La agricultura, pese a su importancia, se desarrolla a ritmos distintos en los países europeos y esto se debe ante todo a las políticas de éstos relacionadas con el sector. A pesar de que las aglomeraciones urbanas se van extendiendo, reduciéndose las áreas cultivables, los empresarios que se han volcado al fomento de las zonas y haciendas rurales, cultivan y aprovechan los recursos de cada pedazo de tierra y lo hacen de manera cada vez más exhaustiva con la ayuda de ideas nuevas que apuntan a la producción racional de los distintos cultivos y la protección de éstos contra plagas y enfermedades. Pese a que desde hace siglos el búlgaro esté indisolublemente vinculado a su tierra, los campos y patios baldíos son imágenes frecuentes en Bulgaria. No obstante, se va abriendo camino, lenta y arduamente, la esperanza de que esas tierras se volverán a convertir en huertas cultivadas con esmero, como lo habían sido antaño. Son sendas pruebas de que las inversiones en la agricultura son recuperables y representan un riesgo que vale la pena asumir los galardones “Empresario agrícola de Bulgaria” cuya entrega se acaba de hacer por vigésima octava vez. El Gran Premio ha recaído en Svetla Stoyanova. Se dedica a la producción de cereales en la región de Pleven, y las áreas cultivables atendidas ascienden a 2 mil hectáreas. Además de ella han sido galardonados agricultores en el marco de otras 9 categorías, entre ellas las de Innovador en el Agro, Científico con aportación al agro búlgaro, Producto de nueva generación de exitosa implantación, Agro-inversor del año 2018. El premio en esta última categoría ha recaído en Antón Totev, nacido en la ciudad de Sandanski. Totev, tras formarse en Ginebra, decidió retornar a la patria para montar un negocio competitivo acorde con la demanda del mercado nacional. Construyó un invernadero -que funciona en todo el año- para producir hortalizas de hoja y plantas medicinales, basándose en el sistema hidropónico. Se trata de un método para el cultivo de plantas que no exige la disponibilidad de suelo. En el proceso de vegetación se utiliza básicamente una solución de nutrientes, que contiene todas las sustancias indispensables para el crecimiento de las plantas. En el trabajo realizado en el invernadero de este empresario agrícola no se segregan productos químicos innecesarios al medioambiente, todo lo que los cultivos necesitan se encuentra rigurosamente dosificado, y los cultivos son tratados a horas determinadas. Además, con la asistencia de ordenadores, los trabajadores regulan con precisión la iluminación, la calefacción o refrigeración como también el enriquecimiento del aire con dióxido de carbono para conseguir una mejor fotosíntesis. En octubre del año en curso, Antón Totev participó en el concurso “Agricultor joven de Europa”, celebrado en la capital belga, Bruselas. A pesar de que su proyecto no haya logrado ganar alguno de los puestos premiados, en una encuesta efectuada con los participantes, el proyecto de Totev ha sido clasificado entre las elaboraciones más sostenibles. Todo reconocimiento es importante para el empresario agrícola joven, ya que éste en su negocio afronta a diario problemas de toda clase.

En cualquier frente de actividad humana existen dificultades pero se puede decir que una de las mayores es la de lograr adecuar la producción a las ventas. Otro problema es el déficit de mano de obra porque, a pesar de que contamos con instalaciones bastante automatizadas, las personas siguen siendo un factor clave. Nos ubicamos en la región de la ciudad de Sandanski, bastante mejor desarrollada en comparación con otras regiones de Bulgaria. La gente, en principio, suele concebir los invernaderos como unas instalaciones de mucho calor, de gran humedad y bastante desagradables pero me alegro de que ahora, gracias a nuestras tecnologías esto ya no sea así y la gente viene con más deseos a trabajar con nosotros. Me gustaría poder trabajar con un mayor número de personas jóvenes pero, de momento no conseguimos atraerlos.

La necesidad de un número cada vez más importante de gente joven que se desempeñe en el agro búlgaro se va volviendo cada vez más tangible, pero a tal efecto las inversiones en la agricultura deben llegar a disfrutar de un respaldo más eficiente por parte del Estado. Ello resultaría también una solución igualmente eficaz del problema provocado por la multitud de tierras abandonadas y sin cultivar esparcidas en todo el país.

Versión en español por Mijail Mijailov