Con el inicio de la crisis económica mundial en 2008 la UE se vio metida en el ojo de una tormenta, cuyas secuelas aún no están claras. Pese a haber pasado 10 años desde aquel momento, persiste la sensación de que la crisis se va ahondando cada vez más. Se van sumando a ésta problemas nuevos, tanto locales como paneuropeos, como son los relacionados con los refugiados, los problemas en Italia, o bien, el referendo en Cataluña, no reconocido por el Gobierno español. El trazo último, pero más importante, incorporado a este cuadro es el hecho de que el 29 de marzo de 2019, Gran Bretaña abandonará la UE. Aunque se trate de una decisión soberana, la salida de la UE de la segunda economía más poderosa en el seno de ésta no deja de provocar serias preocupaciones. ¿Qué es en realidad lo que ha movido al Reino Unido a abandonar la tutela de Bruselas y cuáles son las enseñanzas que se desprenden de tal decisión? Estas interrogantes han sido discutidas en un foro organizado en Sofía bajo los auspicios del Partido de los Conservadores Reformistas Europeos, PCRE. Han participado el vicepresidente del grupo parlamentario del PCRE, Said Kemal, y diputados de Alemania y Gran Bretaña. Por parte búlgara han intervenido ante el foro el eurodiputado búlgaro, Anguel Dzhambazki, y el Prof. Atanás Semov, jurista y profesor en la Universidad de Sofía “San Clemente de Ohrid”. A juicio de los dos, el que Reino Unido esté saliendo de la familia europea no significa que se vayan a quemar los puentes entre los dos .La cooperación con la UE continuará en las esferas de la Seguridad y la Defensa por el nivel de peritaje y las capacidades que posee Gran Bretaña en estos ámbitos. El que el Brexit se haya convertido en un hecho se debe a varias razones, dice el Prof. Semov y agrega:

Una de las razones para la votación de los electores en Reino Unido residió en haberse subestimado la necesidad de mantener un diálogo transparente y honesto con los ciudadanos. Se subestimó la necesidad de decírle al hombre de a pie cómo es la UE y cuáles son los beneficios de la adhesión a la UE, en vez de aferrarse a las inconveniencias de esta membresía. Siempre he estado convencido de que uno, para tenerle cariño a la UE, debe criticar valientemente sus deficiencias. El Brexit ha sido, de hecho, un Bruselexit, indicio claro de desacuerdo con dos realidades europeas. Una de éstas reside en la hiperregulación. Se mantiene todavía muy fuerte la sensación de que el principio de proporcionalidad no está siendo respetado y que las instituciones europeas no dejan de aprobar actas que traen la sensación de una hiperregulación. Es ejemplo de tal acta el Reglamento General de Protección de Datos, que concierne los datos personales y al que se le conoce por las siglas GDPR. No obstante, la votación a favor del Brexit ha sido también una votación en contra de la federalización de la UE y de la sensación de una limitación excesiva de la soberanía de los países miembros.

Otro argumento de peso a favor del abandono de la UE ha sido la invitación que la canciller alemana, Angela Merkel, había dirigido a todos los inmigrantes dándoles la bienvenida a Europa. Aquel llamado ha puesto en tela de juicio la protección de las fronteras exteriores .Esa incertidumbre, a su vez, ha repercutido en los países miembros cuyos ciudadanos van coincidiendo con frecuencia cada vez mayor con las ideas de la extrema derecha y de los euroescépticos, vislumbrando en ellas una salvación para sus respectivos países. Son sendos testimonios de esta propensión los resultados de las elecciones en Austria e Italia, países en los cuales los partidos de extrema derecha se han erigido en factores insoslayables a la hora de la formación de los gobiernos en Viena y Roma. La tercera razón por el abandono británico se puede descubrir en el empeño de la CE en dictarles a los distintos países miembros cómo habrán de estructurar su orden interno. Semejante injerencia se ve en lo tocante al llamado Paquete de Movilidad que amenaza con provocar la quiebra de una buena parte de empresas transportistas en Europa del Este.

El eurodiputado búlgaro, Anguel Dzhambazki, señala que los debates en torno a este tema han dejado al descubierto las fronteras invisibles que se han creado en la UE. Y agrega: Por un lado están quienes pretenden transformar la UE en un estado federal supranacional, a semejanza de los EE.UU. y, por el otro, las personas con gran apego a sus tradiciones y adelantos históricos. Es exponente de una de las tendencias el presidente galo, Emmanuel Macron, quien habla de la unidad europea pero al mismo tiempo promueve la división. Divide la UE en países occidentales “viejos” y otros, periféricos, de los que surtirse de mano de obra y en los que colocar las mercancías de los estados de Europa Occidental. En el polo opuesto se sitúan Polonia. Hungría, Austria, Italia. De esta manera se está formando un orden nuevo en Europa y se puede acometer un auténtico debate en torno al futuro de la UE.

Versión en español por Mijial Mijailov