Una ciudad tiene tantas historias como personas han experimentado emociones bajo su techo. Pero también hay historias más generales, cuyas palabras descubrimos al contemplar los restos de un templo, sentarnos sobre piedras milenarias o escuchar el mar con los ojos cerrados con la esperanza de oír el eco de una ciudad antigua sumergida en las profundidades.

La artista Elena Ruseva ha elegido presentarnos Kavarna, su ciudad natal, mediante las iglesias de los alrededores. Hace 25 siglos, en el emplazamiento de un antiguo asentamiento tracio, colonos griegos de Messembria crearon la colonia Bizone, a partir de la cual surgió una ciudad próspera en la Antigüedad y la Edad Media que contaba con muralla fortificada, una basílica del cristianismo temprano, iglesias medievales y edificios públicos.

La exposición forma parte de la edición de este año del festival de música, canciones y bailes antiguos “Stravaganza” en la ciudad costera, y se puede ver en la galería de arte “Jristo Gradechlíev”.

En la provincia de Kavarna tenemos un total de 13 templos, además de las capillas del cabo Kaliakra, Neykovo y Kamen Bryag, explica Elena Ruseva. Algunas de las iglesias están activas, y otras tienen pendiente reanudar sus funciones. Los dos templos más antiguos son “San Jorge” y “La Dormición de la Virgen”, y la más interesante desde el punto de vista arquitectónico es la iglesia “Asamblea de los 12 Apóstoles”, en el pueblo de Balgarevo. Los lugareños la conocen como “San Pedro y San Pablo”, pero sobre una de sus piedras, que data de la época griega, se halló una placa con su nombre original. La iglesia es tal vez la más antigua de la región y destaca entre el resto, construidas más bien al estilo rumano. Lamentablemente, esta tampoco está operativa actualmente.

La Casa del Señor es el lugar donde uno encuentra esperanza y consuelo, por eso Elena Ruseva ha titulado su exposición “El templo: fuerza y espíritu”. Cree que la confianza en Dios sigue siendo ese pilar inquebrantable que en aquella época dio a los búlgaros fuerza física y moral para luchar y seguir por el buen camino, a pesar de los años de ateismo. En sus cuadros, la artista utiliza las técnicas de pirografía y vidriera que están presentes en la ornamentación de los templos ortodoxos.

Durante el año lectivo en el taller de Bellas Artes en nuestra escuela de secundaria “Stefan Karadzha” trabajamos pirografía, y tal vez fue eso lo que me llevó a elegir esta técnica, dice la artista.  En cuanto a las vidrieras, junto con la madera forman parte de la decoración de interior del templo ortodoxo. Los iconostasios están elaborados principalmente de madera tallada, y la luz que pasa a través de los cristales de colores aporta una atmósfera solemne que inspira respeto.

A pesar de la belleza de sus cuadros, Elena Ruseva evita referirse a sí misma como “artista”, y prefiere expresarse a través de las obras de sus dotados alumnos. Este es el mayor reconocimiento para un profesor, afirma, y añade que algunos de ellos, que han estudiado en Viena o en Sofía, ya trabajan como arquitectos, otros siguen como artistas, y otros dan clases de Bellas Artes. Y todos ellos, desde su profesora hasta el alumno más joven, se inspiran en el paisaje natural de una ciudad con siglos de historia, naturaleza encantadora y el elemento más grande a ojos de un artista: el mar.

Kavarna es un lugar en el que uno puede tocar lo salvaje de la naturaleza, prosigue Elena Ruseva. Además, tenemos muchos descubrimientos arqueológicos interesantes en el cabo Kaliakra, y monumentos históricos como los baños turcos y las antiguas fuentes. Sobre la Fuente de Plata dice la leyenda que los sultanes turcos mandaban gente a sacar agua de ahí porque era excepcionalmente curativa y podía lavar los pecados.



La tradición de la fuente habla sobre una doncella y un joven que se quemaron en los hornos de los baños en nombre de su amor, porque el sultán estaba cautivado por la belleza de ella.

La belleza de los templos de Kavarna será presentada también en Varna, la capital marítima de Bulgaria.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Diana Tsankova, dobrichonline.com y dobrudzha.com