Las aldeas de vida que se apaga junto con el fallecimiento de su último habitante se han quintuplicado en el último par de años en Bulgaria. Las causas por su despoblamiento estriban en problemas muy variados y la solución de éstos es la vía única para que la gente vislumbre posibilidades nuevas para su residencia de calidad en medio de un ambiente sereno y ecológicamente no contaminado.

El eurodiputado búlgaro Andrey Novakov ha creado una red social en los idiomas, búlgaro e inglés, que enlaza los pueblos búlgaros con personas del mundo entero. Esta “Guía para el campo” puede transformarse en una ventana a través de la cual diferentes granjeros podrán divisar las fértiles tierras de Bulgaria, y búlgaros y extranjeros jóvenes, que suelen trabajar con su ordenador portátil podrán sentirse atraídos por convertir una casa pueblerina abandonada en su hogar.

Toda persona que se desvele o tenga recuerdos excelentes de alguna aldea búlgara y que haya descubierto un destino poco popular para pasar el fin de semana o tener unas vacaciones más prolongadas, podrá divulgar su “hallazgo” a través de la red social “Guía para el campo, dice Andrey Novakov revelando su idea. De esta manera las aldeas más gravemente afectadas por la crisis demográfica se verán respaldadas. En la misma forma en que un individuo muestra sus lados mejores en las redes sociales y se presenta de la mejor manera posible, haremos absolutamente lo mismo con respecto a los pueblos del país. De manera que así las personas que se interesan por conocer si en determinada aldea funciona una guardería infantil o una escuela, la distancia que la separa de la más cercana carretera principal y hospital, si hay buena cobertura para los teléfonos, si hay buen Internet, podrán acceder a la información indispensable en nuestra plataforma. Espero que esas personas, también gracias a esta “Guía para el campo”, puedan impulsar la economía local al visitar alguna aldea búlgara, alojarse en una casa para huéspedes, comprarse el periódico de la comarca, hacer compras en la tienda pueblerina. Con este pequeño paso procuraremos frenar el proceso de despoblamiento de las aldeas y, por qué no, podremos intentar revertirlo.

Para que las personas se asienten en el campo hacen falta buenas carreteras y vías férreas capaces de comunicarlas con la gran ciudad, necesitan de asistencia médica garantizada, de seguridad para su vida y su patrimonio. Son las anteriores una serie de causas que convierten en muertas las pequeñas localidades en Bulgaria, junto con la emigración generalizada para todo el país por falta de sustento.

En los últimos años se viene trabajando en este sentido y pese a que siempre queden cosas por desear, se han construido carreteras para facilitar el acceso a gran número de núcleos poblacionales, dice Andrey Novakov. En muchas de estas localidades se han hecho, en el marco del Programa de Desarrollo de las Zonas Rurales, inversiones en el saneamiento de escuelas, en la construcción de nuevos acueductos, para así zanjar problemas que se habían ido acumulando durante decenios. Además se han asignado recursos para la protección y la seguridad frente a la delincuencia a nivel comunal, creando patrullas policiales.

Por sus iglesias antiguas, fortalezas medievales, museos, productos del terruño y festivales, las aldeas búlgaras pueden resultar atractivas no sólo por su aire cristalino y vistas pintorescas. Es que cada vez mayor número de europeos procuran vivir lejos del bullicio, el intenso tráfico y la contaminación atmosférica de las grandes aglomeraciones urbanas, en las que ganan su sustento pero por la noche regresan a su hogar aldeano.



Muchas personas y también yo suelen ver únicamente ruinas al observar las derruidas instalaciones de una hacienda cooperativa de trabajo agrícola de antaño u otras sumidas en el abandono desde hace mucho tiempo, reconoce Andrey Novakov. Hay, gracias a Dios, también gente emprendedora para la cual hay allá una oportunidad de desarrollar agricultura biológica o actividades sólo factibles en localidades remotas. Además, numerosos negocios nuevos ya le permiten a uno trabajar desde su casa, con sólo tener internet, y escaparse del ruido y el apresurado ritmo de vida de las ciudades. En fin, aldeas con una buena cobertura para las comunicaciones móviles pueden proporcionarle a uno tanto tranquilidad como condiciones para trabajar desde la casa.

En la red social cada usuario puede confeccionar un perfil de su aldea predilecta subiendo fotos e información curiosa, que será traducida al inglés. Según el eurodiputado búlgaro, ello es sólo un pequeño paso hacia el resurgir del campo búlgaro para que la tierra no se quede sin labrar ni sigan desiertas las casas.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: selovoditel.andreynovakov.eu