nombre de la ex república yugoslava. El líder del Partido Socialista Europeo opina categóricamente que la solución de conflictos políticos internos y externos entre los países de los Balcanes sólo es un trecho del camino que deberán recorrer para llegar a ser los nuevos miembros de pleno derecho de la UE.

Hay que tener bien claro que sin un desarrollo económico y social efectivo y una superación de las contradicciones internas en el nivel de vida, la adhesión en sí a la UE no podrá resolver los problemas. La adhesión no es la panacea, y un indicativo de ello es la experiencia de Bulgaria y Rumanía. En nuestra sociedad se fue creando la expectativa de que el 1 de enero de 2007 íbamos a acceder a la UE y que todos nuestros problemas quedarían zanjados. Estos no han sido resueltos de ninguna manera, pero sí se crean nuevas oportunidades que, de no aprovecharse, por medio de políticas concretas para elevar la calidad de vida y la competitividad, surgirá inexorablemente una desección y se generará un euroescepticismo. En Bulgaria el euroesopecticismo ostenta niveles bastante bajos en comparación con otros Estados de Europa. Sin embargo, el problema no es solo económico y social, sino, además, político. Es cierto que nos ha tocado vivir en un periodo de transición cuando una ideología y un modelo −del neoliberalismo en todo− se está yendo. Este modelo desembocó en la enorme crisis de 2008, iniciada como financiera y que se transformó en crisis económica. Debido a políticas erróneas se transformó en una descomunal crisis social con consecuencias graves para todos los países miembros de la UE, pero también para los Balcanes Occidentales. Es por esto que este modelo se ha agotado y ha de ser cambiado de manera fundamental.

Un sondeo del centro de estudios “Trend” indica que una buena parte de los ciudadanos búlgaros respalda la perspectiva europea de los 6 países de los Balcanes Occidentales. Un 61 % de los encuestados considera que Bulgaria tiene interés en que lleguen a formar parte de la familia europea; un 16 % está en contra, y un 25 % se abstiene de responder. Un estudio de “Gallup” en el que se ha encuestado a ciudadanos de los Balcanes Occidentales pone de manifiesto que es en Kosovo donde existen las mayores expectativas de su adhesión a la UE. Ahí, un 91 % de los entrevistados han contestado que para ellos es mejor que su país acceda a formar parte de la familia europea. En Albania y Bosnia y Herzegovina los resultados del sondeo arrojan un 88 % y un 78 % de respaldo al porvenir europeo de esos países. En Serbia, empero, el cuadro es distinto, pues se han proclamado a favor de la adhesión a la UE un 57 % de los encuestados, y en contra, un 43 %, lo que es el porcentaje más elevado de rechazo de los 5 estados objeto del sondeo.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Yoan Kolev y baricada.org