Los datos más recientes de la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, ponen de relieve que 5 de las 20 regiones más atrasadas en la UE se encuentran en Bulgaria. La región suroccidental, con la capital búlgara Sofía, es la única que se comporta bien y en ella el PIB per cápita llega al 79% de la media comunitaria. Tiene posibilidades de abandonar el atraso también la región suroriental en la que figuran como cabeceras de provincias las ciudades de Burgas, Yambol, Sliven y Stara Zagora. El atraso para las tres regiones en el Norte de Bulgaria ya no es una noticia, sino un tópico. Por el descenso en picado del número de la población a un nivel inferior a las 800 000 personas, la región noroccidental, que desde hace años es la más atrasada en la UE, se fundirá con la región Centro Norte.

Las carreteras siempre están al comienzo

Todas las regiones en estado crítico incorporan territorios despoblados periféricos a lo largo de las fronteras con los países vecinos y desvinculados de los centros económicos inferiores. Por esta razón, habría que trabajar por el desarrollo acelerado de las comunicaciones y la apertura del mayor número posible de puestos de control de frontera y aduana. Además de las autopistas estratégicas -cuya construcción en el sur de Bulgaria casi está concluida-, y de las obras de la autopista Hemus, en el norte del país, Bulgaria necesita urgentemente de carreteras de alta velocidad en las direcciones Norte-Sur. Se trata en primer lugar de los enlaces viales Vidin – Botevgrad (a lo largo del corredor paneuropeo número 10); Ruse – Plovdiv; Ruse – Varna, Silistra – Dobrich y Varna – Burgas. Existe una necesidad acuciante de construcción de túneles bajo los puertos de montaña de Shipka y Petrojan. Los municipios ribereños del río Danubio precisan de una vía de alta velocidad (en el marco del corredor paneuropeo número 7) entre Vidin y Silistra, como también de tres nuevos puentes vehiculares a la altura de Oriajovo – Beket, Nikopol – Turnu Magurele y Silistra – Calarasi.Es un reto la conexión de Bulgaria con el ferrocarril de alta velocidad en Europa el cual va avanzando hacia los Balcanes rumbo al Bósforo.

El personal capacitado lo decide todo

La crisis demográfica y el éxodo de mano de obra representan un problema de peso en las regiones búlgaras. Éstas procuran encontrar a inversionistas los que, sin embargo, se quejan de un déficit de personal y de infraestructuras. También iba afrontando al problema relacionado con el personal la industrialización en la época del socialismo pero las personas del campo se fueron formando con rapidez por medio de un sistema flexible de trabajo y estudio para los nuevos tipos de producción .Hoy en día, se está al mismo enfoque, ya llamado formación dual, pero la cuestión es: ¿de dónde llegará la gente? Posiblemente aparecerá cuando queden superados los desequilibrios e igualados los ingresos. Los salarios regionales, comparados con los ingresos europeos, resultan inferiores a éstos, aumentan lentamente, aunque sí permiten una calidad de vida decente para las condiciones locales.

La responsabilidad del poder y de los empresarios a nivel local

Para retener a la gente y hacerla retornar a sus regiones de origen hace falta una política activa de las autoridades locales y una coordinación regional. Los alcaldes y los empresarios locales deben buscar y atraer inversionistas, propiciar condiciones para la apertura de puestos de trabajo. Es cierto que un gran número de proyectos resultan inviables a nivel de un municipio o región por separado, pero con recursos del Estado y por medio de una cooperación regional, es posible lograr un avance. Existen reservas no aprovechadas aún para el resurgir de las regiones búlgaras, en la cooperación transfronteriza y su orientación a las importantes megalópolis balcánicas como Estambul, Salónica, Bucarest, entre otras.

Resulta absurdo el que municipios como Vidin, Lom, Montana y Vratsa –que en Bulgaria se encuentran más cerca del corazón de Europa– conformen la región más atrasada en la UE. En el pasado se mantenía una estéril polémica sobre dónde y si construir un segundo puente entre Bulgaria y Rumanía. Los escépticos decían: “¿Para qué necesitan un puente si no hay camino que llegue a él?” Otros replicaban: “¿Para qué quieren un camino si no hay un puente?” Al cabo de quince años de demora, ya hay un puente que, por lo demás, resulta de un tráfico vehicular más intenso que el inicialmente programado.

Actualmente, las obras de construcción de una carretera hacia el puente a la altura de la ciudad búlgara de Vidin y la rumana de Calafat se van retrasando en ambas orillas del Danubio. Los escépticos vuelven a preguntar: “¿De qué servirán esta carretera y este puente si no hay gente?” La respuesta es: “Éste es sólo el inicio del camino para el retorno de la gente y para asegurarle sustento”.

Versión en español por Mijail Mijailov