Los pies de tracios, helenos, romanos, ilirios, celtas y egipcios pisaban las baldosas de mármol del ágora desde la cual las calles se bifurcaban hacia los templos, los talleres y los comercios pero era asimismo el lugar en que uno podía reclamar justicia y enterarse de las noticias más recientes.
Heraclea Síntica −centro cosmopolita de tribus, etnias y pueblos diferentes− desvela su antigua herencia en el territorio del municipio de Petrich, en el término municipal de la aldea de Rúpite y en proximidad a un volcán extinguido. Esas tierras estuvieron pobladas al comienzo por la tribu tracia de los sintos −años 1300 a 1200 antes de Cristo− que dieron el nombre al asentamiento. Cuando el soberano macedonio Filipo II se apoderó de Síntica añadió a su nombre el de Heracles, ya que creía que su estirpe era descendiente del mencionado héroe mítico.
Heraclea Síntica es la ciudad antigua mejor conservada en nuestro territorio, dice Sotir Ivanov, director del Museo de Historia de Petrich. La altura de los muros de la Basílica Cívica, los santuarios y los comercios situados al norte del ágora, es de unos cinco metros, y su arquitectura es similar a la de la ciudad antigua Filipos, en Grecia. La ciudad ha tenido un sino particular por haber sido encrucijada de culturas, influencias políticas y vida económica ya en la época de la tribu tracia de los sintos. Fue asimismo un eslabón de unión entre el Sur y el Norte, entre la costa del Egeo y el interior de la Península Balcánica, entre Macedonia y Tracia, y tenía una población de 40 a 50 mil habitantes. Es particularidad característica de Heraclea Síntica el que contara con una forma de gobierno democrático que también se fue transfiriendo a las épocas posteriores.
Según el director del Museo de Historia de Petrich, en la antigua ciudad se encontraba la Basílica Cívica en la que se hacía la administración de justicia. La edificación se ha conservado casi por completo y es la única de este tipo en los Balcanes. A sólo un centenar de metros de ella se encuentra la iglesia cristiana más temprana en las tierras suroccidentales de Bulgaria, que se remonta a comienzos del siglo IV.
También tiene extraordinaria valía el santuario de la diosa griega antigua Némesis en el cual han sido halladas tabletas votivas con las deidades del panteón romano, destrozadas probablemente por las manos de paleocristianos. En una de esta tabletas el vicio está representado en forma de una mujer joven recostada de pelo teñido en amarillo −en la Antigüedad el color amarillo o rubio simbolizaba el pecado− y sobre ella había puesto el pie la diosa de la venganza rápida Némesis.
Heraclea Síntica es uno de los centros fabricantes de vasijas de cerámica en esa porción de los Balcanes, dice el director del museo Sotir Ivanov refiriéndose a la forma de sustento de los moradores de la ciudad.
También era bien desarrollada la cantería, hasta el momento se han descubierto 6 talleres para labrar la piedra. La industria maderera estaba también desarrollada por la proximidad de unos astilleros. En general, la fabricación de productos de cerámica, vidrio, metales, resultaba suficiente para la prosperidad de una villa antigua, sin contar el comercio que era, igualmente, un renglón de importancia en cuanto a los ingresos. Es interesante asimismo el hecho de que la ciudad hacía los pagos que tenía que hacer empleando monedas propias que ostentaban la inscripción “Moneda de los heracleos del valle del río Struma”.
Se puede decir a ciencia cierta que la ciudad existió desde el siglo IV a. C. hasta el siglo VI cuando se le mencionó por última vez en las listas para los tributos en la época del emperador bizantino Justiniano I el Grande. Por desgracia, las fallas tectónicas en el valle del río Struma abocaron a la ciudad a duras pruebas pero sus habitantes conseguían recuperarse de las calamidades causadas por varios terremotos devastadores.
Posteriormente, cuando se iniciaron las incursiones de eslavos y protobúlgaros ese territorio fue incorporado al Estado búlgaro. Actualmente, Heraclea Síntica forma parte de los 100 sitios nacionales de interés turístico y no deja de acaparar la curiosidad de los visitantes como una de las ciudades mejor conservadas de la Antigüedad.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES y archivo
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