Hace tres años Stoyko Tsonov se fijaba en la pista de atletismo en una chica que lo impresionaba por sus dotes. Un día le sugirió que se iniciara en el salto triple. El entrenador le fue explicando la técnica a emplear en esta modalidad deportiva: tomar impulso, desprenderse del suelo y el resultado fue un vuelo muy próximo a la plusmarca nacional.

Hoy Alexandra Nacheva, la chica, transportada por el viento, demuestra en cada salida que toma que no hay techo para sus facultades. Con 17 abriles a cuestas ya lo ha ganado todo para su edad y lo único que se le escapa, de momento, es el título europeo. En 2018 Alexandra pasó a presidir el ranking mundial para el salto triple, escuchó el himno nacional de Bulgaria en los Juegos Olímpicos de la juventud y en el campeonato Mundial y consiguió la mejor plusmarca de la temporada,

En el Campeonato Europeo sub 18 en Györ, Hungría, que fue mi primera competición importante para el año, esperábamos conquistar la medalla de oro pero nos quedamos con la de plata, dice Alexandra hablando en plural para resaltar su reconocimiento a su descubridor y entrenador. No obstante, sólo una semana después lo logramos, además en competición más importante y de mayor formato, el Campeonato Mundial de sub 20, en Tampere, Finlandia y, para colmo, el éxito fue completamente inesperado. Para los JJ.OO: mi entrenador confeccionó el plan de manera tal que estuviéramos en nuestra óptima forma.

Al viajar para los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, Alexandra manifestó que sólo iba a competir por la medalla de oro. Además, tenía que tomarse la revancha frente a la española María Vicente quien se le había adelantado en el Campeonato Europeo de Györ.

Mi entrenador consiguió motivarme en la víspera de la prueba ya que yo había ido allá únicamente para alzarme con el título olímpico y todo el tiempo sólo pensaba en ello, Sin embargo, cuando salí a la pista iba totalmente serena y en el segundo intento superé la distancia de 13 metros con 86 centímetros.

La saltadora española María Vicente, por su parte, dejó huellas en la arena y le faltaron, nada menos, que 19 centímetros para alcanzar el resultado de la búlgara.

Cuando se le pregunta a Alexandra por sus comienzos en el deporte, ella suele decir invariablemente: Ha sido el atletismo el que me ha elegido a mí. A la edad de tres años escasos frecuentaba la misma guardería infantil a la que acudía Nicole, hija de Iva Prandzheva, vicecampeona mundial. Las niñas trabaron amistad y luego, en el primer año en la escuela comenzaron a hacer sesiones de entrenamiento orientadas por la citada atleta. Poco después, sin embargo, Nicole se decantó por el volibol mientras Alexandra se encaminaba a sus primeras competiciones infantiles. Así un día la descubrió Stoyko Tsonov, importante entrenador búlgaro de triple salto.

Sus facultades más fuertes son dos: la capacidad de saltar y su afán irresistible de ser la mejor, dice el entrenador. Cuando estas facultades se combinaron y a ellas se sumó la buena preparación los resultados fueron clamorosos. Creo , no obstante, que la gente no acaba de darse cuenta de lo que ella hizo en sólo una media temporada, en 2018.es que nadie hasta ahora se ha alzado con medalla en un tiempo tanto corto, medallas de un campeonato europeo, de otro mundial y de unos Juegos Olímpicos Juveniles.

Al igual que todo atleta, Alexandra sueña con alzarse con el título también en los Juegos Olímpicos de “los grandes”. Sin embargo, agrega que es un sueño excesivamente atrevido el de pretender conseguir una medalla de oro en Tokio, en 2020.por ahora se propone mantener y conservar sus buenos resultados de la temporada pasada y de ir evolucionando paulatinamente en sus éxitos. Tal ha sido a propósito el consejo que le ha dado Teresa Marinova, ganadora olímpica de medalla de oro en el triple salto. Pero, ¿será acaso más fácil apoyarse en la tradición y los logros de los campeones del pasado, construyendo uno su propio camino estelar?

Son las huellas por las que hay que ir, dice Alexandra. Teresa Marinova ha dejado plusmarcas y yo debo luchar por superarlas, por superarme a mí mismo siguiendo sus pasos. Hasta ahora he logrado todos los resultados que ella consiguió cuando tenía mi edad, pero Marinova también tiene registrado un récord mundial en las chicas sénior, de 14 metros con 62 centímetros que yo intentaré mejorar en el próximo par de años.

¿Podrá un día Alexandra Nacheva escuchar por segunda vez en la escalerilla de honor olímpica el himno de Bulgaria?

Si Dios no le agraciara a uno con la capacidad para lograr el título de campeón olímpico esto no ocurriría jamás, por muy entrenado y preparado que esté un atleta, opina el entrenador de Alexandra.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal