El descubrimiento, hecho hace pocos días por un gerente joven del museo de Karlovo, ha provocado una auténtica sensación en el seno de la sociedad y en los círculos de los estudiosos de la vida y obra de Vasil Levski, revolucionario importante y luchador insigne por la liberación de Bulgaria del dominio otomano. El descubridor es Victor Kombov, quien durante su breve misión de servicio científica al Archivo Estatal en Estambul, se topó con una foto de Levski, desconocida para los investigadores búlgaros. Se presume que se trata precisamente de la foto empleada por los policías turcos del Imperio Otomano en sus acciones de búsqueda y captura del Apóstol de la Libertad de Bulgaria.

Es una prueba a favor de esta hipótesis el que en el dorso de la fotografía, en idioma turco otomano se hace una descripción de Levski. Además de señalar que es natural de Karlovo se indican sus rasgos distintivos de estatura mediana, bigote castaño claro, rostro rubicundo y que cuando habla uno de sus dientes sobresale de la boca, eleva un tanto su labio y tiene ojos grandes y zarcos. Junto con la foto, que es el hallazgo más importante, en el archivo se han encontrado otros documentos redactados asimismo en turco otomano. Están siendo traducidos todavía, pero conoceremos en breve su contenido, contienen a ciencia cierta más información sobre Vasil Levski y su organización revolucionaria”, aclara el estudioso Victor Kombov.

Suponemos que esa foto es la original en base a la cual se hizo posteriormente un fragmento, o sea, el llamado retrato en una elipse o “retratito”, como escribe el propio Vasil Levski”, destaca Dora Chausheva, directora del Museo Nacional “Vasil Levski” de Karlovo y agrega:

La foto, muy probablemente se hizo al término de la Asamblea General, celebrada en Bucarest del 29 de abril al 5 de mayo de 1872 pero, evidentemente, el Apóstol no consiguió recibir hasta su muerte, una copia de aquellos retratitos que allá había pedido que se le hicieran. Sólo se puede conjeturar la forma en que la foto llegó a parar en manos de las autoridades otomanas. Soy de la opinión de que esto ocurrió por medio de la red de agentes que tenían en Valaquia y, además, en aquella época los talleres de fotografía no eran tan numerosos. En este testimonio tenemos una combinación de la visión, el retrato fotográfico de Levski, con aquella primera descripción verbal que, lamentablemente, había resonado por primera vez de la boca durante el interrogatorio del maestro de escuela Iván Furnadzhiev, miembro del Comité Revolucionario de Téteven, el 26 de octubre de 1872 en la ciudad de Orhaniye, la actual ciudad de Botevgrad. Tras aquella confesión, las autoridades ya tendrían material suficiente para la búsqueda de Levski.

El descubrimiento confirma las tesis de los investigadores de que existen todavía documentos relacionados con la personalidad y la obra de Vasil Levski, ignorados hasta ahora por igual por la sociedad búlgara y por los círculos científicos. Hoy en día podemos afirmar de modo contundente que tenemos por qué seguir trabajando con los archivos guardados en Turquía y no sólo en ese país. En Bucarest y en Belgrado hay aún muchas cosas a las que no hemos llegado y las cuales abrirán otro capítulo en las investigaciones dedicadas a Vasil Levski, resalta Dora Chausheva.

Me siento un hombre afortunado y me alegro muchísimo de que justamente nuestro museo haya hecho un descubrimiento tan sustancial, desde hace años no hemos hecho tal, dice Victor Kombov, el gerente del museo de Karlovo y añade: Entré en el Archivo Otomano de Estambul el pasado 9 de octubre y ese mismo día hice este valioso hallazgo. Los colegas de ese archivo tienen óptimamente estructurados sus sistemas, es muy fácil dar con unidades de archivo y es algo que se lo agradecemos. La historia de este descubrimiento es bastante curiosa. Llegan a nuestro museo bastantes visitantes, mantenemos contactos con todos los rincones del mundo. Cuando llegaron a vernos colegas historiadores de Turquía, fuimos conversando con ellos y nos enteramos de que ellos estudiaban justamente el período del Imperio Otomano y los acontecimientos y sucesos relacionados con la liberación de Bulgaria. Fue así como, inesperadamente, me enteré de que en el Archivo Otomano en Estambul se podría encontrar algo nuevo sobre la vida y obra de Vasil Levski. Después de comprobar la veracidad de la información, la directora del museo y yo decidimos efectuar una expedición científica a Estambul. En el catálogo que nos facilitaron allá encontré una curiosa unidad de archivo con foto de Vasil Levski, que en esa su forma resultaba desconocida para la ciencia histórica búlgara. Es difícil toparse con tal documento, ya que no se encontraba descrito muy bien, y es por ello que me siento muy satisfecho por haber recaído en mí el honor de descubrirlo. Admiro a Vasil Levski, él es un ejemplo para todos nosotros. Es un hombre de un objetivo claro en la vida: el de cumplir la noble misión dedicada a la liberación del pueblo búlgaro del dominio extranjero. Desde el momento en que se planteó este objetivo hasta su muerte, Levski lo fue persiguiendo invariablemente. Hizo todo lo posible por lograrlo.

La extraordinaria honestidad de Levski, quien trataba a sus correligionarios de igual a igual y bajo ningún concepto se aprovechó abusivamente de sus poderes como jefe de la organización revolucionaria, es el otro rasgo brillante que le hace descollar, estima Victor Kombov. Sus ideas son, de veras, pulcras y sagradas. Quería que Bulgaria fuera “una república democrática en la que todos los pueblos vivieran regidos por una ley común, en paz y entendimiento, resalta en conclusión el gerente del Museo Nacional “Vasil Levski” de Karlovo.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES