La destrucción de la naturaleza y sus recursos en aras de intereses privados es un problema que desde hace años mantiene preocupada a la población a ambos lados de la frontera búlgaro-serbia. Ecologistas y personalidades públicas de Bulgaria y Serbia observan alarmados lo que está ocurriendo con las dos minas para la extracción de mineral de zinc y plomo situadas en proximidad a las aldeas serbias de Karamanica y Musul.

Según datos facilitados por las asociaciones de Bosilegrad “Eko-Bio -Pravda” y “Glas”, hechos públicos en una conferencia especial en Sofía, las actividades desarrolladas en las minas provocan una contaminación con metales pesados de los afluentes del río Dragovishtitsa que llega a Bulgaria y desemboca en el río Struma. Según ellos, la concentración de desechos dañinos en el agua, el suelo y el aire, a unos kilómetros de la mina Karamanica, supera las normas varias decenas de veces.

Aunque en Bulgaria no existan todavía motivos de preocupación, ya que no hay datos sobre un aumento en los índices de contaminación del agua, el cuadro del otro lado de la frontera es muy distinto. Se va despoblando y desertificando paulatinamente la zona en vecindad inmediata a la frontera serbo-búlgara, que hasta no hace mucho resultaba zona preferida para el descanso y el turismo. Según los búlgaros residentes en la región de Bosilegrad, este abandono ha sido causado tanto por la falta de formas de sustento como por un medio ambiente cada vez más contaminado.

Dimitar Kumanov de la asociación “Balkanka” informó que ya en 2016 las autoridades serbias habían enviado una carta al Ministerio de Medio Ambiente y Aguas de Bulgaria, esperando la indispensable posición de este país en la que dejara constar si participaría en la Convención para valoraciones transfronterizas. La respuesta, sin embargo, se demoró en cinco a seis días, posteriores al plazo fijado de 6 semanas, lo cual impidió que Bulgaria participara en este procedimiento, señala Kumanov.

Además de este problema que afrontan los búlgaros residentes en las zonas serbias fronterizas con Bulgaria, en la rueda de prensa fueron resaltados asimismo los temores de los habitantes de la ciudad de Kiustendil y su región, despertados por la licencia recientemente extendida por las autoridades búlgaras a una compañía canadiense que, en un período de tres años, efectuara prospecciones sobre la posibilidad de extracción de minerales en la zona de Zlogosh. Antonina Shiparova, presidenta del comité de iniciativas cívicas “Por una naturaleza limpia”, dice refiriéndose a los recelos de los ecologistas.

Al acto de institución del comité del año pasado, asistieron como invitados dos ecologistas de la región de Kiustenil quienes habían hechos exploraciones ya en la época del socialismo. Según sus informes, en la zona de Zlogosh, la cantidad del mercurio en el suelo es tan elevada que amenaza a toda la región. En el momento en que se inicien allá exploraciones y sondeos, las fuentes de agua en la zona serán contaminadas. Por esto es importante que no permitamos no solamente una extracción de minerales, sino que impidamos hasta una simple prospección en esa zona.

Shiparova agregó que la asociación había informado sobre el problema tanto al municipio de Kiustendil como a los dos municipios restantes en ese término municipal, los de Trekliano y Zemen. Ya antes del nuevo año 2019 los concejales en ambos municipios habían votado en contra de la búsqueda de minerales en la zona de Zlogosh.

Hemos solicitado el comentario sobre los dos temas candentes que conciernen la vida y la salud de los ciudadanos tanto en la región de Kiustenil como allende la frontera con Serbia, del alcalde de Kiustendil Petar Paunov. Éste ha expresado tajante que no se permitirá una actividad de prospecciones geológicas en ese territorio y que su municipio ya había dejado constancia de su desacuerdo con tal actividad ante el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas. El primer ministro de Bulgaria también ha sido informado sobre el caso, ha asegurado Paunov. En lo tocante a las denuncias relacionadas con las minas en las inmediaciones de Bosilegrad, el alcalde ha señalado: Ya en el momento en que nuestros compatriotas residentes en Bosilegrad hicieron la denuncia, equipos de expertos del Departamento de Ecología, como también los alcaldes y tenientes de alcaldes de la región iniciaron inspecciones con el fin de comprobar el estado del agua en los ríos. Fueron inmediatamente avisados diferentes órganos como la Dirección Nacional de Embalses y el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas. El monitoreo continúa incluso hoy en día pero hasta ahora no se han detectado casos de una desviación de las normas ecológicas.

Versión en español por Mijail Mijailov