Hace cinco años, Ventzislav Nikolov comenzó a negociar con juguetes coleccionables de chatarra –reproducciones de juguetes mecánicos del siglo pasado–. Y aunque había interés, con el tiempo, el propietario de la empresa especializada se dio cuenta de que las cosas no iban tan bien como le hubiera gustado.

Junto con ellos, también vendíamos mecanismos para cajas de música, que todos pueden montar como quieren, recuerda Ventsislav Nikolov. Observando lo que la gente estaba haciendo en el mundo, noté que estos mini organillos se ofrecían en cajas de cartón, lo que le da un aspecto un poco más de recuerdo, y de ahí me surgió la idea de que este mecanismo se puede colocar en una hermosa caja de madera tallada.

La idea resultó más que exitosa y hoy la compañía produce unas 2000 cajas de música con organillos mecánicos por mes. El cuerpo de madera de alta calidad con un exquisito tallado con láser está cubierto con un barniz natural, porque Ventsislav trata de usar materiales ecológicos y que las cosas sean realmente agradables, tanto por su apariencia como al tocarlas. De momento hay más de 50 diseños. Las cajas más vendidas son las que tienen pentagramas, lo que te permite poner cualquier melodía dentro y también la serie de cumpleaños. Hay una gran demanda de cajas con imágenes de lugares de interés búlgaros: la Catedral “San Alejandro Nevski” en Sofía, una casa antigua en Bansko, el Monasterio de Klisura, entre otros.

Comenzamos a exportar nuestra producción porque nadie más producía cosas semejantes. Para la República Checa tallamos el Puente de Carlos, el Reloj de Praga. En Viena vendemos varios edificios emblemáticos: la Catedral de San Esteban (Stephansdom), el Ayuntamiento y la Noria de Viena. Tenemos cajas con Salónica, Belgrado, Bucarest. También hacemos series a pedido de clientes, dice Ventsislav Nikolov.

Las melodías son más de 25, también están las melodías navideñas que son un gran éxito para niños y adultos, y las piezas clásicas como “Für Elise” de Beethoven y “El lago de los cisnes”, melodías de los Beatles, Frank Sinatra y muchos otros.

Fue más difícil al principio. Hicimos la canción búlgara "Patria mía, mi Bulgaria" del cantante Emil Dimitrov. Para que los los clientes lo aceptaran, pasó un cierto tiempo, pero ya se está vendiendo bastante bien. Para hombres se compra “El padrino" para mujeres, la música de la película "Amelie", dice Ventsislav Nikolov. Ofrecemos melodías de las películas más destacadas como “Juego de tronos”, “Star Wars”, “Harry Potter”, y recientemente lanzamos “Piratas del Caribe.

La creación de cajas de música trae alegría y oportunidad para el desarrollo creativo. Del diseño se ocupa la esposa de Ventsislav y la niña que trabaja en la empresa, porque, como dice el Sr. Nikolov, no soy artista, soy comerciante y solo puedo lanzar una idea. Su nueva idea, sin duda, provoca también gran interés:

Decidimos ampliar la gama y actualmente estamos desarrollando una serie de máquinas de reproducción de sonido. Comenzamos con un modelo de radio retro, luego hicimos un tocadiscos y ya tenemos una grabadora. Planeamos diseñar un televisor retro, así como una gramola. Ampliando la gama, pasamos de organillos con manivela a mecanismos de cuerda. Hay otras ideas, pero por el momento las mantendremos en secreto. Ventsislav Nikolov sonríe y agrega:

Queremos que nuestras cajas de música combinen dos tipos de recuerdos -el visual: el lugar de donde se ha compra la caja o que la imagen represente un momento de la vida y, en consecuencia se pueda combinar con la melodía que también es un recuerdo-. Este es un hobby que poco a poco se está convirtiendo en una profesión.