El 3 de abril de 1879, la Asamblea Constituyente en Trnovo elegía por unanimidad a Sofía como capital de la Bulgaria recién liberada del dominio otomano. Los artífices de la Bulgaria moderna abrazaron con entusiasmo la idea del prócer renacentista, Marin Drinov, dedicándose a transformar la atrasada localidad en una ciudad europea moderna, con edificios majestuosos y calles e instalaciones amplias que aportaran a la vida serena y cómoda de sus moradores.

Con la muestra “La edificación de una capital”, la Agencia Estatal de Archivos conmemora el 140º aniversario de la proclamación de Sofía como capital de Bulgaria. La muestra se inaugura hoy en el parque municipal en las inmediaciones del Teatro Nacional “Iván Vazov”. Carteles con documentos, fotos y afiches, acompañados de textos en el lenguaje típico para aquella época van revelando el camino que Sofía iba a recorrer desde la liberación en 1878 hasta los años 90 del siglo XX.

Es un cometido realmente arduo abarcar la muy dilatada historia de Sofía en una exposición integrada por una veintena de paneles. Es que son numerosísimas las cosas que quisiéramos mostrar ante los visitantes y los habitantes de Sofía, dice Rumen Borisov, vicepresidente de la Agencia Estatal de Archivos. Fue por ello que hemos enfatizado en algunos aspectos básicos que jalonan el desarrollo de la urbe: la liberación de la misma del dominio otomano, las primaras acciones del Ayuntamiento, el primer plan urbanístico, los pasos rápidos y entusiastas dados por quienes vivían y gestionaban la ciudad.

La hermosura de la otrora flamante capital se revela por medio de los edificios que se pueden ver incluso hasta hoy en día. Son los del Palacio Real y de la Universidad central, los templos principales de cultos religiosos en convivencia pacífica, entre ellos los templos ortodoxos de Santa Sofía, de San Alejandro Nevski y de los Siete Santos Letrados, la catedral católica de San José, la sinagoga, la mezquita. Es testimonio de la vida cultural en aquella época el cartel, elaborado en seda, informando sobre el concierto de Filipina von Edelsberg, prima donna de la Scala de Milán en el año 1882 y un afiche del año 1968 sobre la puesta en escena de una obra de Pancho Panchev, “Shtraklitsa” (cuento de los gorros).

Los habitantes de Sofía necesitan ver refrescada esta historia de 140 años porque disponemos de hechos suficientes capaces de levantarnos los ánimos por la rápida edificación de una urbe europea, dice Rumen Borisov. Respecto a lo que no le alcanza hoy en día a Sofía, vemos que hay aspectos que, por una u otra razón, no evolucionaron pese a haber transcurrido tanto tiempo. Se trata tanto de aspectos de la urbanización, como de la higiene, entre otros. Si todos estos aspectos hubieran sido atendidos debidamente en el desarrollo de la ciudad, no se habrían convertido en unos pequeños errores en nuestra época actual. Creo que a estas alturas cabe recordar la sentencia: “Quien bien conoce su pasado, no comete errores en su presente”.

¿Es acaso una casualidad el que los Archivos del Estado no estén presentando la imagen actual de la ciudad? ¿Cómo aparece el rostro moderno de Sofía sobre el telón de fondo de la historia antigua y los remarcables logros de la urbanización y el espíritu de ésta?

Atravesamos por diferentes coyunturas políticas y, en ocasiones, el desarrollo de una ciudad no resulta tan rectilíneo, dice Rumen Borisov. Bien podríamos presentar cierta imagen contemporánea de Sofía pero desde el punto de vista de nuestra misión como Archivo Estatal de conservar la parte testimonial de la historia, considero que sería mejor recapitular algunas cosas de la historia de Sofía como capital del país empezando, por ejemplo, por el entusiasmo con el que se iba construyendo esta ciudad y por la fe de que Sofía debía adquirir la imagen auténtica de una capital.

Marcan el 140º aniversario de la proclamación de Sofía como capital de Bulgaria, varios actos, entre ellos, la consagración de 250 banderas escolares en la plaza de San Alejandro Nevski y el breve recorrido histórico titulado “Tras las fachadas de los hogares de Sofía”, que arrancará desde la basílica de Santa Sofía para concluir delante de la casa del fabricante de antaño Kiro Stefanov, en el número 1 de la calle “París”.

Versión en español por Mijail Mijailov