El Dr. Simeon Simov, un médico de renombre mundial en el campo de la inseminación artificial, con una amplia experiencia en Alemania, ya ha donado gran parte de sus mapas a los archivos estatales, y su próxima labor es llenar una sala de la Academia de Música donde sonará su colección de 1500 discos de gramófono.

El Dr. Simeon Simov, como uno de los mayores donantes del país, es todo un ejemplo y una inspiración con su actitud frente a la historia y al legado que debe dejar cada uno de nosotros, dice Tanya Mihaylova, directora del Instituto Diplomático, al inaugurar la exposición “15 mapas antiguos de Bulgaria por los 15 años del Instituto Diplomático”. Con su donación de numerosos mapas antiguos, grabados y libros a la Agencia Estatal de Archivos, él de hecho marca una serie de buenas obras de muchos otros búlgaros. Y nosotros, contagiándonos del tema de los mapas, continuamos esa obra, preparándonos varios años por adelantado para exposiciones basadas en su colección. Pero lo más sorprendente es que en los mapas antiguos realizados por cartógrafos europeos, Bulgaria está siempre presente con su nombre actual, incluso en momentos en los que no era un Estado independiente.

La pasión del Dr. Simeon Simov por el coleccionismo se encendió por azar en París, donde huyó de Bulgaria en cuanto los comunistas llegaron al poder. Allí quiso comprar un mapa de Bulgaria, y el vendedor le preguntó, "¿Dónde está ese país?"

Este es el primer mapa impreso del mundo, que data de 1476, explica el Dr. Simov, delante de los mapas que ha donado. De ese año hay dos mapas, uno impreso en Roma y conocido como “el romano” y el otro en Venecia, llamado “el veneciano".

Este mapa europeo data del año 1500, es de Basilea y es muy bonito porque toda Europa está hecha en forma de Estados y Bulgaria está en el centro. Todos los países están representados como Emperatriz: Europa es una mujer.

Este es el primer mapa hecho con “cartucho egipcio”*, y data de 1737. También es el primer mapa búlgaro, un mapa solo de Bulgaria en todo el sentido de la palabra.

El Instituto Diplomático surgió hace 15 años, cuando Bulgaria negociaba su adhesión a la Unión Europea y a la OTAN, y es la primera escuela para diplomáticos de la historia moderna del país. Y a medida que el mundo va cambiando, y con él las amenazas, en la actualidad los diplomáticos deben enfrentarse cada vez a más desafíos. Las situaciones de riesgo están relacionadas con la propia política, pero también con el terrorismo, la ciberseguridad... ¿Están preparados los profesionales búlgaros? Según Tanya Mihaylova, siempre se puede estarlo más:

A veces lamento que el diplomático de hoy sea tan distinto de la idea tradicional, continúa. Por supuesto, se espera de él que tenga las habilidades del diplomático clásico: dominar idiomas extranjeros, ser un buen comunicador y negociador, y generar confianza. Pero como el mundo es mucho más abierto, el diplomático debe dominar también la llamada “diplomacia pública”: comunicarse con los círculos que están fuera de los oficiales, presentar la imagen de Bulgaria mediante eventos e iniciativas que antes no habían sido inherentes a sus tareas, gestionar redes sociales... Sin embargo, creo que los requisitos clásicos son importantes; sobre esa base, un joven diplomático puede llegar a ser multifuncional.

(*Cartucho egipcio: reborde circular alrededor de un texto o un dibujo, típico de los jeroglíficos egipcios).

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Diana Tsankova