Los antioxidantes son sustancias bioquímicas que los productos alimenticios proporcionan al organismo humano y que tienen un efecto beneficioso en éste. Su principal función es destruir los radicales libres causados por las toxinas, los metales pesados y los compuestos tóxicos, proteger contra el virus y otras bacterias y fortalecer el sistema inmunológico.

Hemos realizado un análisis bibliométrico de unas 300.000 publicaciones del último medio siglo, y hemos establecido que el interés de los investigadores se ha desplazado de las vitaminas y los minerales a los compuestos naturales como la curcumina, el resveratrol y la cisteína –dice Nikolay Tzvetkov sobre la labor del equipo internacional– . Estos estudios de las moléculas naturales individuales se deben, en gran medida, al hecho de que los científicos aún no han conseguido el efecto deseado por la aplicación de diferentes vitaminas y el impacto de diversos minerales de origen natural. Es por ello que en los últimos años decidieron profundizar en los efectos que ejercen, incluidos los secundarios, como también en su metabolismo.

El equipo, dirigido por el Prof. Atanás Atanasov, biólogo molecular búlgaro de la Cátedra de Farmacología de la Universidad de Viena, descubrió que los estudiosos se centran cada vez más en las plantas ricas en antioxidantes y su uso para combatir el llamado estrés oxidativo causado por la acumulación de radicales libres en el organismo. Según los investigadores, los productos de origen vegetal como la curcumina de la cúrcuma y el resveratrol, contenido en el vino tinto, tienen un enorme potencial si se aplican por separado o combinados, para la profilaxis y el tratamiento de una serie de enfermedades, incluidos la diabetes y el cáncer.

Hasta el momento, los numerosos estudios realizados con la curcumina y el resveratrol aún no han dado el resultado deseado –prosigue Nikolay Tzvetkov– . Todavía es demasiado pronto afirmar que estos compuestos podrían aplicarse por separado o en general como medicamentos. Sin embargo, se puede decir que las investigaciones, al menos en su mayor parte, abren la puerta al optimismo pero sin pretender de haberse convertido en un éxito en el tratamiento de varias enfermedades. Algunos compuestos como el resveratrol y la curcumina se metabolizan muy rápido en el organismo humano, también se descomponen con prontitud de diferentes formas, pero, por otro lado, son apenas solubles en agua. Es por eso que, ingeridos por vía oral, estos compuestos no alcanzan las concentraciones máximas que podrían surtir algún efecto positivo. Es importante saber, además, que los antioxidantes pueden ejercer, a veces, un efecto reversible, prooxidante.

Nikolay Tsvetkov agrega que en la actualidad los investigadores ya recurren a la nanotecnología con el objetivo de hacer que los compuestos naturales sean aceptados con mayor facilidad por el organismo humano. El científico sugiere que la mejor manera de conseguir antioxidantes es a través de la comida. Los arándanos, las fresas, la espinaca, la remolacha, los frijoles, el chocolate natural son todos productos ricos en compuestos beneficiosos.

El equipo internacional, integrado por estudiosos de Bulgaria, Rumania, Hong Kong y Egipto, continuará su labor conjunta también en 2019. Se trabajará en un proyecto innovador y único en su género en Bulgaria, orientado a crear nuevas moléculas híbridas contra la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo