Al término de la jornada laboral del 11 de junio quedaba anunciado que el primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, había aceptado la dimisión de Biser Petkov, ministro búlgaro de Trabajo y Política Social. Como motivo de su acto, el ministro habría señalado la imposibilidad de contener la tensión creada en relación con las reivindicaciones de los padres de hijos con discapacidades.
Desde el campamento de tiendas de campaña de madres en protesta, montado delante del Parlamento nacional, éstas han expresado sorpresa, ya que lo que habían reclamado no había sido la dimisión del ministro, sino la aprobación del proyecto de ley, ya ultimado, para la asistencia personal. En las redes sociales las personas en protesta y partidarios suyos han calificado la dimisión de una señal de que el proyecto de ley no será examinado por el Parlamento y, por esta razón, han señalado que comienzan a organizar “una protesta grandiosa que apunta a la dimisión del Gobierno”.
La dimisión, amén de inesperada, ha planteado una serie de interrogantes. Se trata del segundo ministro de Trabajo y Política Social que se va en los tres gobiernos que hasta ahora ha presidido el premier, Boiko Borisov. El primero, Ivaylo Kalfin, abandonó el gabinete “Borisov 2” para ser candidato a las presidenciales, en tanto que el ahora dimisionario alega imposibilidad de resolver un problema que, aunque muy importante, no es fundamental para la esfera social. Si es cierto que en el transcurso de las conversaciones con las madres en protesta de hijos con discapacidades, Biser Petkov habría expresado comprensión y hasta benevolencia respecto a la solución de su problema, ¿no sería ahora su dimisión indicio de discrepancias profundas del ministro con la política social del Ejecutivo?
Es que Biser Petkov es un experto y dirigente consagrado que se ha demostrado en la esfera social. Hasta el momento de su incorporación al gabinete “Borisov 3” se ha mantenido durante muchos años trabajando en instituciones sociales y financieras y disfruta del prestigio de un experto en cuestiones de seguridad social. En 2016 fue elegido para segundo mandato como director del Instituto Nacional de Seguridad Social. Ha sido presidente de la Agencia Estatal de Supervisión de las Cotizaciones a la Seguridad Social, adscrita al Consejo de Ministros, vicepresidente de la Comisión de Supervisión Financiera, encargado del departamento de supervisión de las cotizaciones. Personas con experiencia de este calibre actúan de manera racional, no propenden a tomar decisiones emocionales y no desisten fácilmente de los objetivos que se plantean.
El día de la dimisión del ministro de Trabajo y Política Social ha coincidido con la noticia de que el salario mínimo de los maestros y profesores de escuela en Bulgaria ascenderá a partir del 1 de enero próximo a 460 euros, siendo el salario mínimo interprofesional actual de 255 euros. El cambio ocurrirá en virtud de un nuevo contrato colectivo de trabajo, suscrito por el ministro de Educación y los sindicatos del sector de la enseñanza. ¿Será acaso la dimisión del ministro de Trabajo expresión de su defraudación por la generosidad parcial con respecto a determinadas categorías profesionales sobre el telón de fondo de la asistencia escasa para algunos grupos socialmente vulnerables? Si realmente existe tal tipo de sensibilidad en el seno de la sociedad, ¿por qué entonces un determinado ministro no puede tener empatía con ella?
Desde el opositor Partido Socialista Búlgaro (BSP por sus siglas en búlgaro) han admitido que el ministro Biser Petkov sea el chivo expiatorio por la impotencia del Gobierno de zanjar un problema que sí se encuentra resuelto en la mayor parte de Europa. Según los socialistas, la asistencia para las madres de hijos con discapacidades es un asunto que depende básicamente del Ministerio de Finanzas antes que del Ministerio de Trabajo y Política Social, y las decisiones a tomar en este ámbito implican la intervención no sólo del ministro de Trabajo, sino también de los titulares de Sanidad y Finanzas y, asimismo, la intervención personal del primer ministro.
Éste ya ha tomado cartas en el asunto al aceptar la dimisión del ministro, pero ésta también deberá ser sancionada por el Parlamento. Mientras tanto, entrevistado por Radio Nacional de Bulgaria, Valeri Simeonov, viceprimer ministro de Bulgaria, manifestó que la retirada de Biser Petkov había sido inoportuna y que la dimisión no había sido coordinada con él. Los presidentes de la Confederación de Sindicatos Independientes de Bulgaria y de la Confederación del Trabajo “Podkrepa” −que son las mayores centrales sindicales en este país− han insistido en carta enviada al primer ministro Borisov en que éste revise su decisión de aceptar la dimisión. No hace mucho la sociedad búlgara presenció unas situaciones contradictorias en relación con la eventual dimisión de Temenuzhka Petkova, ministra de Energía, quien hasta hoy en día se mantiene en su cargo. Cuesta decir, de veras, ¿qué ocurriría ahora?
Ha disipado las dudas el propio primer ministro Boiko Borisov, quien ha dicho desde Izmir: Lo dejo que siga trabajando
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