Los muebles y la comodidad que proporcionan forman parte de nuestra vida diaria hasta un punto en que apenas somos conscientes de ellos, pero en el pasado era muy distinto. Las personas de todas las clases sociales apenas empezaron a comprar sus propias sillas en el siglo XVI; hasta entonces eran un privilegio de la corte real y la aristocracia. El sofá extensible fue creado por el italiano Bernard Castro, que emigró a EEUU en 1919. En el país de las posibilidades ilimitadas Castro creó esa irreemplazable parte de la intimidad hogareña que conocemos hoy en 1931 junto a su socio William Brewer.
Aprovechamos para hablar del tema con motivo de nuestra reunión con Pavlina Desheva y Mila Grigorova, dos jóvenes dedicadas al hobby de restaurar y conservar muebles antiguos. ¿Cuál es su detalle favorito de la decoración de interiores, y qué muebles les impresionan más? Esto explica Mila Grigorova:
Buscamos solamente muebles con historia, de modo que para encontrarlos debemos ser muy activas. En primer lugar, sin embargo, deben tener algún valor como mueble, también es importante que sean restaurados, y por supuesto, que conozcamos la historia que le aportaría un valor añadido. Mi mueble favorito es una marquesa, un pequeño taburete que utilizaban las mujeres de las familias aristocráticas para maquillarse. No tiene respaldo y tiene la altura exacta que te permite verte en el espejo sin agacharte.
A pesar de que la restauración es solo un hobby para las dos jóvenes, que se dedican principalmente al diseño web y a la consultoría, cada día que pasa son más conocidas entre las personas que reforman sus hogares y que desean deshacerse de muebles y enseres antiguos que ya no necesitan. El rumor de que los recogen y restauran se ha esparcido por toda Sofía, y actualmente Paulina y Mila han alquilado algunos almacenes para guardarlo todo. Lo que no consiguen almacenar en ellos se lo llevan a sus casas. A algunas personas les cuesta separarse de sus muebles, ya que muchos de ellos están relacionados con sus antepasados y conservan muchos recuerdos, por ejemplo, cómo protegían a sus hijos y nietos para que no se golpearan con ellos, cubriéndolos con mantas, o alguna historia especial relacionada con sus familiares. Así, viajando imperceptiblemente de casa en casa para recoger muebles que ya no se necesitan, las dos chicas descubrieron los objetos más antiguos de su colección. Paulina Desheva explica cuáles son:
Los muebles más antiguos que tenemos son algunas sillas de 100 años con interesantes elementos de madera. Fueron producidas en los años 20 en la fábrica de muebles “Rosa Búlgara”, que se encontraba en Kazanlak.
Durante la época socialista la producción de muebles y la de muchos otros objetos era un monopolio distribuido entre diversas grandes empresas estatales, y solo se podía elegir entre algunos modelos. A pesar de su diseño monótono, también tienen su encanto y las sigue habiendo en más de un hogar búlgaro.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo y archivo personal
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