Uno de cada diez búlgaros está predispuesto a tener un comportamiento dependiente y si recurre al uso de determinada sustancia cada día y a lo largo de seis meses, desarrollará una dependencia. Las más vulnerables suelen ser las personas jóvenes que, ya a la edad de 14 años, comienzan a abusar de los estimulantes de moda en sus círculos como anfetaminas y metanfetaminas mezcladas, además, con alcohol.

Hay un período de la edad, desde los 14 hasta los 16 años, en el cual el foco y el modelo de imitación va siendo desplazado de la familia y la escuela a los amigos, explica Alexander Iliev, director del centro terapéutico “Zhiva”, en español “Viva”. Si alguien de la peña de amigos abre una cajetilla de cigarrillos, o bien, se ha comprado un porro, cualquiera de los chicos está dispuesto a probarlos. No obstante, no todas las personas que hayan probado alcohol, cigarrillos o drogas se volverán adictas a los mismos, sino únicamente la gente predispuesta a contraer dependencias, puesto que ésta descubre en la sustancia respectiva algo que le había faltado.

Bajo estado de ánimo, no aceptación de sí mismo, traumas, dificultades a la hora de digerir sentimientos y emociones, constituyen algunos de los vacíos que la gente suele colmar con el uso de sustancias que provocan adicción. La única diferencia entre una persona adicta y otra que no lo es reside en que aquélla experimenta sentimientos y emociones más fuertes y, para mitigarlos, echa mano a diferentes sustancias. Una persona así tiene la sensación de que si se quedara con sus sentimientos y emociones éstos lo matarían, agrega el terapeuta.

Para que la terapia acabe con éxito −pues la dependencia es una enfermedad− quien la padece debe someterse a los cuidados de los especialistas durante al menos medio año, que es el período que había necesitado para convertirse en un adicto. Corresponden a la familia los trámites por que el adicto ingrese en un centro especializado, ya que al comienzo esa persona no está consciente de que pueda tener algún problema. Tras pasar el tercer mes, el adicto comienza a participar activamente en el proceso y después de abandonar la clínica todo se queda ya en sus manos. La persona con adicción se está recuperando durante toda la vida, ella no ha sido curada en estos seis meses, y hasta el final de sus días deberá practicar la abstinencia plena, resalta Alexander Iliev.

Él está aplicando el programa “Viva, una orientación en la vida” en el marco del cual los participantes se someten a terapia en grupo e individual aprendiendo a comunicarse, a aceptar sus sentimientos y a afrontar dificultades y problemas como los que existen “afuera”. Lo están haciendo en un entorno controlado, pero no esterilizado, sin que se les ahorren preocupaciones y se les pinten cuadros color de rosa.

Los seres humanos o, por lo menos, una parte de ellos, siempre buscan alguna escapada, ya sea fugarse de una ardua jornada laboral, zafarse de algo que sienten, o evadirse de la realidad”, dice convencido el terapeuta. Esas personas siempre se empeñarán en ser algún otro −que en sus ideas personales resulta distinto y mejor− siempre sentirán dificultades con la aceptación de sí mismas, etc.

Enfrentados a la tentación de saltarnos “sólo una vez” la frontera prohibida para ganarnos la benevolencia de alguien o simplemente para satisfacer nuestra propia curiosidad, ¿debemos, pues, entregarnos a esta tentación, o bien, habremos de resistirla?

Muchas personas lo intentarán y no descubrirán nada, otras abrirán la caja de Pandora y lucharán con su dependencia mientras estén vivas, otras más acabarán perdiendo sus vidas. No sé decir si lo han de probar o no, pero puedo sugerirles a las familias con tales miembros que se comuniquen entre sí porque la dependencia es igualmente una enfermedad de la incomunicación. La gente deja de contactar en sus hogares, comienzan a ocultarse y cuando aparece algún problema se comprueba que ha avanzado bastante con el paso del tiempo. Es que mientras más pronto se detecte el problema y se solicite asistencia, mejor será para todos, aconseja Alexander Iliev.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: centrejiva.com