Joyas de cristal, objetos y obras de arte brillan cuan la paleta bondadosa de un pintor gracias a una mujer búlgara que emigró a Estados Unidos con un único sueño…ser abuela. Pero pasados veinte años, su empresa de colores cerca de Seattle prolifera gracias a los ricos matices del vidrio y las exquisitas obras de artistas de todo el mundo.

A los 57 años de edad, armada únicamente de su experiencia como ingeniero químico, Momka Peeva terminó allende el Océano. Sin saber inglés y sin libreta de conducir ella estaba decidida a cumplir su tan humilde deseo.

Mi intención no era hacer negocios en Estados Unidos, más bien ser simplemente “Grandma”(abuela) de mi nieta –cuenta Momka Peeva–. Pero en Seattle descubrí buenas condiciones para trabajar el cristal porque hay muchas galerías especializadas, aquí trabaja el afamado artista Dale Patrick Chihuly. Tuve muchas dificultades como emigrante de salir a flote y me faltaba experiencia. Empecé a estudiar inglés para adaptarme y muy pronto encontré trabajo como química en una compañía recién creada en Portland de donde querían que hiciera colores de vidrio de borosilicato. Este vidrio es duro y bastante diferente del vidrio común y corriente con el que estaba acostumbrada a trabajar. Pero mis conocimientos de química me ayudaron y para conseguir el objetivo adapté muchas de las fórmulas que conocía. Y así, pasados unos cuantos meses tuve la gran oportunidad de hacer algo único en los Estados Unidos –crear colores muy claros–.

Esta búlgara logra colores brillantes en barras que los artistas utilizan para sus obras. Y no tarda en hacer el intento de tener su propio negocio junto a su Hijo, Geo, también ingeniero de profesión. En la empresa familiar en Arlington ella empieza a ocuparse de la parte química y él de la técnica logrando derrotar a dos empresas locales con la calidad y la diversidad de colores. Hacen sus negocios solamente vía Internet y su mercado llega hasta Australia, Japón y muchos países europeos.

La manufactura de Momka ofrece 98 colores irrepetibles que los artistas utilizan para convertirlos en esculturas, collares, figurillas de animales…Inclusive, pipas para mariguana, ya que el vidrio de borosilicato resiste a la alta temperatura. Tras ser legalizado este narcótico en California y en un par de estados más, el negocio con las pipas incrementa y su precio también, llegar a los 2 mil dólares.

Inicialmente se utiliza vidrio a base de borosilicato, luego se van agregando porciones de diferentes sustancias químicas –explica la tecnología con que se obtienen los colores, Momka Peeva–. Después esta mezcla se coloca en hornos eléctricos para que se derrita. Este proceso requiere de 18 a 24 horas antes de sacar el vidrio con los enfriadores. Todo esto lo hacemos a mano aunque es más lento pero de esta manera las barras salen de buena calidad.

Hace dos años Geo Peev regresó a Bulgaria y alquiló una parte de la antigua fábrica de vidrio en la ciudad de Beloslav para crear una sucursal de la compañía. Resulta que recién ahora el mercado europeo se abre para los artículos de vidrio de borosilicato y también ya hay demanda de Estados Unidos. Quizás por eso pronto toda la familia se reúna en tierra patria.

Versión en español por Ludmila Sávova