Cada año nacen en Bulgaria entre 6.000 y 6.500 bebés prematuros, es decir, uno de cada diez bebés nace prematuro. Son datos de la Organización Mundial de la Salud, porque en este país, lamentablemente, no hay un registro oficial de bebés prematuros. Sin embargo, detrás de cada número impersonal de las frías estadísticashay una historia personal; una historia de dolor, amargura y lágrimas derramadas, pero también de lucha, amor y sonrisas felices.

En cualquier familia puede nacer un bebé prematuro–dice Margarita Gabrovska, terapeuta del habla y experta en intervención temprana en el Centro Familiar Pequeños milagros, adscrito a la Fundación Nuestros niños prematuros– . Muchos creen que los bebés prematuros nacen en familias de bajo estado de salud o en familias de grupos minoritarios, lo cual no es cierto. A veces, no existe necesariamente una razón médica. A menudo, los factores que llevan al nacimiento prematuro son alguna infección o traumatismo, a veces, la edad de la madre o la fijación específica de la placenta. Las madres se sienten culpables de que el bebé haya nacido tan pronto, y en realidad falta información de que esto pueda ocurrir por accidente.

La Fundación Nuestros niños prematuros, la primera organización no gubernamental en Bulgaria creada para apoyar a los bebés prematuros y sus familias, proporciona respuestas a las preguntas de los padres, así como información, trabaja para el mejoramiento de la base material en las unidades neonatales, facilita a los bebés y los niños el entorno necesario, y también especialistas para su posterior desarrollo.

La Fundación fue establecida en 2012 por tres madres de bebés prematuros que, al enfrentarse con el problema, cayeron en la cuenta de que en Bulgaria no podían apostar por ayuda especializada ni había dónde encontrar información–comenta Margarita Gabrovska– . En cuanto al Centro Familiar Pequeños milagros, éste existe desde hace un año. En él a los padres se les asesora sobre el desarrollo de la primera infancia o las necesidades específicas de los bebés prematuros. Los niños trabajan en grupos de tratamiento e individualmente con un terapeuta del habla, un terapeuta ocupacional, un psicólogo y un musicoterapeuta. Intentamos apoyarlos por todos los medios para que puedan superar las dificultades y salir adelante lo más pronto posible.

Uno de los problemas está relacionado con los equipos médicos de alta tecnología. Si bien las grandes ciudades disponen de tales equipos, y también de expertos de muy buen nivel, en las localidades pequeñas sigue habiendo necesidad de renovar los equipos. Para asegurar los fondos necesarios, la Fundación Nuestros niños prematuros organiza varias iniciativas benéficas.

Desde hace ya varios años organizamos bazares–explica Margarita Gabrovska– . Los voluntarios tejen y cosen para los bebés prematuros diferentes artículos como, por ejemplo, unos pulpos cuyos tentáculos simulan el cordón umbilical. Se colocan en la incubadora para que el bebé se sujete a ese pulpo en vez de a los sistemas y lastimarse sin querer. Elaboran pequeños gorros y zapatillas, así como mantas para cubrir las incubadoraspara proteger a los bebés de la luz directa y el ruido, y garantizarles un ambiente tranquilo en el que puedan desarrollarse y recuperarse.

La Noche de los Milagros es el nombre del evento en el que se anuncian oficialmente las iniciativas para las que se recolectarán fondos. Este año están relacionadas con la creación de habitaciones familiares en las unidades neonatales. En ellas los padres podrán pasar más tiempo con sus bebés mientras estén en el hospital. Cada año se recaudan fondos para comprar equipos y para el desarrollo del Centro Familiar.

Una parte del dinero se destinará al programa social para niños cuya familia no puede pagar la terapia necesaria−prosigue Margarita Gabrovska− . Queremos equipar una sala de psicomotricidad, muy importante para los bebés prematuros, y, además, proporcionar entrenamiento de actualización a los expertos, ya que es muy reducido el número de los especializados en el desarrollo de los bebés prematuros y el desarrollo e intervención en la primera infancia.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal