Desde mediados del siglo pasado, la formación común en Bulgaria siempre ha ido paralela a la profesional. A principios de los años 80, durante una década ambos sistemas se unieron en los llamados “complejos educativos y profesionales”. Entonces las escuelas técnicas de élite también se impusieron como un modelo exitoso que, junto con las escuelas secundarias profesionales y técnicas (SPTU, por sus siglas en búlgaro), atraían a un gran número de estudiantes. Las principales especialidades ofertadas abarcaban la industria, la agricultura, el comercio, la construcción, la industria alimentaria, etc. A principios de la democracia, el interés en este modelo se fue reduciendo, pero en los últimos años el desempleo y la escasez de personal en ciertos sectores de la economía han vuelto a generar interés por ese tipo de formación. Desde 2015 se implementa con apoyo financiero del programa búlgaro-suizo DOMINO (Educación dual para los requisitos y necesidades modernas de la sociedad). Gracias al sistema de "formación mediante el trabajo", más de 1500 estudiantes de todo el país están se forman en 12 profesiones.

El proyecto empezó en 2015 a petición de Bulgaria, explica Petia Evtimova, directora del proyecto búlgaro-suizo DOMINO. La idea era probar si este modelo funciona en 10 escuelas búlgaras.

En cuatro años el interés ha aumentado tanto que ya participan en el proyecto 32 escuelas, y fuera de él 78 escuelas han empezado a aplicar el mismo modelo. La característica especial del proyecto es que los últimos dos años de estudio, los alumnos de los institutos de formación profesional están 2 o 3 días de la semana de prácticas y 2 o 3 días en la escuela. Más de 250 empresas búlgaras han empezado a cooperar con las escuelas para proporcionar a los estudiantes oportunidades para empezar a trabajar al finalizar de la educación secundaria. En el marco del proyecto se han graduado varias quintas de estudiantes y la tasa de empleo de los graduados es del 70%. Incluso aquellos que optan por cursar estudios superiores debido a las buenas perspectivas que les ofrecen las empresas eligen estudiar a distancia para comenzar antes su desarrollo profesional. 

Para que el exitoso funcionamiento del modelo continúe también después de finalizar el proyecto, se han realizado cambios significativos en la Ley de Formación Profesional con ayuda del Ministerio de Educación y Ciencia. Entre las profesiones incluidas en la formación dual se encuentran técnicos de maquinaria, electricistas, técnicos de automóviles y técnicos de vehículos eléctricos. La formación dual también se desarrolla muy bien en el campo de la producción de muebles, y en el de los servicios turísticos se buscan principalmente cocineros y restauradores.

Eleonora Angelova, de 17 años y oriunda de la ciudad de Dobrich, estudia cocina según el modelo dual en la Escuela Secundaria de Formación Profesional de Turismo. Esto es lo que la atrae de la profesión:

El amor, la pasión y la diversión en la cocina, además del trabajo. Así te relajas. Esta profesión es interesante, agradable y te colma de satisfacción.

El mentor de Eleonora en la cocina es ViktorZhechev, instructor jefe del restaurante formativo de la Academia Culinaria HRC:

La formación que puedo dar a la próxima generación de cocineros es, espero, lo suficientemente abierta como para que luego puedan elegir a qué tipo cocina dedicarse, qué cocineros desean ser.



Utilizamos al máximo producto búlgaro local y comida de temporada. Ahora hay muchos agricultores que ponen toda su energía en la calidad de los alimentos. Tratamos de ver los productos, que realmente son la base de muchas recetas, tanto búlgaras como balcánicas. Por ejemplo, plantas como la “samardala” y el “ajo de oso” regresan como elementos de platos modernos. Todos estos productos pueden incorporarse de forma que mantengan el espíritu de la tradición y que  suenen diferente. En general, los chicos y chicas a los que enseño tienen un increíble talento; muchos de ellos ahora son cocineros de éxito, y me alegra mucho poder llamarlos colegas y amigos.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: dominoproject.bg y Darina Grigorova