Hace un año María Yurukova descubrió su causa ecologista, este pequeño desvelo por la naturaleza que contribuya a que el mundo se transforme en un lugar estupendo para vivir.

La campaña “Tejer con hilos de camiseta” vio la luz en respuesta a la estadística deprimente según la cual la industria textil es la segunda más contaminante a nivel mundial. Los usuarios pueden, sin embargo, reducir acentuadamente los daños causados por este tipo de producción al prolongar la vida de los artículos, o bie,n transformándolos. Yo misma voy encarrilada en esta dirección y aprovecho los materiales residuales para fabricar una nueva producción, dice María, quien teje con los hilos de camisetas viejas objetos hermosos para el hogar y la oficina.

El tema es relativamente desconocido, puesto que es apenas en la última quincena de años cuando se inició la gran superproducción y se registró un consumo excesivo de artículos textiles, dice María. Sin embargo, pocas son las personas que saben que estos productos pueden ser reciclados casi íntegramente. La forma más difundida para contribuir a la disminución de los desechos textiles es la de hacer nuestras compras en las tiendas de segunda mano, en vez de que la buena ropa acabe en los vertederos. Además, el textil como buen material aislante se puede utilizar en una serie de industrias, incluida la automovilística.

Para dedicarse a la causa “Tejer con hilos de camiseta”, María tuvo que abandonar su trabajo de psicóloga criminal y creó su tienda online para productos ecológicos manufacturados. En un año consiguió amasar casi 400 kilos de ropa usada, donar una décima parte de ésta a otras organizaciones, organizar cuatro talleres para el reciclaje de productos textiles, participar en una conferencia internacional, ganar el primer puesto en el concurso “Innovación en acción” y ahorrar cantidades enormes de agua, productos químicos y emisiones nocivas. No obstante, su mayor orgullo es el juego educativo gEco que ha creado secundada por la psicóloga infantil, Preslava Bikovska.

El juego apunta a crear un comportamiento ecológico en los niños, señala María Yurukova. Por ahora lo estamos ensayando al visitar las escuelas pero, mientras tanto, vamos recaudando recursos para diseñar una plataforma por medio de la cual se pueda jugar a distancia. Los menores de edad, de principio no suelen ahondar en determinado proceso cuando únicamente se les informa, en tanto que por medio de nuestro juego les ofrecemos, a la vez, información y los incorporamos al proceso. De este modo, ellos cumplen misiones en la vida real relacionadas con la protección ambiental y aprenden a no contaminar, a fijarse en los desechos en las calles, pensar en dónde habría que arrojarlos, y no simplemente ser sabedores de que el contenedor de color amarillo sirve para la recolección diferenciada de algún tipo de basura.

Según María, vivir en conformidad con la naturaleza es una elección personal que se traduce en la idea de cuidar de nosotros mismos. María Yurukova viste, desde sus años de adolescente, ropa de segunda mano y no acaba de entender por qué la gente se gasta tanto dinero, puesto que se pueden conseguir prendas de calidad a precios mucho más bajos. Cuando hace sus compras en la tienda de comestibles suele utilizar una bolsa multiuso y procura evitar los productos de plástico.

Creo que aumenta el grado de información de la gente y ésta ya va meditando cada vez más sobre su comportamiento con respecto al medio ambiente, dice María. Sin embargo, puedo afirmar a ciencia cierta que aún queda mucho por desear, sobre todo en cuanto al plástico. Por esto, a través de mi campaña me propongo aportar a la formación de un comportamiento de consumo más responsable. O sea, que uno al comprarse ropa o cualquier objeto, piense primero si realmente necesita esas cosas, en qué tipo de tienda hace estas compras y dónde, pasado algún tiempo, arrojará los productos innecesarios.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal